miércoles, 16 de septiembre de 2020

Los Indomables Guanches

Estaua de un Mencey o jefe Guanche

Nuestros paisanos Canarios, además de vivir en un lugar precioso, pueden presumir de ser descendientes directos de un pueblo fuerte y orgulloso como pocos, los Guanches.

Y es que mucho se habla de la conquista de América o de la conquista de Granada, pero pocos son los que se acuerdan de la conquista de Canarias.

 Una empresa, en teoría, que no se presentaba muy complicada por la abrumadora superioridad numérica y tecnológica de los conquistadores pero que se acabó alargando durante casi 100 años (1400-1494) debido principalmente al carácter beligerante e indomable del pueblo Guanche.

(NOTA: Aunque existe algunos rasgos diferenciadores entre los Guanches de las distintas islas, en este artículo me referiré a ellos generalizando como si fueran un solo pueblo.)





Mapa del siglo XV basado en las nota de Tolomeo (Siglo.I).Es la primera representación de las Canarias


El origen de los Guanches se pierde en el tiempo y seguramente los primeros pobladores de las Islas Canarias son descendientes de cromañones africanos procedentes de África que se asentaron en el 2.500 a.d.C.

Fenicios y Cartagineses conocían las islas y los autores clásicos griegos y romanos ya se referían a ellas como las “Islas Afortunadas”.

Cuando se derrumba el imperio romano, las Canarias caen prácticamente en el olvido hasta que los Árabes las redescubren en el 950.


Reconstrucción de un poblado Guanche.

Durante los siglos siguientes los derechos sobre las islas pasan por diferentes manos siendo un enclave engorroso al que sólo se acercaban expediciones para saquear y traerse a la península lo que se se pudiera rapiñar antes de que los Guanches los corrieran a gorrazos hasta sus barcos.

Sería en 1400 cuando la conquista de las islas se inicia de un modo sistemático al mando del francés Juan de Bethencourt, pero los intentos de dominar esas pequeños islotes eran casi siempre infructuosos y las estancias de los conquistadores no acostumbraban a ser demasiado largas.

Guanche con su garrote, su mejor arma.

Los guanches eran un pueblo fuerte y corpulento y la resistencia que ofrecían era feroz. Incluso cuentan que cuando los capturaban “eran imposible de encadenar pues tronchaban gruesas cadenas sin aparente esfuerzo (sic)“. La famosa “Lucha Canaria” tiene su origen en antiguas competiciones Guanches.

También acostumbraban a azuzar contra las tropas invasoras “verdines”, unos grandes perros de piel pardo-verdosa hoy extintos. (Un posible origen del nombre Canarias, puede venir de la gran cantidad de canes que había)

Perro de presa Canario. Esta raza es posterior a los verdines y tiene cruces de razas continentales.

Otra táctica que usaban era la de comunicarse a larga distancia entre ellos a base de silbidos, pudiéndose transmitir informaciones logísticas o situaciones del enemigo lo que les confería una enorme ventaja a la hora de preparar emboscadas.

Esquema del uso del garrote. By Forges.

En la actualidad, sobre todo en la Gomera, se sigue usando este medio de comunicación.





El arma preferido de los Guanches eran unos largos garrotes que manejaban con gran maestría (también se practica en la actualidad la lucha de “garrote canario”) y aprendieron a usarlos de un modo “pelín” especial que se convirtió en el terror de los invasores. 

Consistía en agarrarlo con los pies, tensarlo con las manos y soltarlo, saliendo el garrote disparado y siendo incluso capaz de atravesar cascos y escudos.

Pero en 1477, los reyes Católicos querían una base militar en las islas para controlar a los árabes del norte de África y pusieron en marcha todo su poderío bélico, el más poderoso de la época.

De este modo, en 1492 es conquistada Palma y en 1494 Tenerife quedando finalmente, todas las islas dominadas y cristianizadas.

Pintura de la batalla de Acentejo. Batalla decisiva en la conquista de Tenerife.

Por desgracia, toda conquista trae consigo la superposición de la cultura conquistadora sobre la conquistada, lo que supuso la casi desaparición de la cultura Guanche incluido ellenguaje Guanche, que aunque se sabe que existió, hoy se desconoce.

En otro artículo hablaré de lo que se conoce de esta antigua cultura que era bastante avanzada a su modo pues, por ejemplo, Usaban unas técnicas de momificación, muy similares a las empleadas por los Egipcios.

Momia Guanche

Viñeta y parte de la historia extraída de:

Historia de Aquí por Forges.

Una colaboración de Vania gutierrez

Más en:



lunes, 14 de septiembre de 2020

Cueva de los Tayos: Misterio No resuelto

La Cueva de los Tayos, la legendaria y misteriosa formación de Ecuador que  despertó la fascinación del astronauta Neil Armstrong - BBC News MundoA una altitud aproximada de 800 metros, en una zona montañosa irregular, en las faldas septentrionales de la Cordillera del Cóndor en Ecuador, se sitúa la entrada “principal”, o más bien, la entrada “conocida” a este fascinante mundo subterráneo.

Fue en 1969 cuando Juan Moricz, un flemático húngaro nacionalizado argentino, espeleólogo aficionado y experto en leyendas ancestrales, encaró este apasionante misterio del oriente selvático del Ecuador.

Aunque Moricz no era el primero en tropezarse con el intrincado de túneles y galerías subterráneas que dan cobijo a los Tayos(aves nocturnas – imagen inferior – cuyos polluelos son muy codiciados por los indios shuaras), es innegable su valentía y arrojo al haber sido, sin duda, el primero en dar a conocer a nivel mundial la existencia de este sistema intraterrestre.





Cueva de los Tayos

Leyendo tan sólo la acta notarial de su hallazgo, con fecha 21 de julio de 1969, en la ciudad costeña de Guayaquil, a cualquiera se le encrespan los cabellos frente a estas detonantes afirmaciones:

“…he descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio…”

Frente a esto, es inevitable pensar en la posible relación entre las planchas que menciona Moricz – halladas en una cámara secreta de la Cueva de los Tayos – con las planchas metálicas de complejos ideogramas que han sido visualizadas en nuestra experiencia de contacto, aquella biblioteca cósmica que los Guías extraterrestres denominaron “El Libro de los de las Vestiduras Blancas”.

Veamos a continuación los intrincados de este misterio – que palpita aun en la selva ecuatoriana – y cómo llegó Moricz a descubrir los túneles de esa esquiva humanidad subterránea.

UBICACIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LA CUEVA DE LOS TAYOS

A una altitud aproximada de 800 metros, en una zona montañosa irregular, en las faldas septentrionales de la Cordillera del Cóndor, se sitúa la entrada “principal”, o más bien, la entrada “conocida” al mundo subterráneo de la Cueva de los Tayos. El acceso consiste en un túnel vertical, una suerte de chimenea con unos 2 metros de diámetro de boca y 63 de profundidad.

