jueves, 7 de junio de 2018

Los Iniciados del antiguo Egipto y sus herederos (II)

Ramon Llull (en castellano: Raimundo Lulio) (1232 – 1315), también conocido como Raimundus o Raymundus Lullus en latín, como رامون لیول en árabe, como Raymond Lully por los ingleses o como Raymond Lulle por los franceses, fue un laico próximo a los franciscanos, ya que pudo haber pertenecido a la Orden Tercera de los frailes Menores. También fue filósofo, poeta, místico, teólogo y misionero mallorquín del siglo XIII. Fue declarado beato y su fiesta se conmemora el 27 de noviembre. Se le considera uno de los creadores del catalán literario y uno de los primeros en usar una lengua neolatina para expresar conocimientos filosóficos, científicos y técnicos, además de textos novelísticos.

Se le atribuye la invención de la rosa de los vientos y del nocturlabio. Conocido en su tiempo por los apodos de Arabicus Christianus (árabe cristiano),Doctor Inspiratus (Doctor Inspirado) o Doctor Illuminatus (Doctor Iluminado), Llull fue una de las figuras más avanzadas de los campos espiritual, teológico y literario de la Edad Media. En algunos de sus trabajos (Artificium electionis personarum, 1247, y De arte electionis, 1299) propuso métodos de elección, que fueron redescubiertos siglos más tarde por Condorcet (siglo XVIII).




Fue escritor, cabalista, divulgador científico, misionero, teólogo, fraile franciscano, alquimista entre otras cosas, dejando una obra ingente, variada y de muy alta calidad escrita en catalán, árabe y latín. La mayor parte de ella aún no ha sido traducida al español.

Nació en Palma, la capital del Reino de Mallorca, que el rey Jaime I acababa de conquistar, uniendo políticamente en la Corona de Aragón los recientemente conquistados territorios baleares. No se conoce la fecha exacta de su nacimiento, pero debió ser entre finales de 1232 y comienzos de 1233. Ramon era hijo de Ramon Amat Llull e Isabel d’Erill, miembros de una importante familia de Barcelona. Según Umberto Eco, el lugar de nacimiento fue determinante para Llull, pues Mallorca era una «encrucijada en la época de las tres culturas, cristiana, islámica y judía, hasta el punto de que la mayor parte de sus 280 obras reconocidas fueron escritas inicialmente en árabe y en catalán». Antes de casarse, ingresó en la corte del rey de Aragón en calidad de paje de su hijo segundo Jaime, futuro Jaime II de Mallorca.

Pronto los nobles fueron conscientes de la brillante inteligencia de Ramon y lo convirtieron en preceptor del infante don Jaime, hijo de Jaime I de Aragón. Su ascenso en la corte de Aragón fue meteórico: fue sucesivamente senescal y mayordomo real del infante Jaime. Durante sus años en la corte, Ramon se dedicó a llevar una vida mundana, licenciosa y alegre, disfrutando lujos con gran ostentación y teniendo amoríos con doncellas, incluso adulterios declarados. A menudo se ha exagerado esta faceta de Llull para, por comparación, exaltar su posterior conversión mística. Durante este período la obra de Llull se reduce a canciones de amor, picarescas y divertidas, aptas para ser cantadas por los trovadores.

Hacia 1267, a sus 30 años, la vida de Ramon sufrió un vuelco trascendental. Él mismo describe cómo tuvo una serie de cinco visiones de Cristo crucificado en cinco noches consecutivas. La profunda impresión que le causaron estas visiones lo llevó a vender sus propiedades y patrimonio para adelantar la herencia de su mujer e hijos, a los que abandonó por sentirse llamado por Dios para predicar en los caminos.

Su etapa de nueve años de formación teológica y moral duró hasta 1275. En Palma de Mallorca conoció y compró un esclavo musulmán de quien se sirvió como maestro para aprender el árabe. Luego se retiró a una cueva en el Monte Randa(Mallorca), donde se entregó a la meditación y la contemplación. Y, por último, entró (aún laico) en el Monasterio cisterciense de La Real, donde los monjes le enseñaron latín, gramática y filosofía, tanto islámica como católica. En 1274 el infante Jaime, que reinaría como Jaime II de Mallorca, antiguo alumno de Llull, lo llamó a su castillo de Montpellier, donde, bajo el mecenazgo del príncipe, el estudioso pudo escribir su Ars demostrativa (‘El arte demostrativa’), obra que le valió ser recompensado con un dinero que invirtió de inmediato en la construcción del monasterio de Miramar en su isla natal.

El objetivo de este monasterio era adiestrar misioneros para cristianizar a los árabes, enseñándoles las técnicas misioneras, métodos para desautorizar la filosofía islámica, enseñanza del árabe, etc. La combinación exclusivamente luliana de estudios lingüísticos y teológicos para que los misioneros pudiesen evangelizar a fieles de otras religiones e idiomas encantó al papaPetrus Hispanus (Juan XXI), quien felicitó públicamente a Ramon en 1276.

El Papa siguiente, Nicolás IV, escuchó las exigencias de Llull para la convocatoria a una nueva Cruzada sobre territorios dominados por los musulmanes, pero el pontífice se mostró remiso. El estudioso decidió, entonces, emprender su propia cruzada personal, que lo llevaría a Europa (Alemania, Francia e Italia), Tierra Santa, Asia Menor y el Magreb. Le interesaba sobremanera convertir a los musulmanes y judíos de esas regiones, por lo que no dudaba en predicar en las puertas de las mezquitas y sinagogas, lo que no siempre era recibido con agrado por los fieles de esos templos.

Durante estos viajes escribió gran cantidad de obras, destinadas principalmente a señalar los errores de los filósofos y teólogos de las otras religiones. Intentó fundar, asimismo, nuevos monasterios católicos en las zonas que visitaba. En 1286 Ramon Llull recibió su título de profesor universitario (magister) por la Universidad de París.

Un año después viaja a Roma para someter a pontífices y dignatarios sus proyectos de reforma de la Iglesia, pero, una vez más, nadie lo escucha, porque iba a solicitar financiación para la Cruzada que ambicionaba para poder convertir a todos los infieles de Tierra Santa. Viendo que sus ruegos no obtenían el eco que él esperaba, ingresó en 1295 en la orden franciscana, acaso pensando que un monje verdadero podría convencer mejor a los prelados que un simple laico. Fue aceptado en la Orden Tercera Franciscana, una de las tres ramas fundadas originalmente por San francisco de Asís, llamada Hermanos y Hermanas de la Penitencia. En 1299, su antiguo discípulo, el ahora rey de Mallorca Jaime II, lo autoriza a predicar en las mezquitas y sinagogas de su reino.

Será la primera vez que Ramon Llull podrá cruzar los umbrales de los templos para expresar sus ideas ante los cristianos. En 1305 propuso su segunda versión sobre cómo recuperar Tierra Santa: el proyecto Rex Bellator, de unificación de las órdenes militares bajo el poder de un príncipe cristiano, soltero o viudo. La conquista se efectuaría partiendo de Almería, Granada, el norte de África y Egipto, bajo la protección de una flota. Parece claro el papel que en todo ello habría de jugar el rey Jaime II de Aragón, que acababa de conquistar Murcia y que había establecido contactos para mercaderes de la Corona de Aragón en Alejandría.

La caída de los restos del reino de Jerusalén (San Juan de Acre, 1291 y Arwad, 1302) sacudió las conciencias de muchos cristianos, que sólo podían explicarse el desastre a causa de pecados o vicios colectivos de la cristiandad que había que erradicar con profundas reformas. El más activo, con tres libros principales y muchas cartas y viajes a lo largo de treinta años, de los tratadistas de esta corriente de reformas fue Ramon Llull, que elaboró el proyecto Rex Bellator de unificación de las órdenes militares bajo un príncipe: Tal como se indica en el documento Quomodo Terra Sancta recuperari potest, elaborado bajo la impresión de la caída de Acre. Lo empezó siendo Papa Nicolás IV y lo acabó con la Sede Pontifícia vacante.

La propuesta principal era la unificación de templarios, hospitalarios, teutónicos y caballeros de las órdenes peninsulares bajo un mando único y la creación de una escuela de misioneros versados en lenguas orientales. La obra Liber de Fine, fue dedicada al futuro Papa, que acabaría siendo Clemente V. La coyuntura era la caída de Arwad y la captura del último mariscal del Temple, fray Dalmau de Rocabertí. La estrategia ahora se concretó: la unificación de las órdenes bajo unRex Bellator; la expedición por la ruta Almería, Ceuta, Norte de África hasta Egipto y Jerusalén, apoyada por la flota y con los almogávares como tropas de choque.

Se adivina claramente el protagonismo de Jaime II de Aragón y de su hijo mayor, el príncipe Jaime de Aragón y Anjou, que renunció al matrimonio y a la corona para vestir el manto blanco y la cruz roja. El documento Liber de Acquisitione Terrae Sanctae, aparecido tras la caída del Temple. Llull proponía ahora dos vías para la reconquista de Tierra Santa: al norte, los franceses con los hospitalarios y al sur Jaime II con las órdenes peninsulares. Finalmente, nada se llevó a cabo, excepto una cruzada fracasada de Jaime II sobre Almería.

En 1307, Ramon Llull viajó al norte de África a continuar predicando, pero, enfrentado con un grupo de musulmanes, estuvo a punto de ser lapidado. Deseoso de salir de allí, se dirigió a la ciudad italiana de Pisa. Pero el buque que lo transportaba se hundió, y el monje mendicante fue uno de los pocos supervivientes del naufragio, logrando alcanzar la costa italiana después de una dura lucha contra la tempestad.

