lunes, 7 de enero de 2019

Masones y Piratas: Del Temple a los Jesuitas (y IV)

La manipulación histórica de Ignacio de Loyola

A colación de los trileros que han escondido la historia de Occitania, "la bolita Cataluña", vamos a explicar el caso de Ignacio de Loyola, muy parecido al de Hug de Pinós, que fue "afrancesado" para ocultar que el Temple se originó en Catalunya.

O al de María Magdalena que también se afrancesó para ocultar que vivió en Monserrat, en vez de en la costa francesa. A San Ignacio no lo afrancesaron, lo italianizaron hasta "olvidar" su trascendental vínculo con Monserrat.

Sus restos fueron enterrados en la Iglesia del Gesú, en Roma, dicen, cuando esta iglesia no empezó a construirse hasta doce años después de la muerte del santo.




Es cierto que allí hay un cenotafio - una tumba sin cuerpo - que se venera como tal, pero nadie sabe donde se enterró el cuerpo después de que Ignacio muriera de repente, en 1556, sin haber recibido los últimos sacramentos.

 Es de suponer que Ignacio jamás pudo olvidar la "iluminación" vivida en Manresa, ni su encuentro con la Virgen en Montserrat, por lo que es muy lógico pensar que fuera enterrado en esas tierras.

Así es, Ignacio descansa en algún lugar del complejo del primer Hospital en que se hospedó y la iglesia construida a su nombre, muy cerca de la cueva donde tantas veces le habló la Divinidad.

Lo de descansar es un decir, pues todo el complejo fue completamente destruido en la guerra civil española.

Sin embargo, en el mismo emplazamiento se construyó otra vez la antigua capilla del Rapto y en ella se colocó una figura original de San Ignacio en su rapto, el fenómeno paranormal que sufrió durante siete días.

Nosotros hemos podido visitar el lugar, aunque desgraciadamente el sito está cerrado al público, algo que no nos sorprende en absoluto.

Interior de la capilla del rapto en Manresa

construida tras la guerra civil en las ruinas del complejo

del Hospital de Santa Llúcia y la capilla del Rapto y la Iglesia de San Ignacio.

La estatua de Ignacio yacente durante su rapto es la original.

La Compañía de Jesús

"Los Jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es un general de un ejército, no un mero padre abad de un monasterio. Y la meta de esta organización es: PODER.

Poder en su ejercicio más déspota. Poder absoluto, poder universal, poder para controlar al mundo por la volición de un solo hombre.

Napoleón Bonaparte.

La Compañía de Jesús nació alrededor de 1538, en un momento histórico muy convulso en cuanto a la religión, sobre todo por el auge del protestantismo.

Su inspirador, Ignacio de Loyola, la fundó en la ciudad de Roma, junto a un grupo de compañeros de estudio, entre los que destacaban,

San Francisco Javier
San Pedro Fabre
Diego Laínez

La Compañía de Jesús creció rápidamente y con una vocación netamente global ya desde sus inicios, algo que hoy día puede parecer normal pero no lo era en absoluto en el siglo XVI.

Ya en 1549 había jesuitas trabajando en la India, en 1553 en el Brasil, en 1555 en China, etc.




La actividad misionera empezó con San Francisco Javier en la India y culminaría con las reducciones de Bolivia, Paraguay y Argentina, la primera ocasión en que el mundo ensayó precozmente el comunismo o el "Nuevo Orden Mundial" del que todo el mundo habla.

Escena de la película "La Misión"

basada en las reducciones jesuitas en América del Sur

Pero la estrategia que les ha llevado a la cima del poder mundial es haber sido desde muy temprano una orden religiosa, con estructura militar, pero conformada también por laicos que no son sacerdotes ni monjes.

El éxito fulgurante empezó cuando la orden se focalizó en la actividad educativa abierta a los no religiosos con el fin último (muy misionero) de infiltrarse en todos las ramificaciones del poder, una estrategia que se ha demostrado muy eficaz, tanto que les ha valido ser expulsados en más de ochenta países y ser incluso suprimidos por la iglesia (1773), aunque posteriormente rehabilitados (1814).

El "modus operandi" de la Compañía, tan infalible que ha sido copiado por muchos otros como el Opus Dei, se basa en esta sencilla fórmula:

La estrategia de "infiltración" jesuítica consiste en colocar sus miembros en los lugares clave de las multinacionales, las compañías financieras y en los gobiernos.

Ellos se mimetizan, se integran a la perfección sin llamar la atención. No llevan sotana, son seglares educados, entrenados y aupados al éxito por la Compañía con todo tipo de artes, incluidas las esotéricas. Sus acólitos se lo deben todo a la Compañía y son capaces de todo por ella, como en cualquier secta que se precie.