El descenso – no apto para cardíacos – se realiza con un cabo y polea. De allí, un verdadero laberinto se abre al explorador por kilómetros de misterio, que deben ser recorridos en la más absoluta oscuridad. Las linternas más potentes son nada ante semejantes galerías donde una catedral entera podría caber.

La Cueva es denominada habitualmente “de los Tayos” debido a que su sistema de cavernas es el hábitat de unas aves nocturnas llamadas Tayos (Steatornis Caripensis), que constituyen la misma especie que se ha hallado en otras cavernas de Sudamérica, como por ejemplo, los “guacharos” en Caripe, Venezuela.

El estudio inicial de esta conexión intraterrestre entre especies de aves nocturnas lo abordó detalladamente el sabio alemán Alejandro de Humboldt, en su obra: “Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente” (1800).

Es sumamente sospechoso que una misma especie de aves ciegas esté diseminada en diversas cavernas de Sudamérica. ¿Será que todos aquellos laberintos intraterrestres no son cavernas aisladas y guardan una conexión?

En las inmediaciones de la Cueva de los Tayos del Ecuador viven los Shuaras, quienes en el pasado fueron conocidos con el nombre “Jíbaro” – denominación despectiva para ellos -, famosos – también en el pasado – por su bravura y el arte de reducir cabezas. Ellos son los primeros exploradores del sistema subterráneo, ya que cada mes de abril bajaban a la cueva para hurtar los polluelos de los Tayos – que son más grandes que una paloma.

Y en medio de esta faena se toparon con una serie de sorpresas. La más resaltante, fue sin duda, el hallazgo de gigantescas huellas sobre bloques de piedra que, por sus ángulos rectos y simetría, sugieren un origen artificial.

Moricz recogió estos relatos en su visita al oriente Ecuatoriano, pudiendo comunicarse sin mayor dificultad con los nativos gracias a su dominio del Magiar, un antiquísimo lenguaje húngaro similar al dialecto Shuar. Obviamente, Moricz sabía muy bien a qué blanco apuntar.

Desde 1950 seguía pacientemente la “pista” que lo podría llevar al reino subterráneo. Algunas fuentes, incluso, lo vinculan con una extraña orden esotérica húngaro-germana, hecho que podría explicar el profundo conocimiento esotérico que esgrimía en sus controvertidas entrevistas a los medios de prensa.

Sea como fuere, Moricz estuvo en Perú, Bolivia y Argentina buscando estas entradas antes de llegar al Ecuador. En más de una entrevista subrayó lugares como Cusco, el Lago Titicaca y Tierra del Fuego, como los posibles lugares desde donde “se puede descender al reino subterráneo”.

Según él, la Cueva de los Tayos es sólo una de las tantas entradas a este mundo perdido, y lo más apabullante: que aun así, estaríamos hablando de un simple “arañazo” al mundo real de estos seres intraterrestres, que yacen a profundidades difíciles de alcanzar por el ser humano.

LAS PLANCHAS METÁLICAS DEL PADRE CRESPI (VER FOTOS)

Pero la cosa no queda allí.

Quizá una de las aseveraciones más inquietantes es la existencia de la presunta biblioteca metálica. De existir, y siempre bajo el testimonio de Moricz, allí encontraríamos registrada la historia de la humanidad en los últimos 250.000 años, una cifra que moviliza a cualquiera.

Un punto a tener en cuenta en relación a estas planchas, nos lleva en línea recta a los extraños objetos que en su momento custodió el padre salesiano Carlo Crespi, en el patio de la Iglesia María Auxiliadora de Cuenca. Los objetos habían sido encontrados por nativos quienes, en acto de amabilidad y gratitud, se los cedieron al padre Crespi para su custodia.

Muchos de estos objetos – por no decir todos – posteriormente fueron robados. Si el padre Crespi aun estuviese con vida, quizá podríamos rastrear el origen exacto de tan enigmáticas piezas que parecían ser muy antiguas, mostrando indiscutibles ideogramas en relieve, una suerte de “código de información” o “escritura”.

En 1976, en la primera página de la revista norteamericana Ancient Skies, apareció un revelador artículo del filólogo hindú Dileep Kumar, quien analizando los símbolos que se muestran en una de las piezas del padre Crespi – una lámina aparentemente de oro, de unos 52 cms. de alto, 14 cms. de ancho y 4 cms. de grosor – concluyó que los ideogramas pertenecían a la clase de escritura Brahmi, utilizada en el período Asokan de la historia de la India, hace unos 2.300 años…

Cuatro años más tarde, el doctor Barry Fell - Profesor de Biología de la Universidad de Harvard - identificaba 12 signos de la lámina en cuestión con los propios signos empleados en el Zodíaco.

Y bien, teniendo en cuenta que estos objetos se hallaron en el Ecuador, no era descabellado darle al menos el beneficio de la duda a la biblioteca metálica descubierta por Moricz en la Cueva de los Tayos.

Todo esto no tardaría en atraer la atención de los cazadores de lo misterioso.

ERICK VON DÄNIKEN Y NEIL ARMSTRONG

Y la cosa se puso color de hormiga.

Primero apareció en escena el famoso escritor suizo Erick Von Däniken, quien supo cautivar a Moricz para que le diese material fotográfico y la versión oculta de su hallazgo, hecho que fue espectacularmente explotado en el libro “El Oro de los Dioses” (1974), donde Däniken no sólo se limitó a fantasear con la versión original de la historia, sino, por si fuera poco, sostenía haber ingresado él mismo a la Cueva de los Tayos “en sus sueños” y haber visto con sus propios ojos la biblioteca metálica.

El libro fue un bestseller mundial, vendiendo 5 millones de copias y traducido a 25 idiomas.

NI UN PESO PARA MORICZ

El libro, cautivó de manera particular al lector europeo.





“Däniken incluyó fotografías del Archivo Moricz-Peña Matheus que mostraban el interior de las cuevas, e imágenes de la planchas metálicas del Padre Crespi”,

…y fue así como el ingeniero escocés Stanley Hall contacta con Moricz para proponerle una expedición internacional a la Cueva de los Tayos.

Moricz aceptó siempre y cuando él fuese el jefe de la expedición y que ningún objeto hallado en el mundo subterráneo podría ser retirado. Como era de esperarse, Hall no aceptó la propuesta. Inmediatamente desechó la presencia de Moricz en la expedición y se comunicó con el Gobierno de Inglaterra.

Resultado: En julio de 1976 se llevaría a cabo una expedición Ecuatoriano-Británica, con un intimidante personal militar ycientífico y, para añadir la cereza a la torta, la presencia del astronauta norteamericano Neil Armstrong.

Desde luego, esta no sería la primera incursión del astronauta en un lugar donde “las papas queman”. Recordemos tan sólo sus frecuentes visitas a Paysandú, Uruguay, debido a la intensa actividad Ovni en la estancia de la Aurora -popularizada por el escritor brasilero Trigueirinho.