El 14 de noviembre de 1305, tras un año sin lograr elegir pontífice, el rey Felipe IV de Francia, llamado el Hermoso, haría coronar papa al obispo de Burdeos, el dominico Raimundo Bertrand de Got, bajo el nombre pontificio de Clemente V, aunque su elección se había producido el 5 de junio de 1305. Este Papa, falto de decisión y poder, trasladaría la sede papal de Roma a Aviñón y se convirtió en un títere del monarca francés. Entre ambos habían decidido terminar con los Caballeros Templarios, a los que encarcelaron en 1307 y acusaron, en medio de espantosas torturas, de blasfemia y herejía bajo el látigo de la Inquisición conducida por los dominicos. En 1308 Clemente V, prácticamente obligado por Felipe IV de Francia, convoca a través de la bula Faciens misericordiam cum servo suo un Concilio, que tendría lugar en la ciudad de Vienne, en 1311, para tratar variados temas que interesaban al soberano.

Uno de ellos era hacer exhumar y quemar por herejía los huesos de su anterior enemigo, el papa Bonifacio VIII, que hacía siete años que había muerto. También se decidiría si correspondía hacer una nueva Cruzada, si procedía efectuar ciertas reformas de la Iglesia y, lo más terrible, se juzgaría si correspondía entregar a los templarios al brazo seglar para ser ejecutados en la hoguera. Ramon Llull fue convocado y estuvo presente en las tres sesiones del Concilio, pero no han llegado hasta nosotros noticias acerca de cómo votó en cada uno de los graves asuntos que allí se ventilaron. Nos consta que la Cruzada y la reforma eclesiástica le interesaban particularmente, ya que habían sido el objeto de sus prédicas y ruegos durante décadas. Sin embargo, respecto del castigo a los templarios quedan numerosas dudas.

Los franciscanos solían ser designados en los tribunales inquisitoriales para moderar la tendencia a condenar de los dominicos, normalmente en proporción de uno por cada dos dominicos. En ese sentido, la lógica nos dice que Ramon debe haber defendido a los prisioneros. En segundo término, los partidarios de las Cruzadas, como Llull, conocían y amaban a los templarios por el valor, el coraje, el espíritu de sacrificio y la enorme piedad que habían demostrado en los 187 años de su existencia, así como por su arrojo en la segunda cruzada y las sucesivas.




No tenemos, como se ha dicho, su voto escrito, pero es muy improbable que hubiese votado por la hoguera. Si así fue, lamentablemente no fue escuchado por tercera vez, ya que los templarios fueron suprimidos como orden y muchos de ellos murieron en la hoguera, encabezados por su último Gran Maestre Jacques Bourguignon de Molay en 1314. La Orden como institución fue suprimida por Clemente V en el mismo acto como decreto papal y no como decisión del Concilio, a causa del descrédito en que había incurrido por las acusaciones recibidas, y no por su culpabilidad. Una de las propuestas presentadas por el franciscano, a saber, crear colegios para enseñar a los misioneros el idioma hebreo, el árabe y las lenguas orientales fue aceptada, mientras que la otra, marchar a una nueva cruzada, fue rechazada.

Terminado el Concilio, Ramon viajó a Túnez para continuar su labor misionera. Es este trayecto escribió Liber de Deo et de mundo (“Libro acerca de Dios y el mundo“) yLiber de maiore fine intellectus amoris et honoris (“Libro acerca del fin mayor de la inteligencia: el amor y el honor“). Ambas obras están fechadas en diciembre de 1315 y serían sus últimas obras. Ramon Llull murió el 29 de junio de 1315, cuando regresaba de su viaje a Túnez hacia Mallorca. Ciertos cronistas afirman que fue linchado por una turba de airados musulmanes. Está enterrado en la iglesia del Convento de San Francisco de Palma de Mallorca.

Seguidor, como buen franciscano, del pensamiento de Roger Bacon y San Buenaventura, Llull introdujo una gran innovación al incluir el pensamiento moral caballeresco dentro de la filosofía y la teología de su tiempo. Por ello Llull se embarcó también en una cruzada en pro del pensamiento místico y caballeresco y en contra del racionalismo a ultranza, representado por el pensador cordobés Averroes.

Ramon insistió en la doctrina de la Inmaculada Concepción de María, contra la opinión, entonces ortodoxa, de Santo Tomás de Aquino. La esencia divina había de tomar una primera materia perfecta para poder formar el cuerpo de Jesús. Ello era impensable si María misma había nacido sujeta al Pecado Original, por lo que ella tenía que haber sido concebida sin pecado. Estas ideas llevaron al Inquisidor Nicolau Eymeric a perseguir póstumamente las obras de Ramon Llull. Sin embargo, el rey Pedro el Ceremonioso protegió la memoria del beato y expulsó al Inquisidor de Catalunya, y, finalmente, la Iglesia católica terminó por establecer la opinión de Llull como dogma.

A pesar de ser un activo misionero cristiano, Llull amaba y comprendía el pensamiento árabe y respetaba en gran medida sus avanzados sistemas. Así, en su primer libro utiliza la lógica de los científicos árabes, su simbología, su álgebra y sus razonamientos. Escribía y hablaba perfectamente en catalán, latín y árabe; y utilizaba indistintamente cualquiera de estas lenguas para dirigirse a quien la comprendiera mejor. Si el público de su nuevo libro era de baja condición, no vacilaba en expresar los más elevados conceptos filosóficos en alegres versos, y siempre preconizó la conversión de los infieles por la vía del cariño, del amor y sin ningún tipo de coerción ni de violencia.

Sir Francis Bacon, primer Baron Verulam, Vizconde de St Albans KC (1561 – 1626), canciller de Inglaterra, fue un célebre filósofo, político, abogado y escritor. Es considerado el padre del empirismo. Sus obras y pensamientos ejercieron una influencia decisiva en el desarrollo del método científico. Era hijo menor de Sir Nicholas Bacon, nombrado guardián del Gran Sello por la reina Isabel I. Su madre, Ann Cooke Bacon, segunda esposa de Sir Nicholas, era sobrina de Sir Anthony Cooke, hablaba cinco idiomas y estaba considerada como una de las mujeres más ilustradas de su época. Aunque no se haya establecido con seguridad, hay razones para creer que Bacon recibió tutorías en su casa durante sus primeros años, y que su salud durante aquel periodo, al igual que con posterioridad, era delicada. En 1573, a la edad de 13 años, ingresó en el Trinity College de Cambridge, institución en la que cursó estudios hasta 1576, periodo que pasó en compañía de su hermano mayor, Anthony.

En Cambridge, sus estudios de las diversas ciencias le llevaron a la conclusión de que los métodos empleados y los resultados obtenidos eran erróneos. Su reverencia por Aristóteles, del que, a pesar de todo, no parecía tener excesivo conocimiento, contrastaba con su desapego por la filosofía aristotélica. A su juicio, la filosofía precisaba de un verdadero propósito y nuevos métodos para alcanzarlo. Con el primer germen de la idea que le consagraría, Bacon abandonó la universidad. El 27 de junio de 1576 ambos hermanos ingresaron en de societate magistrorum y unos meses más tarde fueron destinados a Francia como agregados del embajador Sir Amyas Paulet.

 La situación política y social en la Francia de aquella época, durante el reinado de Enrique III, le proporcionó al joven Francis una valiosísima experiencia política al verse en la necesidad de llevar a cabo algunas comisiones diplomáticas delicadas. Aunque vivió en Poitiers, durante su estancia en el continente visitó París y las principales ciudades francesas, además de recoger informes sobre los recursos y la situación política de los diferentes países europeos. Estos informes se han venido publicando en sus obras, bajo el título de Notes on the State of Christendom (“Notas sobre el estado de la cristiandad“), a pesar de que como apuntara el historiador James Spedding, el trabajo parecía ser autoría de uno de los ayudantes de su hermano Anthony.

En 1579, al conocer la muerte de su padre, Francis regresa a Inglaterra. La modestísima herencia que le deja su padre, al no poder cumplir el deseo de dejarle a su hijo menor en posición acomodada por sorprenderle la muerte repentinamente, obliga a Francis a adoptar una profesión que a la postre sería el derecho.

Con sus estudios en derecho, literatura y diplomacia, Bacon aspira a conseguir un puesto político de importancia. Esto lo logra cuando Jacobo I de Inglaterra asciende al trono en 1603, el cual lo designa procurador general en 1613. Su carrera política avanza y es nombrado canciller de Inglaterra en 1618. Posteriormente, Bacon se ve envuelto en intrigas políticas que lo acusan de desprestigiar al rey, y luego, en 1621, fue acusado de corrupción y maltrato a sus subordinados. Sin embargo, Bacon logra salir airoso de esta situación, acumulando una fortuna durante el ejercicio de la labor pública, con la cual se retira para ocuparse de sus estudios en filosofía y ciencias. Murió en Londres en 1626, debido a una neumonía. Se propuso ante todo reorganizar el método de estudio científico.

Percibió que el razonamiento deductivo destacaba entonces a expensas del razonamiento inductivo y creyó que, eliminando toda noción preconcebida del mundo, se podía y debía estudiar al hombre y su entorno mediante observaciones detalladas y controladas, realizando generalizaciones cautelosas. Para ello, el estudio que el hombre de ciencia hace de los particulares debe realizarse mediante observaciones que deben validarse. Los científicos deben ser ante todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la observación y la experiencia sensible (empirismo). Los escritos de Bacon se engloban en tres categorías: filosófica, literaria y política. Sus mejores obras filosóficas son El avance del saber (1605), y Novum Organum o Indicaciones relativas a la interpretación de la naturaleza(1620).

La filosofía de Bacon influyó en la creencia de que la gente es, a la vez, sierva e intérprete de la naturaleza y de que la verdad no se deriva de la autoridad, mientras que el conocimiento es fruto ante todo de la experiencia. Se le reconoce haber aportado a la Lógica el método experimental inductivo, ya que anteriormente se practicaba la inducción mediante la simple enumeración, es decir, extrayendo conclusiones generales de datos particulares. El método de Bacon consistió en inferir a partir del uso de la analogía, desde las características o propiedades del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto, dejando para una posterior experiencia la corrección de los errores evidentes.