La infiltración es el gran motor que mueve la historia de la Compañía de Jesús. Desde un principio apostaron fuerte en el desarrollo de sus colegios y universidades en todo el mundo (actividad que continúan en la actualidad con notable éxito).

El control de la educación de calidad es la mejor forma de seleccionar y captar al ejército de laicos, "los mejores", cuya misión será infiltrarse para poder ejercer el control desde detrás de las cortinas.

Mapa de Universidades de la Compañía de Jesús en todo el mundo

La compañía de Jesús, lentamente y sin hacer ruido, ha hecho bueno el manido argumento de Hollywood del "villano obsesionado en dominar el mundo".

Pero si en las películas los planes del malvado siempre son desbaratados en el último minuto por el superhéroe/007 aguafiestas de turno, en la realidad nada parece haber podido parar a la Compañía de Jesús.

Hay una razón para ello, los jesuitas no han usado bombas, ni asteroides, ni satélites, ellos han usado un arma mucho más poderosa: la EDUCACIÓN.

Noticia, superhéroes sucumben ante el villano "Dueño del Mundo", por supuesto educado en algún colegio jesuita

De los tres grupos de poder en la sombra, los capataces como les llamamos en "La Verdad habla bajito...", son los jesuitas quiénes han ganado, a pesar de que su última jugada, el jaque mate de la crisis de la deuda, aún está por finalizar.

Ellos son los elegidos para ser los únicos servidores de los amos, aunque estos hayan declinado - por imposible - su regreso físico a la tierra. La pérdida del simbolismo mágico de título de "Rey de Jerusalén" (el que designaba los capataces ganadores, ver Rey a la Fuga) les ha allanado el camino.

Pero en las películas el malvado nunca se sale con la suya... sigan atentos a sus pantallas.




La pregunta que, llegados a este punto asalta a todos, es cómo un proyecto aparentemente impecable como el que gestó Ignacio de Loyola, deriva en una perversa historia de villanos, agentes, papas disfrazados y servidores del mal.

La respuesta tiene tres personajes y un sólo nombre: Francisco.

Son los "franciscos", responsables de haber vendido la Compañía a la Oscuridad:

San Francisco Javier
San Francisco de Borja

Y un tercer Francisco que recoge los frutos y les rinde homenaje... Su apellido es Bergoglio.

San Francisco Javier, la venta

El navarro Francisco de Javier, uno de los más íntimos compañeros de Ignacio de Loyola, fue quien traicionó sus buenas intenciones.

Él es quién hizo un pacto con fuerzas ocultistas, con los "falsos dioses" paganos de Sumeria, los Nefilim de la Biblia o los "demonios", el nombre folklórico que les ha dado más popularidad.

Esos que desde entonces adoran los jesuitas, en concreto a una pareja de ellos: Ishtar y su esposo Mitra. El pacto que aceptó Francisco Javier estaba anclado en la iglesia de Goa - India - en la mano incorrupta de San Francisco Javier, en el mejor soporte para la magia negra: las reliquias orgánicas.

Digo estaba, porque allí estuvimos en 2011 y lo destruimos.

El famoso brazo incorrupto de San Francisco Javier, puede que sea ésta la mano con que "firmó el pacto"

con la oscuridad que traicionó la obra de Ignacio de Loyola, a lo mejor por este simbolismo se ha querido conservarla.

San Francisco Javier, que ya estaba en la India aún en vida de Ignacio, es el patrono de los misioneros. En un pésimo chiste, en 1952, el papa Pío XII lo proclamó también patrono del Turismo.

San Francisco Javier era un ser oscuro, como demuestra este retrato en que está sosteniendo un corazón rojo con rayos solares, el símbolo trampa del Sagrado Corazón de María atravesado por una flecha y su correspondiente código 666 (en el recuadro).

San Francisco Borja toma el relevo

El traspaso definitivo entre Templarios y Jesuitas hay que atribuirlo a otro jesuita, también de nombre Francisco y con muy buen apellido:

Francisco de Borja, duque de Gandía y Virrey de Cataluña.

Francisco de Borja (o de Borgia en la traducción italiana), fue hombre de gran poder (se dice que era mucho más poderoso que "su primo" el Rey de España, Carlos V) y era nieto de Papas.

Sus abuelos fueron el rey Fernando de Aragón y Roderic de Borja, quien ha pasado a la historia como el intrigante, libertino y corrupto papa Alejandro VI, el que fuera el iniciador de la leyenda negra de los Borgia, una de las familias más controvertidas de la historia.




