domingo, 29 de abril de 2018

Los Reyes Perdidos de la Criptodinastia Merovingia

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German de Sède sorprendió al mundo, con sus informaciones relativas al tesoro y los pergaminos que un sacerdote de Rennes-le-Château (Francia), localizó durante la restauración de su Parroquia, dieron lugar a casi 500 artículos y publicaciones; 

Como la obra The Holy Blood and the Holy Grail, de Baigent, Leigh y Lincoln donde se nos habla de descendientes directos de Jesús hasta nuestros días, rastreo de Occitanos (cátaros) y templarios, complejas tramas de sociedades iniciáticas y secretas...

La Dinastía Merovingia: Los Reyes Perdidos 
de la obra de Henri Lobineau (Henri de Lénoncourt)

Entre los reyes merovingios que fueron conspiratoriamente depuestos del trono francés hace más de mil trescientos años se citan asimismo a los sicambros, descendientes de la tribu judía de Benjamín, que emigraron sucesivamente a la Arcadia, a Sicilia, a los Alpes y a las orillas del Rin. De Meroveo hasta Clodoveo, los reyes merovingios, apodados los Ursus, fueron paganos entregados alculto de Diana. El famoso jarrón de Soissons contenía muestras de la sangre de los treinta y nueve primeros reyes francos, que fueron merovingios. 



La dinastía de los carolingios y la de los capetos (el rey Felipe el Hermoso, destructor de la Orden del Temple, era un Capeto) no eran legítimas, ya que el último rey merovingio, Dagoberto II, asesinado en el año 679 cerca de Stenay, en las Ardenas, tenía un hijo, Sigisberto IV, que escapó a la suerte de su padre, fue salvado por un tal Meroveo Levy, puro sicambro, quien le llevó en secreto a Rennes-le-Château. Sigisberto IV, llamado Plant-Ard (Retoño Ardiente), se casó con la hija del rey visigodo español Wamba y dio nacimiento al linaje de los condes del Razès, del que provenían también los Blanchefort.

Este linaje es el único que puede pretender legítimamente al trono de Francia. Tal era, según el secreto genealógico-dinástico contenido en los pergaminos encontrados por el abate Saunière en la Iglesia de Rennes-le-Château y que estaban acuñados, por el sello de Blanca de Castilla. El linaje cripto-merovingio se perpetuó en la sombra hasta nuestros días, de modo que el "Rey Perdido", el "Gran Monarca" (pues este regio linaje tendría su origen en el vástago del propio Jesús tras su unión con Maria Magdalena, que fue llevada tras la crucifixión clandestinamente a la Galia donde se refugio, pues ya existían allí comunidades judías), está presente de incógnito entre nosotros. Cuando llegue el momento, se manifestará.

Pero el Rey Perdido no lo estaba para todo el mundo, ya que hacía mucho tiempo que una temible sociedad secreta, el Priorato de Sión, conocía el secreto. Esta sociedad tuvo su nacimiento en la unión de tres grupos de iniciados: 

los monjes de la abadía del Monte Sión, fundada en 1099 en Jerusalén por el jefe de la Primera Cruzada, Godofredo de Bouillon, que era un sicambro; los seis (o trece) Sabios de la Luz, discípulos de un tal Ormus y que tenían como emblema la Rosacruz y, finalmente, por los últimos esenios, la secta judía de la que procede el Cristianismo y a la que se deben los manuscritos del Mar Muerto. 

El Priorato de Sión se proponía como doble objetivo propagar el Cristianismo esotérico de San Juan y defender la cripto-dinastía merovingia. La Orden del Temple, creada en 1118, no era más que su brazo secular, al que proporcionaba ya fuese sus Grandes Maestros oficiales, ya fuese sus Grandes Maestres secretos.

Estos hechos no pueden ser totalmente ignorados debido a ciertos detalles históricos: En el año 886, el "Retoño Ardiente" de la estirpe merovingia, Sigisberto IV, ya había devenido en un amplio y complejo árbol genealógico. Bernard Plantavelu y los duques de Aquitania constituían una de sus ramas genealógicas. Había otras ramas también, pues los documentos Prieuré declaran que Sigisberto VI, el nieto de Sigisberto IV, era conocido como el "príncipe Ursus". Entre 877 y 879 el "príncipe Ursus", fue proclamado oficialmente "rey Ursus", al parecer en una extraña ceremonia eclesiástica celebrada en Nimes. 