El mismísimo dueño de la estancia donde ocurrieron los hechos, Angel Tonna – con quien tuve la oportunidad de compartir en su casa de Paysandú en 1999 – aun recuerda las visitas de Armstrong quien, además, le confió en su propia estancia de Uruguay que la misión Apolo XI de 1969, enfrentó un encuentro cercano del Tercer tipo en la Luna.

¿UN PLAN SECRETO?

Las investigaciones Ecuatoriano-Británicas se desarrollaron por 35 días, instalando un generador de electricidad en el campamento base, a escasos metros de la boca misma de la Cueva, descendiendo a diario a las profundidades para desarrollar sus “investigaciones geológicas y biológicas”. Según el informe final, la comisión de estudiosos concluyó que la Cueva de los Tayos no tenía origen artificial, y que no existían indicios de trabajo humano.

Todo lo había hecho la naturaleza…

Una conclusión desconcertante teniendo en cuenta los claros dinteles y bloques de piedra que se pueden encontrar en el sistema intraterreno, muy similares a los que halló, paradójicamente, el equipo de arqueólogos de la expedición a mitad de camino entre el campamento base y la unión del río Coangos con el Santiago. Hallaron un muro megalítico de aproximadamente 4,50 metros de largo por 2,5 metros de alto.

El espeleólogo argentino Julio Goyen Aguado -presente en las primeras expediciones a la Cueva de los Tayos, incluyendo la incursión ecuatoriano-británica- sostenía que la expedición de 1976 fue financiada por la Iglesia Mormona, ya que las planchas metálicas que aludía Moricz recordaban las propias planchas de oro que recibiera el profeta Joseph Smith de manos del ángel Moroni.

Teniendo en cuenta diversas leyendas mormonas apuntan a que los citados registros estarían ocultos actualmente en algún lugar de la cordillera de los Andes, es curioso notar que la zona donde se ubica la Cueva de los Tayos se denomina “Morona“, similar al nombre del “enviado” que contactara a Smith.

Sea como sea, Aguayo – ya fallecido – sospechaba que Stanley Hallpertenecía a los Servicios Secretos del Reino Unido, además de formar parte de la masonería inglesa, sumamente interesada en encontrar la biblioteca metálica.

Neil Armstrong, y recordemos bien esto, también era masón.

No obstante a todo ello, aunque el tema de la biblioteca metálica ha atraído a muchos buscadores, en verdad este tesoro oculto despistó a quienes se embarcaban en su busca del verdadero secreto del mundo subterráneo: aquellos seres que grabaron las planchas.

A fin de cuentas, el informe de la Expedición echó por tierra el verdadero secreto que yace en la Cueva de los Tayos, mientras a mitad de todo el jaleo, se llevaban cuatro cajas selladas de madera que no permitieron abrir a los shuaras, quienes se sintieron engañados y estafados. Hoy en día recuerdan claramente aquel triste episodio. Los nativos piensan que se llevaron “algo” de las cuevas…




Cuando Neil Amstrong salió de la Cueva de los Tayos – donde permaneció tres días – declaró a los medios de prensa que su visita al mundo subterráneo había superado su vivencia en la Luna (!).

Saquen sus conclusiones…


s Crespi


Fotos de la Coleccion del padre Carlo








Cueva de Los Tayos – The Crespi Project



domingo, 13 de septiembre de 2020

El Pájaro de Sakkara: Aeronáutica en el Antiguo Egipto

Aviones o Pájaros

Cuando en el año 1.898 era encontrado en una tumba de lanecrópolis de Sakkaraun objeto de madera que fue catalogado inmediatamente como la figura de un halcón, nadie imaginó ni siquiera por un momento que, 74 años después, ese mismo objeto iba a ser la pieza central de la primera exposición de aeromodelismo del antiguo Egipto.

Esta figura de madera después de su descubrimiento fue a parar como tantas otras alMuseo Egipcio del Cairo con el número 6.347, donde permaneció expuesta largo tiempo entre otras reproducciones de pájaros. Pero había algo que la diferenciaba enormemente de las demás.

Su envergadura alcanza los 18 cm. y tiene una longitud de 14 cm.

El ala izquierda es ligeramente superior al ala derecha, 7,7 cm. y 7,65 cm. respectivamente. La cola es vertical, a diferencia de la de cualquier ave que siempre es horizontal, y presenta una forma oblicua que junto a la asimetría de las alas facilita el vuelo si es lanzado al aire, planeando un largo recorrido hasta volver de nuevo al punto de partida, como si de un boomerang se tratara.





Las singulares características que presentaba esta supuesta figura de halcón terminaron por llamar poderosamente la atención al Dr. Khalil Messiha (aficionado al aeromodelismo) en el año 1.969, cuando procedía al examen de la pieza, y en donde descubrió una inscripción que había pasado totalmente desapercibida hasta ese momento que decía "pa-dimen", que significa "regalo de Amón", uno de los principales dioses del panteón egipcio.

Este dios de origen tebano era identificado como dios del viento, de lo oculto y de lo invisible, al que se le solía representar con la piel de color azul y dos grandes plumas sobre el tocado de su cabeza, Inicialmente su forma de animal sagrado era la de un ganso, aunque posteriormente adoptó la figura de un carnero, como los que se pueden apreciar en el Templo de Karnak.

Como si de un dios del viento se tratara, todas las formas de esta pieza examinada por el Dr. K. Messiha eran especialmente aerodinámicas, y el diseño de sus alas estaba diseñado para crear el vacío sobre ellas. Incluso comprobó que la extensión de las alas de algunos de los compañeros de pájaros que se exponían junto a la pieza 6.347, eran idénticamente proporcionales a la de aviones como el Caravelle.

A este estudio se unió el hermano del Dr. Khalil, ingeniero de vuelo, precisando que:

"......El ángulo diedro negativo cumple las mismas funciones que el positivo: una sección muestra que la superficie del ala es parte de una elipse que proporciona estabilidad durante el vuelo; y las formas aerodinámicas de la estructura disminuyen la resistencia del aire, lo cual es un hecho que fue descubierto en aeronáutica tras años de trabajos experimentales......"

En pocas palabras, el diseño de este curioso pájaro no era producto en ningún caso de la casualidad, sino más bien el producto de una técnica acumulada a través de un conocimiento detallado y preciso, y a partir de una experiencia continua en el campo de la aeronáutica durante un largo periodo de tiempo.

¿Era eso posible hace más de 4.000 años?

La repercusión alcanzada por el estudio de la pieza 6.347 del Museo Egipcio alcanzó al propio gobierno de Egipto, quien en la figura de su Ministro de Educación, Mohammed Gamal El-Din Mujtar, encargó otro estudio a una comisión técnica para un total examen de todas las piezas de pájaros expuestas en el museo.