Este método representó un avance fundamental en el método científico al ser muy significativo en la mejora de las hipótesis científicas. Su Novum Organum influyó mucho en la aceptación en la ciencia de una observación y experimentación precisas. En esta obra mantenía que había que abandonar todos los prejuicios y actitudes preconcebidas. Los principios que se plantean enNovum Organum tuvieron gran importancia en el subsiguiente desarrollo del empirismo.

Como escritor, se le debe además la creación del género ensayístico en inglés, con sus Essays, (1597) que siguen la estela de Montaigne, en los que muestra un estilo en apariencia poco ornamentado, y una gran capacidad aforística. En su Nueva Atlántida ofrece la primera utopía tecnológica, donde los gobernantes serán los científicos de la “Casa de Salomón“, una especie de gran universidad donde se concentraría el conocimiento. Previó en su época grandes adelantos científicos como máquinas voladoras, submarinos y telecomunicaciones.

La teoría baconiana sobre la autoría de la obra de Shakespeare, propuesta por primera vez a mediados del siglo XIX, sostiene que Francis Bacon escribió las obras de teatro que se atribuyen en forma convencional a William Shakespeare, en contra del punto de vista aceptado de que fue William Shakespeare de Stratford quien escribió los poemas y obras que llevan su nombre.

La principal evidencia baconiana se funda en la presentación de un motivo para el ocultamiento, las circunstancias que rodean la primera puesta en escena de La comedia de las equivocaciones, así como la proximidad de Bacon a la carta de William Strachey, a partir de la cual muchos estudiosos creen que se basó La Tempestad. También la interpretación de alusiones en las obras al conocimiento legal de Bacon, así como los numerosos supuestos paralelismos con las obras publicadas de Bacon y anotaciones en el Promus (su libro de notas personal).

Asimismo, el interés de Bacon en las historias civiles y alusiones ostensiblemente autobiográficas en las obras de teatro. Como Bacon contaba con conocimiento de primera mano de los métodos de codificación del gobierno, muchos baconianos piensan que él escribió pistas de su autoría de la obra de Shakespeare en forma codificada. La mayoría de los estudiosos de fuste rechazan todos estos argumentos en favor de Bacon, y critican la poesía atribuida a Bacon como demasiado diferente de la de Shakespeare, como para haber sido escrita por la misma persona.

A menudo Francis Bacon se encontraba con otros hombres en el Gray’s Inn para discutir sobre política y filosofía, y para ensayar actos de obras de teatro que estaba escribiendo. La supuesta conexión de Bacon con los Rosacruces y los Francmasonería ha sido ampliamente comentada en numerosos libros por distintos autores y estudiosos.

Sin embargo, otros, entre los que se encuentra Daphne du Maurier (en su biografía de Bacon), han sostenido que no existe evidencia sustancial que avale la teoría de su relación con los Rosacruces. Frances Yates no indica que Bacon fuera un rosacruz, pero, presenta pruebas de que se encontraba vinculado con algunos de los movimientos intelectuales más secretos de su época. Ella sostiene que la iniciativa de Bacon sobre la promoción de la enseñanza se encontraba muy ligada con el movimiento Rosacruz alemán, mientras que en la obra New Atlantis, Bacon presenta una tierra que es gobernada por los Rosacruces. Probablemente Bacon consideraba que su movimiento por la promoción del aprendizaje se encontraba alineado con los ideales de los Rosacruces.

La influencia de Francis Bacon es evidente sobre un conjunto variado de autores religiosos y espirituales, y en grupos que han utilizado sus escritos en sus propios sistemas de creencias. Dentro de la doctrina Baconiana se hallan dos grandes e importantes tópicos que se van desarrollando durante su estudio. El primero de ellos es un estudio exhaustivo sobre los problemas del método científico; el segundo hace referencia a la técnica aplicada a la vida humana.

Bacon emprende una lucha decisiva focalizada en Aristóteles, debido a que éste había, según él, imposibilitado el progreso de la ciencia aplicada. Tanto la antigüedad como la edad Media no concibieron la posibilidad de mejorar las condiciones de vida humana por medio de los descubrimientos de la ciencia aplicada; por ello Bacon orientó su atención a tal problema, proclamando una ruptura concentrada específicamente en la doctrina de Aristóteles, pues éste pensador, según Bacon, es quien manifestó los más grandes errores que alimentaban a la época renacentista, hasta tenerlo como modelo.

Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, o Theophrastus Bombast von Hohenheim, conocido como Paracelso o Teofrasto Paracelso (1493 –1541), fue un alquimista, médico y astrólogo suizo. Fue conocido porque se creía que había logrado la transmutación del plomo en oro mediante procedimientos alquimistas y por haberle dado al zinc su nombre, llamándolo zincum.

El nombre Paracelso (Paracelsus, en latín), que escogió para sí mismo y por el que es generalmente conocido, significa «semejante a Celso», un médico romano del siglo I. Se trata de una de las figuras más contradictorias e interesantes de la historia de la medicina. Su incesante búsqueda de lo nuevo y su oposición a la tradición y los remedios heredados de tiempos antiguos le postulan como un médico moderno, adelantado a sus contemporáneos. En cambio, en su concepción del misticismo y la astrología, se podría decir que mantuvo una postura inmovilista sobre los conceptos más arcaicos. Nació y fue criado en Einsiedeln (Suiza), hijo del médico y alquimista suabo Wilhelm Bombast von Hohenheim y de madre suiza.




En su juventud trabajó en las minas como analista. Comenzó sus estudios a los 16 años en la Universidad de Basilea, y más tarde en Viena. Se doctoró en la Universidad de Ferrara. Discrepaba con la idea que entonces tenían los médicos de que la cirugía era una actividad marginal relegada a los barberos. Sus investigaciones se volcaron sobre todo en el campo de la mineralogía. Viajó bastante, en busca del conocimiento de la alquimia. Produjo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la lucha del cuerpo contra la enfermedad. Otro aporte a la Medicina moderna fue la introducción del término sinovial; de allí el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones. Además estudió y descubrió las características de muchas enfermedades (sífilis y bocio entre otras) y para combatirlas se sirvió del azufre y el mercurio. Se dice que Paracelso fue un precursor de la homeopatía, pues aseguraba que «lo parejo cura lo parejo» y en esa teoría fundamentaba la fabricación de sus medicinas.

El orden cósmico era lo que le interesaba a Paracelso en primera instancia y lo halló en la tradición astrológica. La doctrina del Astrum in corpore es su idea capital y más querida. Fiel a la concepción del hombre como microcosmos, puso el firmamento en el cuerpo del hombre y lo designó como Astrum o Sydus (en español, astro o constelación). Fue para él un cielo endosomático, cuyo curso estelar no coincide con el cielo astronómico, sino con la constelación individual, que comienza con el «Ascendente» u horóscopo. Se le atribuye la paternidad del término Espagiria, producción de medicinas a partir de plantas utilizando procedimientos alquímicos.

Uno de los principios de Paracelso fue: «Únicamente un hombre virtuoso puede ser buen médico». Para él la Medicina tenía cuatro pilares: Astronomía; Ciencias naturales; Química; El amor. Introdujo el uso del láudano. Su principal libro fue La gran cirugía (Die Grosse Wundartzney). A pesar de que se ganó bastantes enemigos y obtuvo fama de mago, contribuyó en gran manera a que la Medicina siguiera un camino más científico y se alejase de las teorías de los escolásticos. También aportó datos alquímicos.

A Paracelso le atribuimos la idea de que los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua) pertenecían a criaturas fantásticas que existían antes del mundo. Así pues, la tierra pertenecería a los gnomos, el agua a las nereidas (ninfas acuáticas), el aire a los silfos (espíritus del viento) y el fuego a las salamandras (hadas de fuego). Igualmente, Paracelso aceptó los temperamentos galénicos y los asoció a los cuatro sabores fundamentales. Esta asociación tuvo tal difusión en su época que aún hoy en día, en lenguaje coloquial, nos referimos a un carácter dulce (tranquilo, flemático), amargo (colérico), salado (sanguíneo, dicharachero) y el carácter ácido pertenecería al temperamento melancólico.

Nicol o Nicholas Flamenco (Flamel), (1330 – 1418), fue un burgués parisino del siglo XIV, escribano público, copista y librero jurado. Aunque sin duda un personaje histórico, las leyendas lo describen como alquimista de suficiente habilidad para ejecutar las dos obras más complejas del arte alquímico: la transmutación de los metales en oro gracias a la elaboración de la piedra filosofal, y la inmortalidad. Flamel era un hombre letrado para su época. Tomo parte de esta época del renacimiento y había aprendido el oficio de copista de su padre, quien había sido un sofer antes de su conversión forzada al cristianismo, y comprendía correctamente el hebreo y el latín.

De acuerdo a la leyenda, cuando se hallaba en plena guerra de los Cien Años trabajando de librero en París, Flamel se hizo alrededor de 1355 con un grimorio alquímico, que excedía con creces sus conocimientos, y empleó 21 años en intentar descifrarlo. Diferentes versiones aseguran que lo recibió de un desconocido, que lo compró casi al azar o que le fue entregado por un ángel en sueños. Para ello viajó a España, donde consultó tanto a las autoridades sobre Cábala como a los especialistas en el mundo antiguo, ya que en aquella época y bajo la influencia andalusí, las mejores traducciones del Griego antiguo se producían en las universidades españolas, hasta encontrar en León, después de preguntar a muchas personas, a un anciano rabí, el Maestro Canches, quien identificó la obra como el Aesch Mezareph del Rabí Abraham, y enseñó a Flamel el lenguaje y simbolismo de su interpretación.