Con la colaboración de los nobles Bernard de Auvergne y el Marqués de Gothie encabezó una insurrección contra Luis II de Francia en un intento de recuperar su legítimo patrimonio. Varios historiadores nos confirman que tal insurrección tuvo lugar entre 877 y 879. Estos historiadores aluden a Bernard de Auvergne y al marqués de Gothie, si bien no dicen que el líder de la insurrección fuese Sigisberto VI, pero hay alusiones a un individuo llamado el "príncipe Ursus".



Según los documentos Prieuré, Godofredo de Bouillon - en virtud de su bisabuela, que casó con Hugo de Plantard en 1009 - era descendiente por línea directa de la familia Plantard. O sea que; Godofredo llevaba en su estirpe sangre merovingia ya que descendía directamente de Dagoberto II, Sigisberto IV y el linaje de reyes merovingios. 

Durante cuatro siglos la sangre real merovingia se mezcló a través de numerosos árboles genealógicos. Finalmente, parece que dio fruto. Y el fruto fue Godofredo de Bouillon, duque de Lorena. Y aquí, en la casa de Lorena, estableció un nuevo patrimonio. 

Para sus propios ojos, y ante los de sus seguidores, Godofredo sería más que duque de Lorena. De hecho, sería un rey legítimo, un pretendiente legítimo de la dinastía depuesta con Dagoberto II en el año 679. Pero si Godofredo era rey legítimo, era también rey sin reino; y la dinastía capeta de Francia (apoyada por Roma) estaba demasiado consolidada para que pudiera destronarla. 

Baigent, Leigh y Lincoln se preguntan: ¿Qué se puede hacer si se es rey y no se tiene reino? Quizá buscar un reino. O crearlo. El reino más precioso de todo el mundo: Palestina, la Tierra Santa, el suelo que pisara el mismísimo Jesús. ¿Acaso el gobernante de semejante reino no sería comparable a cualquier otro de Europa? ¿Y acaso, al presidir el más sagrado de los lugares de la Tierra, no se cobraría una dulce venganza de la iglesia que traicionara a sus antepasado cuatro siglos antes?.

Sello de la abadía de Nuestra Señora del Monte Sión, Jerusalén. Fechado el 2 de marzo de 1289, muestra al Espíritu Santo descendiendo sobre los apóstoles en forma de paloma (¿o se trata de la Sofía gnóstica?). 

La pregunta queda ahí... pero entendemos que la respuesta es lógica y clara y más si tenemos en cuenta la importancia que tenía Jerusalén para todo el Cristianismo, hasta el punto de que muchos reyes y emperadores abandonaban sus reinos para ir a conquistar estar tierras santas poniendo en peligro no solo el reino abandonado en Occidente sino que también hasta su propia vida.

“La Alquimia Espiritual”: Cuentos de Hadas

Debemos llegar a ser como niños para poder entrar en el Reino de los Cielos. Pero a veces nos olvidamos de los mismos niños…

Sabemos que nuestro Trabajo Interior Psicológico es fundamental para la eliminación de nuestros defectos, para llegar a cristalizar todas y cada una de las Virtudes latentes en nuestro interior y alcanzar el estado de pureza y bienaventuranza última e imperecedera.

Dicho trabajo ha de ser consciente y con rectos esfuerzos. Supone un gran sacrificio por nuestra parte conservar ese constante estado de recordación de sí mismo de instante en instante. ¿Pero cómo hacer comprender a un niño de 5 años lo que muchas veces nos cuesta comprender a nosotros mismos?



Existe un maravilloso mundo lleno de simbolismos que ayuda al niño a comprender la necesidad de ser mejor cada día y cómo poder lograrlo. Les decimos: “Tienes que ser más bueno”. Pero ellos nos preguntan: “¿Y cómo hago para serlo?” Y a veces nos encontramos ante preguntas que nos dejan perplejos: “¿Y qué tiene de malo no ser bueno?”

Nuestro mundo materialista les enseña que los malos consiguen lo que quieren a fuerza de violencia, ¿cómo hacerles comprender que existe una Fuerza Superior llamada AMOR que consigue todo lo que se propone sin violencia? ¿Cómo hacerles comprender qué es lo que realmente debemos anhelar y conseguir?
Los cuentos de hadas son el camino más simple y completo para hacerles llegar ese conocimiento.

Ellos nos hablan de ALQUIMIA y de KABALA de una forma tan sencilla, que casi no nos damos cuenta.

A través de cuentos como “Cenicienta” o “Blancanieves” se nos habla, una y otra vez, de la necesidad de transmutar nuestro PLOMO-MATERIA en puro ORO-ESPIRITUAL por medio de una serie de pruebas cotidianas que los protagonistas de los cuentos soportan con dulzura, sin perder nunca su buena voluntad hacia quienes les ofenden.