Esta comisión fue nombrada el 23 de diciembre de 1.971, y entre otros expertos de distintas especialidades figuraban el Director del Museo de Antigüedades Egipcias, el Dr. Abdul Quader Selim y el Presidente de la Federación Egipcia de Aeronáutica, el señor Kamal Naguib.




El resultado del estudio de la comisión no pudo ser más sorprendente y fructífero.

 El 12 de enero de 1.972, tan sólo 20 días más tarde del inicio de los análisis sobre la figura 6.347 y sus compañeras, era inaugurado en el pabellón de antigüedades del Museo Egipcio, y auspiciada por los ministerios de Educación y del Aire, la primera exposición de aeromodelismo de la época de los faraones.

Junto con el "halcón" estudiado por el Dr. K. Messiha y su hermano, otros trece pájaros o aviones fueron presentados como aeroplanos del antiguo Egipto por el representante del Primer Ministro, el Dr. Abdul Quader. Este increíble acto causó el recelo y la indiferencia de la comunidad científica, que dio la espalda a tan clara evidencia de los antiguos conocimientos egipcios.

Desde entonces continúa expuesto intermitentemente como una pieza más en una de las salas del Museo Egipcio, levantando sólo el interés de algún que otro curioso aficionado a la paleoastronáutica o de algún conocedor de tan increíble pero verdadera historia.

sábado, 12 de septiembre de 2020

Cuando el Alma Sale del Cuerpo

Mucha gente podrá pensar que se trata de simple autohipnosis, pero si se realiza muchas veces, uno se convence que no es así, que no hay ninguna influencia que interfiera, sino que se trata de la propia voluntad que determina lo que haces, se trata de un fenómeno autoconvincente y autopersuasivo. 

Sentir que uno sale fuera de su cuerpo debe ser, a todas luces, una experiencia impactante. 

Viajar hasta lugares lejanos, ver cosas que se escapan a la percepción habitual, y hasta sentir que se es algo más que cuerpo físico, son algunas de las realidades a las que es posible acceder cuando la mente se libera del cuerpo.

Se trata de un fenómeno vivido no sólo por místicos, chamanes y personas que han sentido de cerca la muerte, si no por gentes normales en situaciones corrientes. Las experiencias extracorpóreas son más frecuentes de lo que parece: una de cada diez personas ha dejado atrás su cuerpo físico alguna vez para viajar con el “alma”.

Quien ha experimentado un viaje astral suele describir el extraño cordón de plata que une su cuerpo físico con el psíquico. Ese hilo sutil mantiene la conexión entre ambos.

Una súbita sensación de ligereza invade el cuerpo. Y antes de terminar de acostumbrarse, los ojos comienzan a percibir la habitación de modo diferente. Ya no está tendido en la cama, sino muy cerca del techo. O al menos eso parece.




Al girar la vista, surge una visión estremecedora: tendida sobre la cama se encuentra una persona a la que uno conoce muy bien… demasiado bien. La primera sorpresa es verse a sí mismo acostado, mientras que el auténtico yo se encuentra flotando en la habitación. Después ya no hay prácticamente límites a lo que puede pasar.
Estas son algunas de las sensaciones que rodean a una experiencia extracorpórea. Un fenómeno más corriente de lo que se pueda pensar y que ha sido experimentado de forma consciente por una de cada diez personas.

 Se trata, en resumen, de un viaje al otro lado de la realidad que se realiza dejando atrás al cuerpo físico, y del que sabemos desde hace siglos gracias a los relatos de místicos y chamanes de todas las latitudes.

Ver lo que se encuentra en otros lugares, ser capaz de realizar curaciones imposibles, acceder a información sobre lo que ocurrió en un lejano pasado, e incluso lo que está por suceder, son algunos de los fenómenos paranormales que pueden ocurrir mientras el yo de la persona se encuentra separado de su cuerpo.

La experiencia extracorpórea anula todas las ilusiones culturales de forma que uno alcanza un nivel superior de madurez.

Esta es una de las conclusiones de Waldo Vieira, un investigador brasileño que ha dedicado casi toda su vida a intentar comprender el significado de un fenómeno que considera puede arrojar luz sobre lo que significa realmente la vida.

Con nueve años, tuvo sus primeras experiencias de percepción extrasensorial. 

Éstas le permitieron conocer que el Universo es algo mucho más complejo de lo que se puede ver a simple vista, estimulándole a estudiar a fondo los fenómenos paranormales, las experiencias extracorpóreas y su relación con la conciencia.Un mundo en el astral ¿Qué sucede cuando se produce una experiencia extracorporal?

 Los límites de lo físico se derrumban, la percepción llega hasta fronteras inimaginables, y el sentido de la realidad cambia de forma radical y permanente. Cuando se está fuera del cuerpo, los prejuicios y convenciones quedan atrás y se descubre que lo realmente importante es lo que cada uno hace con su propia evolución. Cuando uno sale fuera del cuerpo mantiene su lucidez, es consciente, incluso a veces hay una expansión de la conciencia que nos hace más inteligentes.

Según sostiene este investigador, ese nuevo mundo en el que se desenvuelve el viajero astral es la verdadera tierra natal de cada uno, de donde procede y a donde volverá. Allí se encuentran millones de otras consciencias, agrupadas por afinidades en miles de grupos evolutivos, y también los evolucionólogos, seres con una conciencia más evolucionada que son los mentores de cada grupo evolutivo.

Este explorador de la mente está convencido que entre esas consciencias extrafísicas se encuentran los que han sido seres humanos, lo que hace posible que durante el estado de consciencia que es el viaje fuera del cuerpo, se puedan, por ejemplo, recordar vidas pasadas, pero sin ninguna inducción, ni hipnosis, ni sugerencia.

Fantasmas De Los Vivos

Durante la realización de un viaje astral las limitaciones físicas parece que pueden superarse. La persona puede desplazarse a miles de kilómetros de distancia de forma instantánea, ve lo que sucede y lo describe con increíble exactitud.

Los ejemplos de esta clarividencia provocada por experiencias fuera del cuerpo son innumerables. La Sociedad de Investigaciones Psíquicas británica cuenta en sus archivos con numerosos casos comprobados, que incluyen incluso la resolución de un crimen gracias a un testigo que presenció el robo y muerte de un hombre, mientras se encontraba fuera de su cuerpo.

Lo más corriente es que las personas que se encuentran realizando un viaje fuera del cuerpo se comporten como fantasmas; pueden ver pero no ser vistos, ni intervenir físicamente donde se encuentran. Aunque esto no siempre es así.

Hay personas que afirman haber visto figuras espectrales de familiares y conocidos, que después se comprobó que estaban bien vivos, aunque dormidos, cuando se produjo el fenómeno.

En ocasiones, la aparición de esos supuestos espectros se produce durante la agonía de la persona, como si quisiese despedirse de sus allegados por última vez. Los expertos los llaman “fantasmas de los vivos” y su presencia obedece a desdoblamientos astrales.