La narración de todos estos hechos tiene lugar en su Libro de las figuras jeroglíficas (1399), que describe brevemente al comienzo dichas peripecias, explicando a lo largo de dicha obra el magisterio filosofal, descrito como si de la peregrinación a Santiago de Compostela se tratara. Sin embargo algunas teorías apuntan a que dicho entramado tiene un significado mucho más profundo, siendo reflejo de los misterios iniciáticos que se ocultan tras esta obra.

Entre estos misterios estaban el descubrimiento de la Piedra Filosofal y la creación de homúnculos, mediante la palingenesia de las sombras, lo que implica crear un cuerpo astral, animal o vegetal. Flamel regresó a París en 1382, y en 1407 se hizo construir una casa, aún en pie, en el actual 51, rue de Montmorency, además de financiar capillas, asilos y hospitales. El rey Carlos VI de Francia le pidió que le aportara oro a las arcas reales mediante su sistema de transmutación. Se asegura que durante esos años elaboró también una piedra, gracias a la cual él y su mujer, Perenelle, obtuvieron la inmortalidad.

Aunque aparentemente falló, ya que se dice que fallecieron y fueron enterrados entre 1410 y 1418, en el cementerio de St. Jacques de la Boucherie, al intentar exhumarlo, se encontraron con una tumba vacía. Aunque bien pudo deberse al saqueo de la misma en busca de objetos de valor o de textos, esto no hizo más que reforzar los rumores de su inmortalidad, al igual que las historias sobre su vida en juventud y recorriendo lugares como India y Turquía después de su supuesta muerte, recopiladas por Paul Lucas (1664-1737). Su lápida, ricamente grabada, se conserva en el Museo de Cluny.

Robert Fludd, también conocido como Robertus de Fluctibus (1574 – 1637), fue un eminente médico paracélsico, astrólogo y místico inglés. Robert Fludd era el quinto hijo de Elisabeth Andros y Sir Thomas Fludd, funcionario de alto rango del gobierno y tesorero de guerra para la armada de Isabel I. Se educó en el anglicanismo, la religión de sus padres. Pero considerando que su formación era insuficiente, y con objeto de perfeccionar sus conocimientos, emprendió un viaje al continente europeo que duró seis años.

Entre 1598 y 1604 Fludd recorrió España, Francia, Italia y Alemania, estudiando medicina, química y lo oculto, aunque es principalmente conocido por su investigación en el campo de la filosofía oculta. Fue sin duda en Alemania donde Fludd entró en contacto directo con el movimiento rosacruz. De retorno a Inglaterra, el 16 de mayo de 1605 obtuvo su doctorado en medicina en la Universidad de Oxford. Más adelante se instaló en Londres. A partir de los 42 años (1616) empezó a escribir y publicar, y hasta su muerte no paró de escribir voluminosas obras herméticas. Fludd es considerado como uno de los grandes humanistas del Renacimiento: su conocimiento se apoyaba en el conjunto de las Humanidades, y consagró una parte importante de sus voluminosos escritos a defender la reforma de las ciencias.

En tanto que médico y alquimista, se interesó por las ideas de Paracelso. En materia de medicina, es reconocido como un precursor. A él se debe la descripción del primer barómetro. Fludd fue la primera persona en tratar acerca de la circulación de la sangre, y de hecho llegó a la conclusión correcta. Sin embargo, su conclusión se basaba en la analogía delmacrocosmos-microcosmos, una teoría en la que todo cuanto acontece en el microcosmos (hombre) está bajo la influencia del macrocosmos (cielo). Su teoría planteaba que la sangre debe circular puesto que el corazón es como el Sol, y la sangre como los planetas; en esa época ya era conocido que los planetas orbitan alrededor del Sol. Posteriormente, William Harvey explicó la circulación de la sangre en términos más modernos y experimentales, aunque el trabajo de Harvey todavía hacía referencias a la analogía macrocosmos-microcosmos de Fludd.

Fludd era ante todo un espiritualista que establecía una distinción entre la parte física mortal y la parte anímica inmortal del hombre. Para él, el alma está unida a Dios, mientras que el cuerpo físico es una parte de la naturaleza. El espíritu de la vida, la fuerza esencial de la vida o fuerza vital, etérea y unida al alma, constituye a la vez la conciencia y el espíritu animal en nosotros. Esta fuerza vital es la causa de todas las funciones vitales.

Fludd practicaba la sanación a distancia, mediante un sistema descrito anteriormente por Paracelso y que Fludd denomina en sus tratados el ungüento de simpatía. Este método era usado por varios médicos rosacruces de la época, especialmente Jan Baptist van Helmont y Kenelm Digby. Mantuvo un célebre intercambio de opiniones con Johannes Kepler relativas a los enfoques científico y hermético del conocimiento. Su filosofía está expuesta en Utriusque Cosmi, Maioris scilicet et Minoris, metaphysica, physica, atque technica Historia (La historia metafísica, física y técnica de los dos mundos, a saber el mayor y el menor, publicado en Alemania entre 1617 y 1621); según Frances Yates, su sistema de memoria (que describe con detalle en The Art of Memory) podría reflejar el esquema del Globe Theatre de Shakespeare.

En 1617, Fludd escribió De Musica Mundana(Música Mundana), libro tercero de la Historia metafísica, física y técnica de los mundos mayor y menor, donde describe sus teorías de la música, y del macrocosmos, además de su monocordio (también conocido como “divino” o “celestial“).

Un año después publicaría De Naturae Simia (la historia técnica) ampliando sus teorías acerca de la música humana y siguiendo la pitagórica estela que Boecio había trazado en el siglo VI. En sus libros, Robert Fludd se ocupó asimismo de presentar la armonía entre el macrocosmos y el microcosmos.

Continuando con un conocimiento universal, se interesó en las correspondencias armónicas que existen entre los planetas, los ángeles, las partes del cuerpo humano y la música. Sus libros son verdaderas obras maestras, magníficamente adornados con grabados que ilustran sus ideas. En 1630, Fludd ideó una máquina de movimiento perpetuo. En la década de 1870 se hicieron varios intentos de patentar variaciones de la máquina de Fludd. Esta máquina funcionaba mediante recirculación, por medio de una noria de agua y un tornillo de Arquímedes. El dispositivo bombea continuamente el agua a su depósito de origen.

Según los Dossiers Secretos, de Henri Lobineau, Fludd era un Gran Maestre del Priorato de Sion. Fludd defendía la filosofía de los alquimistas y de los Rosacruz, y se sirvió de sus doctrinas para describir al hombre, la naturaleza y el universo. Se dice que no era miembro de los Rosacruz, como sostenía a menudo, pero defendió su pensamiento en su Tractatus Apolegeticus integritatem Societatis de Rosea Cruce defendens, donde describió el origen del conocimiento de los Rosacruz. La obra trata de sus ideales, de su integridad y su sabiduría. Fludd era descendiente de Cunedda Wledig ap Edern, Rey de Gwynedd, actualmente parte de Gales. Gwynedd es una de las dos zonas de Gales que fue gobernada por monarcas irlandeses; la otra es Dyfed.

Jakob Böhme (1575 – 1624) fue un místico y teósofo luterano. Importante vínculo de transmisión entre el maestro Eckhart y Nicolás de Cusa, por un lado, y Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Friedrich Schelling, por otro. Su extensa obra, nacida de la intuición intelectual, ha influido durante siglos sobre todo en filósofos y teólogos. Su motivación fueron las cuestiones acerca del origen del Bien y del Mal. Escribió obras como “Árbol matutino naciente” o “Sobre los tres principios de la esencia divina“.

Nació en una familia campesina de filiación luterana, en una aldea cercana a Görlitz. Desde pequeño se dedicó a labrar la tierra, y en su adolescencia trabajó remendando zapatos de forma ambulante. Tuvo noticia de la división religiosa de Alemania, y de cómo la gente buscaba consuelo en las doctrinas herméticas y teosóficas. A los 18 años tuvo una “visión” que le cambió la vida. Fueron 7 días en los que dijo estar “rodeado de la divina luz“. Se casó a los 19 años con la hija de un carnicero y trabajó como zapatero.

Tuvo sucesivas visiones, hasta que en 1610 se decidió a escribir sus experiencias durante su tiempo libre. “Aurora” es la obra de la que dice Böhme que fue redactada “bajo el impulso de Dios“. Algunos ven en dicha obra la influencia de Valentín Weigel (1533-1588), pastor protestante que fundó una secta mística basada en las enseñanzas de Taulero y Paracelso. El pastor Gregorius Richter, primado eclesiástico de Görlitz, prohibió a Böhme escribir bajo pena de destierro. Böhme obedece durante 5 años, y vuelve a tomar la pluma en 1619, no soltándola hasta su muerte, 5 años después, consiguiendo discípulos y acrecentándose su fama en Alemania.

Sus libros eran publicados de forma clandestina por sus amigos. Cuando Richter lo acusó de herejía, y lo expulsa de la ciudad, Böhme ya tenía seguidores y aliados entre los magistrados municipales. Acató la orden no sin antes defenderse de los cargos. Pudo volver a Görlitz en 1624 cuando ya había muerto Richter. No obstante, Böhme murió ese mismo año.




Giovanni Pico della Mirandola (1463 – 1494), humanista y pensador italiano. Mientras estudiaba en la Universidad de Bolonia publicó, a los catorce años, Las decretales. Luego viajó por el territorio italiano y más tarde por Francia, donde también asistió a la universidad.

Estudió sobre todo lenguas: griego, árabe, hebreo y caldeo, con el propósito de entender la Cábala, el Corán, los oráculos caldeos y los Diálogos platónicos en sus textos originales. En 1485, durante su estancia en París, leyó los trabajos de Averroes (1126-1198), el filósofo y teólogo asharí hispanoárabe que introdujo el pensamiento aristotélico en Occidente. Allí concibió la idea de unificar las tradiciones culturales sobrevivientes en aquella época.