Así, Cenicienta ayuda con afecto a sus hermanastras que parten para el baile, y sentada entre las cenizas del hogar, próxima a la chimenea, que es el símbolo de la comunicación entre el Cielo y la Tierra, no se queja ni se venga.

Al igual, Blancanieves, que a pesar de la maldad de su madrastra y de los intentos de ésta por acabar con su vida, no organiza una lucha para asaltar el castillo.

De esta manera, con su dulzura, los personajes de los cuentos de Hadas nos dan una lección de Paciencia y Bondad. Nos enseñan el modo de lograr nuestra Alquimia Espiritual.

El Verdadero Alquimista no sólo transmuta sus Energías Creadoras, sino también todas las situaciones que le ofrece la vida, ya sean estas agradables o desagradables.



Las pruebas que tienen que superar los personajes de los cuentos de hadas son símbolos profundos del Camino Iniciático, como ocurre en el cuento de “Las Habichuelas Mágicas”, que simboliza la Ascensión Espiritual y su victoria sobre el Ogro (paradigma de los más zafio en nuestro interior: envidia, ira, lujuria, avaricia, orgullo, etc).

También vemos la Kábala Esotérica reflejada en ellos: El número 7 se repite con insistencia en cuentos como el de “Blancanieves”: sus 7 años, los 7 enanitos con sus 7 camitas, sillas, platitos, esta constante intenta recordarnos su potencialidad en la Creación.

En el Tarot, el Arcano Nº 7 representa el camino de luchas y esfuerzos, pruebas, sufrimientos, pero que al final, si se persevera en el esfuerzo, y se tiene paciencia y serenidad, vendrá el esperado triunfo.

Igualmente, al número 3 lo vemos reflejado en muchos narraciones. El es la expresión del sacrificio que precede a cada acto creador y que por eso aparece en todas las prácticas mágicas: Tres suelen ser las Hadas convidadas a las bodas y bautizos de príncipes y princesas; 3 los enigmas a resolver en los relatos maravillosos; 3 los deseos a pedir al genio; 3 las pruebas que deben pasar los protagonistas, etc., además de otras cosas este ternario es el ritmo de la vida misma: Juventud, Madurez, Vejez; o así mismo, Nacimiento, Vida y Muerte.

El final feliz es una expresión de todas las enseñanzas esotéricas, que nos dicen que la única y verdadera felicidad se halla en la superación de los obstáculos materiales y en la eliminación del enquistamiento de nuestros Yoes Psicológicos. Analicemos esa última frase que corona a cada final feliz: “Y colorín colorado, este cuento se ha acabado”. Dicho color es el rojo y no otro, haciendo alusión al color que deben adquirir nuestras aguas seminales por medio de la transmutación y la purificación, para que reflejen el también simbólico Faisán Rojo, que es el que señala, simbólicamente, el paso previo al advenimiento del Fuego Sagrado del Kundalini, cuando esa Serpiente de Mágicos Poderes comienza a despertar.

En otros tiempos los símbolos no estaban tan distantes de la comprensión racional como ahora.

El hombre, al ir perdiendo los dones de sus Sentidos de Percepción Interna, que le permitían estar en contacto directo con los Gnomos, las Ondinas o las Hadas, los ha ido relegando y considerando algo ilusorio y fantasioso, no así los niños quienes en su etapa más inocente y pura conocen y están en contacto con ese Mundo Mágico y Real.

Por eso no debemos impedir que el niño utilice su “Fantasía”, que en realidad es Imaginación Consciente , si lo hacemos, toda su vida espiritual perderá fuerza.

Nos toca a nosotros, como padres y educadores, ayudarles para que no pierdan esos poderes maravillosos. Tenemos las herramientas que caritativamente nos legó el V.M. Samael, ¡utilicémoslas!

Es nuestro deber no dejar que los niños pierdan algo que a nosotros nos cuesta, ahora, mucho recuperar.



Dado que ellos son la esperanza del futuro y como no sabemos cuanto tiempo nos queda y nosotros los adultos ya hemos perdido bastante, es nuestra obligación no hacérserlos perder a ellos.

Fomentemos esos maravillosos poderes que aún conservan y ayudémosles en su trabajo interior, con narraciones aparentemente tan infantiles, tan inocentes que les permitirán alcanzar aquello que en realidad se encuentra dentro de ellos mismos. Recordemos lo dicho por Mircea Eliade, profundo conocedor de los mitos y el esoterismo: “Todo ser humano desea experimentar ciertas vivencias de situaciones peligrosas, enfrentar tribulaciones excepcionales, penetrar en el otro mundo, y se puede experimentar todo esto leyendo u oyendo Cuentos de Hadas”
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