Durante un viaje extracorporal se pueden recorrer grandes distancias y atravesar todo tipo de obstáculos, pero también hay ocasiones en que el viajero astral no puede atravesar una simple pared, y time que salir por la puerta, como una persona física.





En estas situaciones puede haber una intervención sobre la materia, dándose casos, como uno registrado en el trabajo de Robert Crookall The Study and Practice of Astral Projection, en el que una mujer fue capaz de abrir una ventana y una puerta mientras tenía una experiencia extracorpórea.

Esta facultad de intervenir físicamente en el entorno en determinadas ocasiones, podría explicar las inexplicables curaciones que ocurren como consecuencia de experiencias fuera del cuerpo. 

Los ejemplos de personas que mejoraron físicamente de sus enfermedades después de ser visitadas astralmente por parientes o familiares, son muy numerosos, e incluso hay algunos casos de médicos que aseguran viajar fuera de su cuerpo para ayudar a un paciente, si no pueden desplazarse físicamente.

El Viaje Astral en porcentajes

Si en ese otro lado del espejo al que se puede llegar realizando un viaje astral se pueden encontrar entidades inmateriales, tanto positivas como negativas,

 ¿sería posible que alguna mal intencionada tomase control del cuerpo del viajero astral? 

Sobre este asunto hay diferentes opiniones, pero Vieira cree tajantemente que eso no es posible. Hemos calculado que hay unas nueve consciencias extrafísicas por cada conciencia intrafísica, por cada persona viva, o sea por cada uno de los seis mil millones de habitantes de la Tierra. 

De éstas, unas tres son peores, otras tres más o menos iguales, y las tres restantes mejores que nosotros. Y todas han sido humanos en vidas pasadas, y no sólo humanos, también subhumanos; asegura.

Y añade que al realizar una experiencia extracorpórea, “cada uno busca sus afinidades, y si uno no tiene buenas intenciones, si por ejemplo desea utilizar la experiencia extracorpórea con fines egoístas, se puede encontrar con muy malas compañías en el mundo astral.

Peligros, pero también posibilidades de realizar prodigios, se abren ante quien desea explorar el territorio inmaterial al que puede llegar viajando con su conciencia incorpórea.

Los caminos para conseguirlo son casi infinitos, casi tantos como personas, aunque si se desea evitar el empleo de sustancias químicas, la voluntad se erige como la llave que permite realizar la excursión extracorporal. Se recomienda que como mínimo se aprendan tres técnicas antes de intentar realizar un viaje astral. 

Hay muchos libros y cursos que explican cómo realizarlos, aunque es conveniente escoger los buenos, afirma Vieira, que cita el método más sencillo: tenderse en la cama, pensar que uno sale del cuerpo y verse a continuación a sí mismo tendido.

Mucha gente podrá pensar que se trata de simple autohipnosis, pero si se realiza muchas veces, uno se convence que no es así, que no hay ninguna influencia que interfiera, sino que se trata de la propia voluntad que determina lo que haces. Se trata de un fenómeno autoconvincente y autopersuasivo.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Skull and Bones, la Élite del Imperio

PESADILLA ESTADOUNIDENSE

En el seno de la muy elitista y puritana Universidad de Yale, son escogidos cada año por cooptación quince hijos de muy buenas familias. 

Estos forman una sociedad secreta de ritos morbosos: los Skull and Bones (Calavera y Huesos). 

A lo largo de su vida se apoyan y ayudan entre sí ante las veleidades democráticas de la plebe que aborrecen.


Lejos de ser adversarios, los dos candidatos de la más reciente elección presidencial, George W. Bush y John Kerry, se codeaban en secreto desde hace 36 años en el seno de esa cofradía. 

La investigación de Alexandra Robbins sobre los Booners constituye hoy un trabajo de referencia. Su libro estará disponible en francés la próxima semana.

Izquierda: El senador estadounidense John Kerry candidato demócrata a la presidencia de los EEUU en 2004 frente a George W. Bush (derecha) del partido Republicano, ambos pertenecen a la secta Skull & Bones. En el centro el símbolo de esta cofradía secreta: la Calavera con su clave 322. 





La asociación Skull & Bones ha inspirado una importante literatura conspiracionista que responsabiliza a sus miembros con el escándalo Watergate, la invasión de Bahía de Cochinos y aun con el asesinato de John F. Kennedy.

Gracias a sus conexiones con el mundo de los negocios, sobretodo con el sector bancario, estos antiguos compinches de la Universidad de Yale controlarían las finanzas mundiales, y hasta el porvenir del planeta. Los Skull & Bones se habrían infiltrado en el Council on Foreign Relation, la Comisión Trilateral, la CIA, etc.

No se trata de discutir en Voltaire, una publicación laica, sobre el esoterismo practicado en esta organización durante los ritos de iniciación, o sus ceremonias anuales, sino de analizar su función social y su posible papel político.

Los Skull & Bones son ante todo la ilustración de la manera cómo, en Estados Unidos, se ha perfeccionado un sistema de reproducción de las élites mediante una selección que, contrariamente al mito del self-made man, no tiene nada que ver con el azar o las cualidades individuales. En efecto, como subraya Anthony Sutton, los miembros más activos de la organización proceden de un«núcleo de unas 20 ó 30 familias», muy interesadas en la defensa de su legado y su linaje.

Es por ello que son numerosos los matrimonios entre representantes de las familias a las que pertenecen los miembros de Skull & Bones, aunque únicamente los estudiantes varones eran admitidos, hasta hace poco, en la organización.

Yale, universidad puritana y elitista

Los Skull & Bones nacieron en el campus de la Universidad de Yale, lo cual, según la notable investigación de la periodista delAtlantic Monthly, Alexandra Robbins, no es nada de casual [1].

A principios del siglo XVIII, el conjunto de universidades estadounidenses, ya sean Harvard, Williams, Bowdoin, Middlebury o incluso Amherst, fueron fundadas por congregacionalistas, pero se enfrentaban entonces a la competencia de los presbiterianos, lo que incitó a actuar al presidente de Harvard, Increase Mather.

En 1701, éste deja su puesto y crea una nueva universidad «para que el interés de la Religión sea preservado, y que la Verdad sea transmitida a las generaciones futuras».

Con la ayuda de diez pastores, nueve de los cuales venían de Harvard, logra fundar así la Collegiate School of Connecticut. En 1711, Isaac Newton, Richard Steel y Elihu Yale son contactados para que transfieran a la nueva institución algunos libros de sus colecciones personales.

 Los contactos con Yale, quien se había hecho extremadamente rico gracias a sus actividades en el seno de la Compañía de las Indias Orientales y como gobernador de la colonia de Madrás, fueron particularmente fructíferos. Además de proveer libros, Yale financia generosamente la universidad, que le rinde homenaje adoptando su nombre, Yale University, a partir de 1720.