Al año siguiente, ya de regreso en Italia, con sólo 23 años, raptó en Arezzo a la esposa de Giuliano Moriotto dei Medici, un pariente pobre de los Medici florentinos, por lo que fue perseguido, atacado y herido. Luego, hacia finales del año 1486 publicó en Roma sus Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae, conocidas como Las 900 tesis. Se trata de novecientas proposiciones recogidas de las más diferentes fuentes culturales, tanto de filósofos y teólogos latinos como de los árabes, los peripatéticos y los platónicos. No excluyó tampoco a los pensadores esotéricos, como Hermes Trimegisto, ni a los libros hebreos.

La obra iba precedida de una introducción, que tituló Discurso sobre la dignidad del hombre, texto que se ha convertido en clásico y donde Pico della Mirandola formula tres de los ideales del Renacimiento: el derecho inalienable a la discrepancia, el respeto por las diversidades culturales y religiosas y, finalmente, el derecho al crecimiento y enriquecimiento de la vida a partir de la diferencia. En cuanto a las tesis, su intención era demostrar que el Cristianismo era el punto de convergencia de las tradiciones culturales, religiosas, filosóficas y teológicas más diversas. Su intención era que estas novecientas conclusiones se discutieran en Roma, después de la Epifanía de 1487, por los doctos de todo el mundo, para entablar una paz filosófica entre los cultivadores de todas las doctrinas.

Un ejemplo es esta interpretación de la creación basada en el Génesis y el Timeo de Platón: “Cuando Dios terminó la creación del mundo, empieza a contemplar la posibilidad de crear al hombre, cuya función será meditar, admirar y amar la grandeza de la creación de Dios. Pero Dios no encontraba un modelo para hacerlo. Por lo tanto se dirige al primer ejemplar de su criatura, y le dice: “No te he dado una forma, ni una función específica, a ti, Adán. Por tal motivo, tendrás la forma y función que desees. La naturaleza de las demás criaturas la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú no tendrás límites. Tú definirás tus propias limitaciones de acuerdo con tu libre albedrío. Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tus alrededores. No te he hecho mortal, ni inmortal; ni de la tierra, ni del cielo.

De tal manera, que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos“. Sin embargo trece de esas tesis fueron consideradas “sospechosas de herejía“. El Papa las vinculó con la magia cabalística y prohibió seguir adelante con el debate. Pico della Mirandola no tuvo mejor idea que escribir una Apología en la cual defendía esas tesis cuestionadas, lo que los doctores eclesiásticos consideraron un acto de soberbia y obstinación. Juzgado y condenado por herejía, Pico della Mirandola fue excomulgado, por lo que huyó a Francia, donde fue detenido y conducido a la cárcel de Vincennes.

El heredero del trono de Francia, y futuro rey, Carlos VIII, intercedió en su favor y fue liberado. Tiempo después aceptó una invitación de Lorenzo el Magnífico de Medicis (1449-1492), banquero, político y mecenas italiano, y se instaló en Florencia. En el año 1489 finalizó el Heptaplus, relato místico de la creación del universo, en el que bucea sobre el Génesis, buscando desentrañar sus significados más recónditos. Dos años después, con veintiocho años de edad, renunció a sus cuantiosos bienes y a su parte del principado familiar y se entregó a un profundo fervor religioso. Viajó por toda Italia como mendicante hasta que, en 1493, el papa Alejandro VI lo absolvió de cualquier imputación de herejía y lo admitió de nuevo en la Iglesia católica.

Pico della Mirandola, sin embargo, no abjuró de ninguna de sus tesis. Ingresó en la Orden de los Dominicos, cuyos hábitos llegó a vestir poco antes de su muerte, acaecida a los treinta y un años, el 17 de noviembre de 1494. Una parte de su Disputationes adversus astrologiam divinatricem fue publicada en Bolonia tras su muerte. En este libro Pico della

Mirandola presenta argumentos contra la práctica de la astrología que han tenido una enorme importancia durante siglos, hasta nuestras fechas. Disputationes está influido por los argumentos contra la astrología expuestos por su admirado San Agustín de Hipona, y también por ideas mantenidas por su maestro, Marsilio Ficino, que le habría animado a escribirlo.

La enemistad de Pico della Mirandola contra la astrología parece deberse principalmente al conflicto con las nociones cristianas de libertad de elección. Pero los argumentos de Pico della Mirandola van más allá de las objeciones de Ficino (que era astrólogo). El sobrino de Pico della Mirandola, un ferviente seguidor de Savonarola, editó el manuscrito para su publicación tras su muerte, y posiblemente fue corregido para ser aún más crítico. Esto explica el hecho de que Ficino promocionara el manuscrito y lo apoyara con entusiasmo antes de su publicación.

Pico della Mirandola llegó a reunir una de las bibliotecas personales más ricas del Renacimiento, que legó a un amigo, con la condición de no cederla a ningún convento, como era lo usual en la época entre los hombres de su condición, lo que coincide con su talante independiente y sus firmes y sostenidas convicciones de eterno rebelde ante la autoridad eclesiástica. Su fama era grande a su muerte, como demuestra su epitafio: “Hic situs est PICUS MIRANDOLA, cætera norunt/Et Tagus et Ganges, forsan et Antipodes” (“Aquí yace Pico della Mirandola: el Tajo, el Ganges, aun las Antípodas saben el resto“).

Arnau de Vilanova (en catalán y provenzal), denominado también Arnaldo de Vilanova o de Villanueva en castellano,Arnaldus de Villa Nova o Arnaldus Villanovanus en latín y Arnaud de Villeneuve en francés, (1238 – 1311), posiblemente nacido en Villanueva de Jiloca, antiguamente Villanueva de San Martín, Zaragoza, fue médico, teólogo y embajador de grandes figuras de la monarquía y del clero de su época. Escribió obras claves para la medicina europea medieval, comoRégimen Sanitatis ad regum Aragonum, Medicinalium introductionum speculum y algunos tratados de patología general, entre otros. Se le conocía como el “médico de Reyes y Papas” y se le han atribuido obras de alquimia, aunque muchas de las obras que se le adjudican podrían no ser suyas.

De formación políglota dominó el hebreo, árabe, probablemente el griego, algunas lenguas vulgares de Francia, el latín y el catalán, siendo estas dos últimas las que usó para escribir sus obras. Probablemente fue el médico más importante del mundo latino medieval, implicado también en cuestiones político-religiosas de su tiempo. Las referencias acerca del origen de fray Villanueva son especialmente oscuras y embrolladas; referencias ocasionales y contradictorias hacen de Francia, Catalunya o Valencia la patria de fray Villanueva. Menéndez Pelayo escribió, ya en 1880, que “el referir y contrariar los yerros cometidos por los biógrafos de Arnaldo sería prolijo y enfadoso“.

Descubrimientos documentales recientes apuntan a Villanueva de Jiloca, cerca de Daroca, como el lugar de nacimiento del personaje aragonés, sin que se conozca la fecha exacta, aunque rondando el año 1240. Sin embargo, muy pronto emigró, presumiblemente con su familia, al vecino reino de Valencia, poco tiempo antes conquistado por el rey Jaime I (entre 1225 y 1262) para los cristianos. En su capital fue tonsurado, y vivió y ejerció su profesión como médico. Tuvo propiedades y profesó como monja dominica a su hija María (1291).

En 1260 estudiaba Medicina en Montpellier y en 1280 era ya un médico prestigioso. Diez años más tarde se halla de nuevo en Montpellier como maestro de su pujante Escuela médica, aunque no por ello deja de atender sus intereses valencianos y la salud de la familia de Jaime II de Aragón. Este rey, gran amigo de Vilanova, le enviaría, en 1299, a la corte de Francia, en misión diplomática.

Y en París iba a dar a conocer las ideas que había ido desarrollando acerca del próximo fin del mundo y de la necesaria reforma de la Iglesia. La repulsa de los teólogos de la Sorbona, que condenan su Tractatus de tempore adventu Antichristi (Tratado sobre el tiempo en que ha de venir el Anticristo), va a marcar un giro en su vida. Herido por la afrenta y convencido de su verdad, se lanzó a una campaña vindicativa que mengua, aunque no elimina, su labor profesional.

Le vemos en 1301 apelando al papa Bonifacio VIII y remitiendo un opúsculo apologético a destacadas personalidades de la cristiandad; en 1302, polemizando violentamente con los dominicos que rechazan sus ideas; y en 1304, protestando ante el cónclave reunido en Perusa. La elección de Clemente V, antiguo amigo de Vilanova, a cuyo examen somete la colección de sus escritos religiosos, le trae unos años de calma (1305-1309) en los que Vilanova realiza gestiones a favor de sus reyes en la corte pontificia de Aviñón y lleva a cabo una amplia propaganda espiritual entre las comunidades laicales de la Provenza. El prestigio de que goza le permite intervenir en problemas tales como el proceso de los templarios, los proyectos de Cruzadas, las disidencias del franciscanismo estricto o las tensiones entre la Santa Sede y el rey de Sicilia.

El rey de Sicilia era el joven y caballeroso Federico II, en el que el maestro Vilanova hallaría un discípulo fiel y ferviente. A su dictado había emitido disposiciones para el buen orden de su casa y reino. Y, en 1309, le confiaba unos sueños misteriosos, cuyo significado interpretaría Vilanova, relacionándolo con otros tenidos por Jaime II, en el sentido de que ambos reyes hermanos habían de promover la acción renovadora de la Iglesia preconizada por él. La exposición que de todo ello hiciera Vilanova en público iba a provocar su ruina.

Ante la protesta de la curia y la indignación del rey de Aragón, Vilanova tuvo que refugiarse junto al de Sicilia. De una longevidad inusual para la época, murió septuagenario en Génova el 8 de septiembre de 1311, cuando realizaba gestiones para evitar la ruptura de hostilidades con Roberto I de Nápoles. Vilanova tuvo una activa intervención en la vida política de su tiempo, casi siempre movida por sus ideales religiosos y apoyada en su prestigio profesional. Sobre todo en la amistad de Jaime II, en la tolerancia de Bonifacio VIII o en la benevolencia de Clemente V subyace la gratitud del paciente eficazmente tratado, aunque se vea también fomentada por la lealtad del súbdito y la fidelidad del cristiano.




Hay en la obra religiosa de Vilanova más de celo indiscreto, de ingenuidad idealista o de fantasía exaltada que de heterodoxia formal. Implicado en el movimiento de los espirituales, en la línea de las extrañas especulaciones de Joaquín de Fiore, busca la salvación del mundo en sus lucubraciones escatológicas, en sus exigencias de reforma eclesiástica y en sus exhortaciones ascéticas. Pero aunque las fantasías de la especulación o las violencias de la polémica le lleven a expresiones desafortunadas, nunca cae en la herejía. La sentencia de la Junta de Teólogos de Tarragona, que en 1316 ordenó la destrucción de sus obras espirituales, fue anticanónica y desmesurada.

Pero Vilanova fue ante todo magister medicinae. Por una parte, clínico práctico de amplia experiencia y fama bien acreditada. Por otra, profesor destacado de la mejor Facultad del Medievo. Por otra, autor de una importante obra médica, muy difundida y apreciada a lo largo de tres siglos y a lo ancho de toda la cristiandad. Apenas hay biblioteca importante que no cuente con copias medievales o ediciones renacentistas de algunos de sus escritos científicos.

En el siglo XVI se hizo una colección que trataba de recoger sus obras completas, cuyo éxito denotan las reimpresiones que se sucedieron. Puede decirse que la obra médica de Vilanova responde a su condición de médico escolástico, un sabio formado en los textos clásicos de Hipócrates y Galeno, recibidos a través de su versión arábiga y completados con las mejores producciones de los autores que escribieron en árabe. Aunque no le hubiera sido preciso el conocimiento de este idioma, pues la mayor parte de esos libros habían sido ya traducidos al latín, sabemos que Vilanova lo poseía a la perfección y que en sus años de médico regio en Barcelona había traducido opúsculos de Galeno, Avicena y otros. El grueso de su obra original es fruto de su época de Montpellier. Hay un conjunto de tratados extensos y bien elaborados que reflejan el estilo y responden a la utilidad de la docencia impartida en las Escuelas de Medicina.

Comentarios eruditos, varios de los cuales se han perdido o permanecen inéditos, a los autores exigidos en el plan de estudios; colecciones de aforismos de intención nemotécnica, entre los que destacan las populares Parábolas de la medicación, de las que se conservan 40 copias de los siglos XIV y XV y que fueron editadas 15 veces en el XVI; obras de doctrina médica, unas estrictamente especulativas —De humido radicale—, otras que desembocan ampliamente en la práctica —como De considerationibus operis medicinae—, todas ellas coronadas por esa admirable síntesis de los principios de la ciencia médica que es la llamadaSpeculum medicinae; densas exposiciones de farmacología básica, como el tratado De graduatibus medicinarum, tan importante en la línea de los intentos medievales de una teorización de la dosificación medicamentosa, etc.

Junto a este bloque de escritos está el tan conocido Regimen sanitatis, escrito en 1308, para tutelar la salud del rey de Aragón, pero que pronto se difundió amplísimamente por toda Europa, siendo traducido al hebreo, y los extensos catálogos de medicamentos simples y compuestos —Simplicia y Antidotarium—, y las monografías, breves y expresivas, que abordan los más diversos problemas clínicos. En cambio, puede afirmarse el carácter apócrifo de obras tan ligadas al nombre de Vilanova como son el Breviarium practicae y el comentario al Regimen sanitatis salernitanum. Y, desde luego, del conjunto de los libros de alquimia que le han sido atribuidos.

Hay motivos suficientes para despojar la figura de Vilanova del manto de alquimista de que fue revestido por autores o copistas del siglo XV y que tanto se suele destacar en la visión habitual que se da de su persona. No parece que fuera alquimista, ni mago, ni rebelde innovador. Más bien, fue un médico galenista que, sobre la base de un profundo conocimiento de la ciencia transmitida por los antiguos, elaboró una doctrina tan propia como tradicional, que procuró celosamente preservar de toda cavilación filosofizante y dirigir a la práctica clínica concreta. Sus obras sobre medicina constituyen un bien forjado eslabón en la cadena de transmisión perfeccionadora del saber médico clásico.

En total, su obra médica se compone de 27 títulos auténticos más otros 51 atribuibles al maestro, según las investigaciones publicadas en la Arnaldi de Vilanova Opera Medica Omnia. Versan sobre medicina teórica con fines docentes (Speculum medicinae), aforismos (Aphorismi de gradibus), regímenes de sanidad (Regimen sanitatis ad regem Aragonum y Regimen Almeriae, encargados ambos por el rey Jaime II), medicina práctica, estudios monográficos, farmacia y traducciones (de Avicena, Galeno, etc). También se ocupó de la Astrología, la cábala y alquimia, aunque la mayoría de las obras que se le atribuyen en estos campos se consideran apócrifas.

En ciertas tesis relativas a la historia rosacruz, se cita a un personaje cuyo nombre es Christian Rosenkreutz (1378-1484) y se le muestra como fundador de la Orden de la Rosa-Cruz. Pero en realidad la Orden existía desde hacía varios siglos, pero funcionaba por ciclos de actividad de 108 años, seguidos de un periodo inactivo de igual duración.

Cuando llegaba el momento de proceder a su resurgimiento, se tomaban las disposiciones necesarias para anunciar la apertura de una tumba en la que se encontraba el cuerpo de un Gran Maestro, con joyas raras y manuscritos que habilitaban a los autores del descubrimiento a proceder a su despertar para un nuevo ciclo de actividad.

 Este anuncio era alegórico y las iniciales “C.R.C.” no designaban a una persona que existiera realmente. Es a la luz de estas explicaciones como hay que considerar la leyenda e historia de Christian Rosenkreutz. En el siglo XVII, la Orden alcanza su más alta reputación a partir de la publicación y de la amplia difusión de tres Manifiestos impresos en Alemania y atribuidos a Juan Valentín Adreae (1586-1654). Se trata de la “Confessio Fraternitatis“, “La Fama Fraternitatis” y de “Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz“, que datan respectivamente de 1614, 1615 y 1616. Juan Valentín Adreae nació el 17 de agosto de 1.586 en Herrenberg, ducado de Wutemberg (Alemania), en el seno de una familia noble. Su abuelo fue canciller y teólogo. Su padre, era superintendente de Herrenberg.

Desde pequeño supo aprovechar de excelente forma las oportunidades educativas que se le fueron presentando. Cuando tenía 15 años, falleció su padre y toda la familia se trasladó a Tubinga. En la universidad de esta ciudad, estudió durante seis años, combinando sus estudios con el trabajo de profesor particular, ayudando así al sostén familiar, ya que tenía seis hermanos menores, además de costear su carrera. En 1.605, ya graduado como profesor, comenzó sus estudios de teología, al mismo tiempo que predicaba. Por causas que no están muy claras, se cree que por alguna juerga un tanto descontrolada, perdió su empleo y la posibilidad de ingresar en la carrera eclesiástica. Durante varios años se dedicó a viajar.

De vuelta en Tubinga intentó recuperar su antiguo trabajo, pero fue en vano, ya que no había un puesto para él, así que empezó a trabajar como preceptor de jóvenes de la nobleza. El año 1614 fue un año importante en la vida de Valentín, por un lado pudo retomar sus actividades en la universidad de Tubinga, y fue nombrado Diaconus, en Vaihingen. Además, contrajo matrimonio con Isabel Grüninger. Pero hay algo mucho más interesante. Según se cree, en uno de sus múltiples viajes, habría entrado en contacto con una serie de misteriosos personajes que le habrían encomendado la misión de dar a conocer al mundo la Hermandad Rosa Cruz. Se sabe con certeza que perteneció, entre 1614 y 1619, al llamado Capítulo de Cassel, sociedad secreta fundada por el conde Mauricio de Hesse-Cassel.

Durante esta época publicó multitud de documentos destinados a dar a conocer el ocultismo verdadero. Sin duda, su obra fundamental fue “Las Bodas Alquímicas de Cristian Rosenkreutz”, una maravillosa alegoría de la transmutación alquímica del alma humana. En realidad, estos tres Manifiestos, en los que se mezclan los textos históricos y alegóricos, fueron redactados por un Colegio de Rosacrucesmarcando el comienzo de un nuevo ciclo de actividad de la Orden, que, a partir de ese momento, se dio a conocer públicamente bajo el nombre de “Orden de la Rosa-Cruz“. En 1693, bajo la dirección del Gran Maestro Johannes Kelpius (1673-1708), rosacruces de todos los países de Europa embarcaron hacia el Nuevo Mundo a bordo del “Sarah María“.

A principios de 1694, desembarcaron en Filadelfia donde se establecieron. Unos años más tarde, algunos se desplazaron hacia el Oeste de Pensilvania y fundaron una nueva colonia. Después de haber creado su propia imprenta, editaron un gran número de obras maestras de la literatura mística e introdujeron en América las enseñanzas de la auténtica Rosa-Cruz. Bajo el impulso de estos rosacruces europeos nacieron también numerosas instituciones americanas y el mundo de las artes y de las ciencias conoció un progreso sin precedentes en los Estados Unidos. Personajes eminentes como Benjamín Franklin (1706-1790) y Thomas Jefferson (1743-1826) estuvieron en estrecho contacto con la obra rosacruz de este país.

El Sistema de iniciación denominado Rojismo y sus órdenes derivadas, como la Orden Illuminati y la Orden O.T.O. (Ordo Templi Orientis), centran la iniciación en el dios de la Luz Baphomet. Por tanto, nada mejor que conocerlo un poco mejor. Baphomet (también Bafomet, Bafumet, Bafometo o Baffometo) es una supuesta deidad cuyo culto se le atribuye a losCaballeros de la Orden del Temple.