Los lazos con el congregacionalismo garantizan el puritanismo de la enseñanza y el modo de funcionamiento de Yale. Estudiantes y profesores están obligados a hacer profesión de fe para ser admitidos en el establecimiento y se exponen a ser expulsados si su sinceridad es puesta en duda.


A este puritanismo se agrega un enconado elitismo: les estudiantes son clasificados, desde que llegan a Yale, no según sus capacidades sino en función de la posición social de sus padres. En primer lugar, los hijos o nietos de gobernadores y vicegobernadores. Después, los familiares de jueces de la Corte Suprema. Un poco más abajo, los hijos de pastores y de antiguos alumnos.

Al final de la cola, los hijos de granjeros, comerciantes y artesanos. Esta clasificación determina dónde se sentará cada alumno en las aulas, la capilla y el comedor. Lo más asombroso, señala Alexandra Robbins, no es que esta clasificación inicial dependa del estatus social de la familia del alumno, algo corriente en muchas universidades del siglo XVIII, sino que se mantenga durante los estudios.

Yale se convierte así en el ejemplo ideal típico de una institución que reproduce las élites y su jerarquía interna. La pérdida del rango inicial es resultado de alguna violación de la disciplina y se considera un castigo al alumno que ha manchado así el honor de su familia.

Hay que agregar a este modo poco usual de funcionamiento la libertad expresamente otorgada a los alumnos de mayor edad para imponer novatadas, incluso las más humillantes y crueles, a los estudiantes de clases inferiores.

El reglamento estipula una serie de medidas para garantizar el respeto de la más arbitraria jerarquía, basada únicamente en la edad. Lyman Bagg contó en la obra, Cuatro años en Yale, publicada anónimamente en 1871, cómo analizaba él los métodos establecidos por la institución. Estas prácticas autorizadas reflejan, según él, el «poder enorme de las “costumbres” de la escuela en la creación de una locura temporal que convierte a hombres débiles en seres crueles y a hombres buenos en seres sin piedad».

Esta propensión al elitismo, a la jerarquía brutal y al puritanismo incita los alumnos, a finales del siglo XVIII, a crear varias sociedades paralelas a la universidad. Se trata, al principio, de sociedades literarias, como Linonia y Brothers in Unity. Se exhorta a los alumnos a entrar en una u otra de estas organizaciones, algo que no parece lo suficientemente elitista a los que desean una estricta reproducción de la nueva«aristocracia» estadounidense.

En 1780, se funda en Yale la rama Alpha de la organización Phi Betta Kappa. Otras sociedades florecen en esa época: la Beethoven Society, el Hexahedron Club… Poco a poco, las tertulias literarias pierden su importancia, reemplazadas por sociedades secretas, más elitistas y cerradas. A mediados del siglo XIX, las tres principales son los Skull and Bones (Calavera y Huesos), los Scroll and Key (Pergamino y Llave) y Wolf’s Head (Cabeza de Lobo).

Paralelamente, el claustro de profesores de Yale decide seguir la tendencia. Seis años después de la creación de Skull & Bones, seis miembros de la élite del claustro de profesores se reúnen en el «Club», que rápidamente comenzaría a ser llamado el «Old Man’s Club». Entre sus seis miembros fundadores se encuentran los profesores Josiah Willard Gibbs y Theodore Dwight Woolsey.

 La organización contará pronto en sus filas a William Howard Taft, al futuro chief justice del Estado de Connecticut Simeon E. Baldwin, al universitario Thomas Bergin, al neurocirujano Harvey Cushing y al fundador de los Skull & Bones, William H. Russell. De éstos, Thomas Bergin y Harvey Cushing no se convertirán en miembros de los Skull & Bones.

La guerra del opio

La universidad de Yale constituye un terreno particularmente fértil para una sociedad secreta tan elitista e influyente como los Skull & Bones. Pero el éxito de esta organización secreta se debe también en gran parte a la poderosa familia Russell, uno de cuyos miembros, el reverendo Noadah Russell, miembro eminente de la Iglesia Congregacionalista, participó en la creación de Yale. La familia Russell se implicó también en la gran guerra del opio que enfrentó al Reino Unido y China durante la primera mitad del siglo XIX.

A finales del siglo XVIII, el monopolio de la explotación del opio cultivado en Bengala con el beneplácito de Inglaterra había sido otorgado a la Compañía de las Indias Orientales, sociedad que dependía directamente de la corona británica y en la cual había participado Elihu Yale.

La guerra del opio, que comenzó alrededor del año 1815, tenía como objetivo imponer la introducción de esa droga al enorme mercado chino. De 320 toneladas anuales en 1792, el contrabando de opio se eleva a 480 toneladas en 1817 y alcanza las 3 200 toneladas en 1837. China pide entonces a la reina Victoria que ponga fin al tráfico. La soberana anuncia que las ganancias que reporta éste al Reino Unido son demasiado importantes para que ella decida renunciar a éstas.

La tensión aumenta entre Pekín y Londres: en febrero de 1839, un traficante chino es ejecutado frente a las representaciones de comerciantes británicos en Cantón. En junio de 1839, la Corona acepta destruir importantes cargamentos de opio. Numerosos ingleses abandonan entonces Cantón y Macao para retomar el tráfico de drogas un poco más lejos, bajo la protección oficial de la marina británica.




El choque es ya inevitable: el 4 de septiembre, tiene lugar la primera batalla naval de la guerra del opio, que ocasiona la destrucción de numerosos navíos chinos. Los enfrentamientos demuestran «la fragilidad de los juncos de guerra chinos y la sanguinaria determinación de los protestantes ingleses de que salgan victoriosos los principios del liberalismo fundado en el tráfico de opio» [2].

Samuel Russel, primo de William Russell, es un importante protagonista de la guerra del opio. De nacionalidad estadounidense, es el fundador, en 1813, de la Russel & Company, compañía que competirá, en 1820, con el dominio británico del tráfico de droga hacia China. Uno de los miembros eminentes de la sociedad era Warren Delano Jr., abuelo de Franklin Delano Roosevelt.

Del club Eulogie a los Skull and Bones


Es en este contexto que William Russel crea los Skulls & Bones, en 1832. Se hace difícil establecer las circunstancias con precisión. Al principio, podría tratarse de una reacción a la exclusión de un miembro de los Phi Beta Kappa, Eleazar Kingsbury Forster.

Indignado ante tal manera de proceder y deseoso de dar de nuevo vitalidad a Yale, William Russel habría condenado la decisión de Phi Beta Kappa, dado abrigo a Forster y fundado, con otros trece estudiantes de Yale (entre quienes se encuentra Alfonso Taft [3]), una sociedad más secreta aún y todavía más fuerte, originalmente llamada Club Eulogie, nombre de la diosa griega de la elocuencia.