Su nombre apareció por primera vez cuando los templarios fueron enjuiciados por herejes. Durante el proceso, muchos de los caballeros de la orden fueron sometidos a tortura, y confesaron numerosos actos heréticos. Entre ellos se incluyó la adoración a un ídolo de Baphomet, que tenía una cabeza barbada y con pequeños cuernos. Esto explicaría por qué razón los templarios fueron acusados de herejes tras haber tomado contacto, en Tierra Santa, con los sarracenos y sus creencias. Los templarios acusados de herejes vivían en Occitania, cuya lengua local era el occitano. En las lenguas vecinas se usaron los términos Mahomet (francés) y Mafumet (catalán). Esta hipótesis se apoya en que en el acta contra los templarios no se dan mayores explicaciones, apuntando a que era un término de uso habitual.

Otras fuentes más aventuradas sostiene que la testa barbuda en cuestión correspondería a Jesucristo. Esto último estaría contradiciendo la creencia en la Resurrección. Destacan que esta cabeza, que no era una mera representación, sino una cabeza humana embalsamada, no era otra que la de Juan el Bautista. Suele relacionarse también el nombre Baphomet con la fusión de dos términos griegos cuyo significado aproximado es el de bautismo de sabiduría. Se decía que Baphomet era el encargado del purgatorio de los siete infiernos y de los diferentes demonios de los siete pecados capitales. En 1589, Peter Binsfeld asoció cada pecado capital con un demonio, que tentaba a la gente por medios asociados al pecado. Según“La Clasificación de los Demonios por Binsfield”, los demonios asociados son: Asmodeo, Belcebú, Mammon, Belfegor, Satanás, Leviatan y Lucifer.

Asmodeus (Asmodai, Sydonai, Chammadai, Asmodeo, o Asmodaeus) es un demonio, conocido comúnmente por aparecer en el Libro de Tobit o Libro de Tobías, que no forma parte del Antiguo Testamento protestante ni del judío, pero si del católico. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología. Su origen se halla en la religión mazdeísta (Zoroastrismo) de los persas. Probablemente, llega al judaísmo durante el tiempo en el que este pueblo se halló bajo la dominación persa (siglo VI a.C), y más tarde, pasaría al cristianismo, aparentemente en el siglo II a.C. En el Libro de Tobit, Asmodeus se enamora de Sarah, hija de Raguel, y cada vez que aquella contrae matrimonio, mata al marido durante la noche de bodas. Así llega a matar a siete hombres, impidiendo que consumen el matrimonio.

Más tarde, Sarah se promete a un joven llamado Tobías, hijo de Tobit. Éste recibe la ayuda del arcángel Rafael, el cual le enseña cómo librarse del demonio. De este modo, Tobías coge un pez y le arranca el corazón, los riñones y el hígado, colocándolos sobre brasas. Asmodeus no puede soportar los vapores así desprendidos, y huye a Egipto, en donde el arcángel Rafael le encadena. No se sabe más de la suerte que corre este demonio, pero se lo presenta como símbolo del deseo carnal. En el Talmud, Asmodeus no parece ser una criatura tan maligna como en otros libros, sino que relata historias sobre su trato con el rey Salomón. Al parecer, Salomón llegó a atrapar al demonio y le obligó a construir el Templo de Jerusalén. En otra leyenda, Asmodeus y Salomón se cambiaron el uno por el otro durante varios años.

En otra Asmodeus es presentado como el rey de todos los demonios, similar al concepto cristiano de Satán, y como amante de Lilith después de que ésta abandonara a Adán. Asmodeus y Samael “El Veneno de Dios” son algunos de los nombres que se le da a Lucifer tras tentar a Eva con el fruto de uno de los árboles prohibidos, el del conocimiento del bien y del mal. Tras su caída se emparejó con Lilith, la primera mujer de Adán, y con ella engendró miles de demonios. En ocasiones se atribuye a Asmodeo la paternidad del mago Merlín. En la Edad Media, cuando se quería asociar los 7 pecados capitales con sus “demonios responsables“, se le indicó como el demonio de la lujuria.

Leviatán (del hebreo לִוְיָתָן, liwyatan, enrollado) es una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás y creada por Dios.(Génesis). El término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo de un gran monstruo o criatura. En el Génesis, Leviatán es mencionada de forma implícita (Job): “Dios creó los grandes monstruos marinos – Taninim“.

En este verso Rashi declara: “De acuerdo a la leyenda esto se refiere al Leviatán y su pareja. ya que esta es la reencarnación de la serpiente de Adán y Eva. Dios creó un Leviatán macho y una hembra, entonces mató a la hembra y la dio de comer para los honestos, ya que si los leviatanes llegaran a procrear, entonces el mundo no podría interponérseles.” Jastrow traduce la palabra “Taninim” como “monstruo marino, cocodrilo o gran serpiente“.

La palabra “Leviatán” aparece en los siguientes libros bíblicos: “Aquel día Yahveh castigará con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta, y matará al dragón del mar” (Isaías). “Rompiste las cabezas del Leviatán; y lo diste por comida a las tortugas de mar” (Salmo 74). “Por allí circulan los navíos y Leviatán que hiciste para entretenerte” (Salmo 104). “¿Sacarás tú al Leviatán con el anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua?” (Job). En el Talmud, el Leviatán es mencionado en el Avoda Zara: “Rav Yehuda dice, hay doce horas en un día. En las primeras tres horas Dios se sienta y aprende el Torá, las segundas tres horas él se sienta y juzga el mundo.

Las terceras tres horas Dios alimenta al mundo entero… el cuarto periodo de tres horas Dios juega con el Leviatán“. También se menciona en el Moed Katan: “Rav Ashi le dijo a Bar Kipok: ¿qué será dicho en mi entierro? Él contestó: “¿si una llama puede derrumbar a un cedro, qué esperanza tiene un árbol pequeño? Si un Leviatán se puede enganchar y acarrear a la tierra, qué esperanza tiene un pescado en un charco?“

El festival Judío de Sucot concluye con un rezo recitado antes de abandonar el sukkah (cabina): “Mayor sea su voluntad, Señor nuestro Dios y Dios de nuestros antepasados, que apenas pues he satisfecho y he morado en este sukkah, así pueda yo tener mérito en el año que viene para morar en el sukkah de la piel de Leviatán. El año próximo en Jerusalén.”. Un comentario en este rezo en el libro de rezos de Artscroll agrega: “El Leviatán era un pez monstruoso creado en el quinto día de la creación“.

Su historia se relaciona largamente en el Baba Bathra del Talmud, donde se dice que “el Leviatán será destruido y su carne será servida como banquete para ser honrado en el tiempo por venir, y su piel se usará para cubrir la tienda donde ocurrirá el banquete“. La leyenda dice que en el banquete después del Armagedón, el caparazón del Leviatán será servido como comida, junto con el Behemoth (buey) y el Ziz. El Ziz (hebreo: זיז), también conocido como Renanim (el cantante celestial), Sekwi (el vidente) o hijo del nido, es un pájaro gigante de la mitología judía, del cual se dice que puede bloquear el sol con sus alas. Es considerado un arquetipo de animal gigante o monstruoso.

Hay otro himno religioso que recitado en el festival de Shavuot (celebrando el Torá), conocido comoAkdamut, en donde dice: “… el deporte con el Leviatán y el buey Behemoth… cuando se engancharán el uno con el otro y comenzarán el combate, con sus cuernos, el Behemoth corneará con fuerza, el pez [Leviatán] saltará para confrontarlo con sus aletas, con poder. Su creador se les aproximará con su espada poderosa [y los matará a ambos].” Así, “de la hermosa piel del Leviatán, dios construirá los pabellones para abrigar al honrado, que comerá la carne del Behemoth [buey] y el Leviatán en medio de gran gozo y alegría, en un enorme banquete que será dado para ellos.” Algunos comentaristas rabínicos dicen que estos pasajes son alegóricos.




Igualmente en el apócrifo Libro de Enoc Leviatán es descrito junto a Behemot: “Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que morará en el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain“. El Leviatán también puede ser interpretado como el mar en sí mismo, con sus contrapartes, Behemoth que es la tierra y el Ziz que son el aire y el espacio. Algunos eruditos han interpretado al Leviatán, y otras referencias al mar en el Viejo Testamento, como referencias altamente metafóricas a los merodeadores del mar que aterrorizaron alguna vez el Reino de Israel.

Algunas leyendas judías consideran al Leviatán como un dragón andrógino que en su forma masculina sedujo a Eva, y a Adán en su forma femenina. La interpretación cristiana del Leviatán le considera a menudo como un demonio asociado con Satán o el Diablo, y algunas especulan que éste es el mismo monstruo que Rahab (Isaías). Las referencias bíblicas a Leviatán parecen haberse desarrollado de una leyenda canaanita que implica una confrontación entre Hadad (Baal) y un monstruo marino de siete cabezas, al cual Hadad logra derrotar. También se asemeja a la épica de la creación babilónica “Enuma Elish“, en la que el dios de las tormentas, Marduk, mata a su madre, el monstruo marino y diosa del caos y la creación, Tiamat, y crea la tierra y los cielos de las dos mitades de su cuerpo. Algunos eruditos bíblicos consideran que Leviatán representa las fuerzas preexistentes del caos:

“Tú con tu poder, dividiste el mar y aplastaste las cabezas de monstruos marinos Rompiste las cabezas de Leviatán y lo diste por comida a las tortugas de mar” (Salmo 74). “Dios hizo retroceder las aguas de la tierra preexistente y destruyó al caótico monstruo marino Leviatán, para formar lo deformado y moldear la tierra a su gusto: La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis). Algunos intérpretes sugieren que el Leviatán es un símbolo de la humanidad en oposición a Dios, y no es más literal que las bestias mencionadas en Daniel y Revelación. En la demonología medieval un Leviatán es un demonio acuático que intenta poseer a las personas, siendo éstas difíciles de exorcizar.