 Todavía bajo la impresión de un reciente viaje a Alemania, Russel incluye una buena cantidad de referencias germánicas en el ritual. En 1833, los jóvenes miembros adoptan la calavera y los huesos como emblema. En esa misma época, el número 322 se convierte en la «cifra clave» de la organización. El 322 antes de Cristo es justamente el año de la muerte del orador griego Demóstenes. Según la «tradición Skull and Bones», la diosa Eulogie se fue entonces al paraíso para volver en 1832 y unirse a la sociedad secreta.

En 1856, los Skull and Bones son oficialmente incorporados al Russell Trust, propiedad de William H. Russell, gracias a Daniel Coit Gilman (Bones 1852), presidente fundador de la Universidad John Hopkins. El 13 de marzo del mismo año, la organización cambia de cuartel general y se instala en un impresionante edificio del recinto universitario de Yale, pomposamente bautizado «la Tumba».

 El lugar se llena rápidamente de reliquias guerreras y macabras: pueden verse allí, según los testimonios de algunos miembros, recogidos por Alexandra Robbins, una acumulación de banderas, de colgaduras negras y de armas recogidas en campos de batalla. Como para que no se olvide que se trata de una confraternidad de estudiantes, una serie de pelotas de baseball provenientes de míticos encuentros ganados por Yale se expone en una sala.

El logo de la calavera aparece prácticamente encima de todos los lugares vacíos mientras que huesos de animales se exponen en varias paredes. También pueden verse algunos esqueletos y huesos humanos. La mayoría de los cuadros expuestos en el recinto representa a la Muerte encontrándose con tal o más cual personaje célebre. La atmósfera es parecida a la del entorno de la familia Adams, según Marina Moscovici, conservadora de arte del Estado de Connecticut, que trabajó en la restauración de unos quince cuadros en 1999.

Una polémica estalló a principios de los años 1980 alrededor del cráneo de Gerónimo, que los Skull & Bones afirmaban tener en su posesión. Incluso lo mostraron a un jefe de la tribu apache de Arizona, Ned Anderson. Cuando se les pidió la devolución del cráneo, los miembros de la organización presentaron otro diferente. Un análisis demostró que era el cráneo de un niño de diez años, no el del jefe indio. La autenticidad de la reliquia, que regresó posteriormente a «la Tumba», es por tanto dudosa.

Hoy se conoce mejor el funcionamiento de la organización. Cada año se reclutan quince miembros, lo cual permite estimar en cerca de 800 el número de miembros vivos de la organización en cualquier momento preciso.

Bajo la autoridad de los miembros más antiguos, los quince felices elegidos se reúnen dos veces por semana durante un año para conversar de sus vidas, de sus estudios y sus proyectos profesionales.

También hay debates sobre cuestiones políticas y sociales. Una vez al año, la sociedad organiza un retiro en Deer Iland, una vasta isla situada en el río Saint Laurent, cerca de Nueva York, donde se ha construido un club señorial al estilo inglés.

El nombre de la isla es Deer Iland, no Deer Island, porque tal fue la voluntad de George D. Miller, miembro de los Skull & Bones y generoso donante de la residencia [4].

El ritual de iniciación fue objeto de las más descabelladas elucubraciones por parte de los detractores de la organización. Sin embargo, como en el ritual masónico, el secreto que lo rodea constituye su elemento más determinante y, si es efectivamente posible que las ceremonias que se desarrollan en el recinto de «la Tumba» hayan tenido en algún momento connotaciones paganas, e incluso satánicas, hay que recordar también que las novatadas que inflingían a los nuevos alumnos de Yale eran, en el pasado, particularmente crueles. Pese a ello, es difícil que se pida hoy a los estudiantes seleccionados para entrar en la organización que se presten a juegos sexuales de mal gusto ante los demás iniciados.
La red

Lo más fascinante no es lo que sucede en el seno de la organización sino más bien la coherencia de su lista de miembros, reveladora del talento de Skull and Bones en la formación de las élites del mañana. Es así que todos los presidentes de Estados Unidos que han pasado por Yale han sido miembros de los Skull & Bones: William Howard Taft, Georhe H. W. Bush y George W. Bush.

Son a la vez incontables las personalidades miembros de la organización que han ocupado más tarde importantes funciones en el mundo de la política, de la diplomacia, de los medios de difusión e, incluso, del espionaje.

La organización dispone de importantes contactos en los medios diplomáticos, sobre todo en el Council on Foreign Relations. Por ejemplo, Henry Stimson, secretario de Guerra de Franklin Delano Roosevelt, el embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética Averell Harriman y J. Richardson Dilworth, administrador de los intereses de la familia Rockefeller, eran miembros de los Skull and Bones [5].

Varios miembros de Skull & Bones han alcanzado también notoriedad en el mundo de los medios de difusión. Al parecer, Henry Luce y Briton Haden, miembros de la organización desde 1920, habrían concebido juntos la idea de crear la revista Timedurante una reunión en «la Tumba» mientras que Averell Harriman fue el fundador del diario Today, que se fusionó con otra revista en 1937 convirtiéndose en Newsweek.

Los contactos con la CIA son particularmente impresionantes: William F. Buckley, miembro ultraconservador de la Agencia y conocido propagandista, fue miembro de la asociación, al igual que su hermano, James Buckley, subsecretario de Estado para la Seguridad, Ciencia y Tecnología, en el gobierno de Ronald Reagan, puesto desde el cual supervisaba la entrega de la ayuda militar estadounidense destinada a los regímenes de derecha.

Hugh Cunningham (Bones 1934) también tuvo una larga carrera en los servicios estadounidenses, de 1947 a 1973. William Bundy, Bonesman de la promoción de 1939, se encuentra en el mismo caso, así como Dino Pionzio (Bones 1950), jefe de la estación CIA en Santiago de Chile en 1970, donde ayudó a desestabilizar al gobierno de Salvador Allende.

Al servir de medio de reproducción de la élite económica y política del país la organización se ha asegurado una benevolencia poco acostumbrada por parte de las autoridades. En 1943, un acta legislativa especial adoptada por el Estado de Connecticut eximió a los socios de la Russell Trust Association, que administra, entre otras cosas, los haberes de la sociedad secreta, de la presentación del informe de actividad que se exige a cualquier otra sociedad.

Durante la segunda mitad del siglo XX, sus fondos fueron administrados por John B. Madden Jr., miembro de Brown Brothers Harriman, sociedad nacida de la fusión, en 1933, de Brown BROS & Company y de W.A. Harriman & Company. Madden trabajaba entonces bajo las órdenes de Prescott Bush, padre del futuro presidente George H.W. Bush y abuelo del actual presidente de Estados Unidos. Naturalmente, todos estos personajes son miembros de los Skull & Bones.

Otra fuente de fondos: los Rockefeller. Percy Rockefeller fue miembro de la Orden y vinculó la organización a las propiedades de la Standard Oil. Otra importante familia ligada a los Skull & Bones es la de los Morgan. J.P. Morgan no fue nunca miembro de la sociedad, pero Harold Stanley, miembro del equipo dirigente del Morgan’s Guaranty Trust, perteneció a ella desde 1908. W. Averell Harriman, de la promoción de 1913, fue también miembro del consejo administrativo, al igual que H.P. Whitney y su padre, W.C. Whitney.

Es también de forma indirecta que la organización ha podido beneficiarse con fondos de la familia Ford, aparentemente en contra de la opinión de la misma. McGeorge Bundy, miembro de los Skull & Bones, fue en efecto presidente de la Fundación Ford de 1966 a 1978, después de haber sido asesor para la Seguridad Nacional bajo John F. Kennedy y Lyndon Johnson.

Presidencial 2004: Skull and Bones cara a cara

Los Skull & Bones no tienen verdaderamente un discurso ideológico, aunque no es corriente reverenciar a un financista de la guerra del opio o utilizar como objeto ritual el supuesto cráneo del último jefe de un pueblo recientemente exterminado. Contrariamente a lo que la literatura conspiracionista haya podido mencionar, no se trata de un club de neonazis, de ultraconservadores o tan siquiera de halcones.

Sin embargo, como representante de la futura élite (lo cual implica ya el hecho de pertenecer a la clase social que dispone de suficiente capital sociocultural como para triunfar en los diferentes campos del poder), los miembros de Skull & Bones comparten una misma visión del mundo y de las relaciones en el seno de la sociedad. Son todos capitalistas partidarios de un seudoliberalismo y defensores de los valores de Libertad que presuntamente encarnan los Estados Unidos.

Aún habiendo respondido recientemente a los cantos de sirena de lo «políticamente correcto» al admitir progresivamente a algunos representantes de las minorías étnicas y sexuales, y más tarde de las mujeres, en 1991 –provocando la consternación, entre otros, del ex-presidente George H.W. Bush–, las élites reunidas en los Skull & Bones no dejan de ser por ello la encarnación casi perfecta del pensamiento único de la clase dirigente estadounidense.

El hecho de que los dos últimos candidatos a la presidencia de Estados Unidos, George W. Bush y John Kerry, fueran miembros de la organización no puede ser interpretado como la manifestación de una elección arreglada de antemano entre dos cómplices.

Podemos sin embargo inquietarnos legítimamente por la forma en que se establece la selección en el terreno político estadounidense ya que, si los dos candidatos son capaces de enfrentarse duramente, no hay dudas de que ambos pertenecen a un medio social estrecho y homogéneo y que, por esa razón, defienden, a pesar de sus divergencias, intereses parecidos.

En cierta forma, parafraseando a un político francés, la elección presidencial de 2004 habría sido «Skull and Bones o Bones and Skull». Es además por esa misma razón que la Orden llama tanto la atención, porque encarna la quintaesencia del medio social más favorecido de Estados Unidos y cuyos puntos de vista están lejos de representar el ideal democrático al que aspira el resto de la población.

 Individualmente, numerosos miembros de la organización han estado involucrados en la mayoría de las «acciones sucias» de Estados Unidos en los últimos cincuenta años, de la invasión de Bahía de Cochinos a la elaboración de la doctrina nuclear, pasando por el derrocamiento de Salvador Allende.




Y han podido hacerlo únicamente fuera del marco de las instituciones democráticas, amparados por el secreto de su complicidad y sobre la base de una vieja confraternidad. Sin embargo, ninguna decisión de ese tipo ha sido tomada en el seno mismo de la asociación de los Skull & Bones. No se trata de una estructura jerarquizada, apta para tomar tales decisiones y hacer que se apliquen. Como quiera que sea, la Orden secreta sigue siendo la fachada más evidente del «enemigo de clase» que representa la «aristocracia imperial» de Estados Unidos.  

El libro de referencia de Alexandra Robbins sobre los Skull and Bones está ahora disponible en francés. 


[1] Secrets of the Tomb, por Alexandra Robbins, Little, Brown and Company, 2002.

[2] Le blanchiment du crime en permet la repetition – L’arme éthique dans les nouvelles guerre occidentales, de Michel Tibon, tesis inédita, 1999.

[3] Alphonso Taft, futuro secretario de la Guerra en 1876, más tarde secretario de Justicia y embajador estadounidense en Rusia, es el padre de William Howard Taft, el único político estadounidense que fue presidente de la Corte Suprema después de haber sido presidente de Estados Unidos.

[4] Juego de palabras difícil de traducir: Deer Island significa «Isla del ciervo», Dear I lan significaría «tierra del querido yo mismo».

[5] Anthony C. Sutton, America’s Secret Establishment: An Introduction to the Order of Skull & Bones, Liberty House Press, 1988.

jueves, 10 de septiembre de 2020

¿Fotografió la Gemini XII a Batman?

Ocurrió durante la misión Gemini XII, del 11 al 15 de Noviembre de 1966, en plena guerra fría, en el dieciochoavo lanzamiento tripulado de la historia de la astronáutica estadounidense. 

La sonda Gemini XII dio 59 vueltas a la tierra alcanzando una altura de 270 km en donde se podía apreciar desde el espacio todo el planeta tierra. 

En una de las fotografía de aquella misión, exactamente la S66-63450_G12-S_f, aparecieron varios objetos voladores no identificados que no se corresponden con nada visto anteriormente en la larga historia de avistamientos OVNI de la NASA. Veamos las imágenes.

1. Esta es la fotografía original de la NASA que podéis descargar desde el siguiente link, y que pesa 26 megas.


Si se fijan, flotando sobre las capas más altas de la ionosfera aparecen dos objetos voladores no identificados.





2.Vamos a ampliar la fotografía y vamos a verlo más de cerca. En esta toma de la Gemini XII se aprecia una estructura tubular de color rosáceo con la característica de presentar un color blanquecino en la punta de la izquierda.

 La resolución de la fotografía nos permite ver una difusión de la luz en torno al objeto que nos hace afirmar que el foco de origen es el propio OVNI. No hay reflejo de ninguna luz similar en la tierra.

El segundo objeto es aún más raro. Un conglomerado de tres esferas de distintos colores, con una forma apaisada y con una estructura trasera perfectamente definida.


3. Más curioso es el hecho de encontrarse a una altura menor una estructura con forma angular que recuerda al famoso logotipo de Batman. Esta pareidolia es extraña ya que ningún satélite geoestacionario presentaba esta forma en 1966.



Un caso raro y extraño, que podría estar relacionado con el famoso Black Knight, o caballero negro, el famoso satélite artificial descubierto en los años 30 por radioaficionados de Estados Unidos y que parece visitar la tierra cada poco tiempo.

Su velocidad es remarcable y su sentido y orientación fue determinada como imposible porque iba en dirección contraria a todo lo que orbitaba la tierra.



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