Belfegor es un demonio que ayuda a la gente a hacer descubrimientos. Las seduce a través de inventos ingeniosos que supuestamente les proporcionará riquezas. De acuerdo a demonólogos del siglo XVI, su poder es más fuerte en abril. El arzobispo y caza-brujas Peter Binsfeld creía que Belfegor tentaba a la gente a través de la pereza. Belfegor se originó en Asiria como el dios moabita que era asociado al libertinaje y orgías. Se le alababa en forma de pene y se le describía en escrituras cabalísticas como El disputador, enemigo del sexto sephiroth. Su trabajo fue esparcir discordia y guiar a los hombres hacia el mal a través de promesas de bienes terrenales. Belcebú o Beelzebub, derivado de Baal Zebub o más propiamente Ba‘al Z’vûv, era el nombre de una divinidad filistea Baal Sebaoth (deidad de los ejércitos) en hebreo. Adorada, en épocas bíblicas, en la ciudad filistea de Ecrón, fue posteriormente asimilada a la tradición cristiana. Se cree que Belcebú o Beelzebub deriva etimológicamente de “Ba’al Zvuv“, que significa “El Señor de las Moscas“. Por otro lado, el nombreBeelzebub era usado por los hebreos como una forma de burla hacia los adoradores de Baal, debido a que, en sus templos, la carne de los sacrificios se dejaba pudrir, por lo que estos lugares estaban infestados de moscas.

Sin embargo, la palabra que compone este nombre suena en hebreo tsebal, morada, especialmente en el sentido de la Gran Morada, los infiernos. Y en boca del pueblo se confundió con tsebub, mosca. Y se pasó de este imponente nombre de “Señor de la Gran Morada” o “Señor del Abismo” a “Señor de las Moscas“, que es la traducción que suele darse en los textos evangélicos. Belcebú, en sus formas alegóricas, toma a veces una apariencia colosal; de rostro hinchado, coronado con una cinta de fuego, cornudo negro y amenazante, peludo y con alas de murciélago.

En la literatura cristiana se empleó para designar al Príncipe de los Demonios, de acuerdo a la antigua costumbre hebrea de representar deidades ajenas en forma maligna. El escritor inglés y premio Nobel de literatura en 1983, William Golding, escribió una novela alegórica, titulada El señor de las moscas (epíteto de Belcebú). 

En la novela se le representa mediante la cabeza de un jabalí, clavada en una pica en un claro de un bosque, y cortejada por miles de moscas que revolotean a su alrededor mientras se va pudriendo. En el relato bíblico el demonio asume diversos nombres, que corresponden a distintas manifestaciones de su maldad y de las tentaciones de pecado que nos ofrece incesantemente. Sin embargo originalmente, en la tradición judeocristiana existen desde el demonio del dinero, Mammón, hasta el que produce olores fétidos, Belial.

Es frecuente que a Belcebú se lo denomine Satanás, y también Lucifer, y tantos otros nombres y especializaciones en el mal como creó, con fines didácticos, la imaginación de los predicadores. Pero en un diccionario sobre demonología podremos comprobar que son distintos demonios. Este semi-dios raramente vagaba por la tierra; siempre se mantuvo distante. Se dice que en su templo violaba menores que eran traídas por esclavos. En este sentido, también hay tradiciones que indican que Lucifer, Satanás y Belcebú conforman el triunvirato que gobierna al infierno y sus legiones.

Las ideas expresadas en el libro de ficción El Código Da Vinci, escrito por Dan Brown, nos dice que la palabra Baphomet en el idioma del Abtash, código hebreo sin vocales, nos refiere a lo siguiente: En las letras del Abtash las primeras 11 letras (A–B–G–D–H–V–Z–Ch–T–Y–K) deben ser intercambiadas por sus consiguientes 11 (Th–Sh–R–Q–Tz–P–O–S–N–M–L). Así pues, B-P-V-M-Th, intercambiando las letras, nos da: H-A-Z-A-E-L, que a su vez nos da el nombre de la “última”descendiente del linaje fruto de la relación entre María Magdalena y Jesús de Nazareth.

A Baphometh también se le relaciona con el “dios pagano de la fertilidad” o como se dice: “En las mesas estadounidenses tradicionales, durante la celebración del día de Acción de Gracias, aún se veían símbolos paganos de la fertilidad, con sus respectivos cuernos. La cornucopia o «cuerno de la abundancia» era un homenaje a la fertilidad de Baphomet y tenía su origen en el mito de Zeus amamantado por una cabra a la que se le rompía un cuerno que, milagrosamente, rebosaba frutas…“. Por lo demás, a partir de 1854, con la aparición de la obra “Dogma y ritual de la alta magia”, del célebre ocultista francés Eliphas Lévi, la figura de Baphomet ha sido, en gran medida, tergiversada. Desde entonces, su vinculación con el macho cabrío de los aquelarres, como así también Satanás u otros demonios menores ha sido inevitable.

La fraternidadSkull & Bones, en la Universidad de Yale, a la cual pertenecieron (o pertenecen) los Bush, tiene como patrono a Baphomet. La figura de Baphomet ha estado sujeta a diversas interpretaciones. Montague Summers, presunto experto en demonología y brujería, derivaba la palabra del término griego Baph Metis, “bautismo de Luz”. La ocultista Madeline Montalban, fundadora de la Orden de la Estrella de la Mañana, defendía la hipótesis de que el nombre se derivaba de la exótica palabra Bfmaat, que significaba “el Abridor de la Puerta”. Y el ocultista francés Eliphas Lévi aseguraba en sus obras que el secreto de tan misterioso nombre se descubría al invertir sus letras. Probablemente Baphomet significa bautismo de Luz y Sabiduría.

Eliphas Lévi dibujó a Baphomet con cabeza de cabra, rasgos andróginos y símbolos iniciáticos, sentado sobre un cubo. Entre los cuernos de la entidad dibujó un pentragrama y una antorcha. En su cuerpo añadió unos pechos femeninos y un falo con forma de vara de Hermes, un brazo masculino y otro femenino y una mano hacia arriba y otra mano hacia abajo, señalando una luna creciente y otra menguante. Cada brazo tenía una palabra en latín: solve et coagula. Limpiar y renovar,solve et coagula, conocida frase de la alquimia medieval, en la que se quiere decir que nada nuevo se puede construir si antes no hacemos sitio, deshaciendo lo viejo.

El cuadrado, que se relaciona con el cubo, es el símbolo del mundo y de la naturaleza. En él encontramos el nombre del dios hebreo, YHVH, así como los cuatro elementos y las cuatro estaciones. Tenemos, pues, a un Baphomet sentado sobre el mundo, como el dios de la Creación. La antorcha simboliza la Luz divina y es llevada por aquél que porta la Luz a la humanidad. Baphomet es, por tanto, según la simbología, el dios que porta la Luz, lo que concuerda con la condición de dios de la iniciación de Baphomet.

El pentagrama o estrella de cinco puntas ha sido utilizado desde los albores de la humanidad. Los pitagóricos lo denominaban Pentalfa y algunos iniciados lo vinculan a Sirio. Kenneth Grant, jefe de la OTO inglesa y último discípulo de Aleister Crowley, apuntaba que “para los egipcios Sirio fue expresado por el jeroglífico de los dientes y la serpiente, siendo ella la madre primordial que parió a los siete planetas conocidos como los determinadores del tiempo”. Sirio está representada también por el perro y es la “estrella de la mañana”, la estrella que da origen a la Creación… Baphomet, por todo ello, se presenta con un símbolo ligado al primer dios, a la Luz Primordial. El estado derecho del pentagrama simboliza el triunfo del espíritu sobre la materia; el estado inverso, por contra, simboliza lo contrario. El pentagrama de Baphomet indica que su figura es divina e iniciática, no material como es el caso de Satanás. De hecho, las sectas satánicas actuales utilizan el pentagrama invertido.

El resto de simbología de Baphomet, sin embargo, debe observarse desde el hermetismo y sus siete principios herméticos. Eso indica que éste es el dios de la Luz y la iniciación. El hermetismo invita a descubrir todos los misterios del Universo y Baphomet posee su ciencia desvelada en símbolos, que se relacionan con los siete principios herméticos. El principio de mentalismo, en que las palabras en latín de los brazos de Baphomet, solve et coagula, dan la idea de creación y disolución, principio de la hermética que dice que el universo está en la mente, por lo que es posible crear y disolver cualquier cosa con la capacidad mental-espiritual-corporal.

El principio de correspondencia, en que la hermética habla de una dualidad universal, en que para una luz hay una oscuridad. La posición de las manos de Baphomet, una arriba y otra hacia abajo, representaría este principio. El principio de vibración, en que las manos en movimiento de Baphomet y el ambiente que le rodea dan la sensación de movimiento.

El tercer principio de la hermética dice que todo el universo está en movimiento constante. El principio de polaridad, que expresa la dualidad de opuestos, masculino-femenina, oscuro-claro, y que es muy visible en la representación de Baphomet, en los pechos de mujer y el falo masculino o en la luna blanca y la negra. Elprincipio de ritmo, que se corresponde a la idea de que todo fluye y refluye como la marea del mar. Las lunas en diferentes fases representarían este principio. El principio de causa y efecto, que expresa la idea universal de que para toda acción existe una reacción. Además de ser uno de los principios de la hermética es una ley de la física actual, así como del principio de la teoría del caos y la causalidad.

Las palabras solve et coagula significarían la reacción y la correspondencia entre las dos, para que exista una debió existir antes la otra. El principio de generación, representada por la composición andrógina de Baphomet, que significaría el principio hermético de que todo es masculino y femenino al mismo tiempo.

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