La oscura y alargada sombra de los Borgia se prolongó hasta varias generaciones posteriores, y alcanzó a Francisco de Borja. Éste deseaba el cargo de Superior General de la Compañía, cargo ocupado por Diego Laínez, quien fuera el gran compañero y biógrafo de Ignacio de Loyola.

Francisco intrigó, como su abuelo el Alejandro VI, pero Laínez estaba muy bien protegido por el Papa Pio IV.

Todo se arregló al más puro estilo de la familia, Pío IV moría envenenado el 9 de diciembre de 1565 y un mes después Diego Lainez corría la misma suerte... el camino quedaba libre para Francisco Borja que, poco después, fue proclamado el tercer Superior General de la Compañía de Jesús.

Con su mandato Francisco fortaleció el poder del Superior General de la Compañía, que empezó a ser conocido con el sobrenombre de papa negro... una negra premonición de lo que la Compañía estaba llamada a ser.

Morbo, sexo, intrigas, sangre...

la historia de la familia Borja - traducido por Borgia - tiene todos los ingredientes de un buen best-seller.

Francisco Borja fue quien fundó las bases de la actual Compañía de Jesús y tan importante resultó para la Compañía que ha sido llamado "el segundo fundador".

Él fundó el primer colegio jesuita en Gandía, el punto histórico en que se iniciaba el largo tránsito al Poder de la Compañía: fue el primer colegio que abrió sus puertas a alumnos seglares.

Pero si estamos hablando de él aquí, es porque recogió el "encargo" que la Orden del Temple había recibido de Ishtar-Inanna.

Él recogió el testigo del "Plan" de Ishtar-Mitra de manos de su hermano Galcerán, el descendiente de los Pinós, fundadores de la Orden del Temple.

Recordemos que todos los jesuitas han sido siempre grandes devotos de la Virgen, ver Mariolatría.

Parece ser que hasta él mismo era consciente de que tipo de "amos" servía, pues dejó estas afirmaciones tan auto-inculpatorias:

"Soy tan pecador, que el único sitio que me merezco es el infierno".

"Busqué un puesto propio para mí en la Biblia, y vi que el único que me atrevería a ocupar sería a los pies de Judas el traidor".

"Nosotros llegamos como corderos, pero reinaremos como lobos. Seremos expulsados como perros, pero volveremos como águilas"

Francisco de Borja con calavera y disco solar, full equip.

Francisco siempre salía en los retratos con aspecto de muy poco fiar y siempre con su inseparable calavera, cuyo significado ya lo conocemos por el legado de María Magdalena.

ién mejor captó la esencia del personaje fue el genial Goya, que lo rodeó de demonios y entidades maléficas intentándose llevar el alma de un enfermo al que Francisco atiende

El "moribundo impenitente"

en que Goya debió de vislumbrar a las entidades oscuras que acompañaban a Francisco de Borja

El tercer Francisco

Después de la intervención de estos dos Franciscos (San Francisco Javier y San Francisco Borja), poco quedaba ya del espíritu del grupo que ideó Ignacio de Loyola.

Se repite la historia, un ser de luz usado para los intereses del OO.

Origen de la Oscuridad en el planeta. Es un repetido patrón, busquen a un ser de Luz y encontrarán a su alrededor unos cuantos "demonietes" disfrazados, o sin disfrazar.




Ya vimos lo que ocurrió con Jesús y sus tres únicos apóstoles y con María Magdalena, literalmente poseída por el mismo ser al que adoran los Jesuitas, desde que San Francisco Javier firmara el pacto con ellos.

El tercer Francisco, nació en la Argentina del gorro Frigio y dice haber tomado ese nombre en honor de San Francisco de Asís, el gran amante de los animales. Ya, y los cerdos vuelan.

Su nombre es Jorge Bergoglio, quien ostenta el trono del Vaticano, exactamente 700 años después de que el gran Maestre de la Orden del Temple fuera quemado en la hoguera, porque...

...la venganza es un plato que se sirve frío

Masones y Piratas: Del Temple a los Jesuitas (III)

Cataluña, del Temple a la Jesuitas

Los templarios habían acumulado muchas tierras al oeste y al sur de Cataluña mediante su estrategia de donaciones y derechos de conquista.

Disponían además de una poderosa flota, con la que el famoso Jaume I el Conqueridor, el bisnieto del templario Ramón Berenguer IV, conquistó Mallorca y Valencia. Jaume I, que había sido criado por los templarios en el castillo de Monzón, cedió a la Orden el beneficio de un tercio de ambas ciudades conquistadas.




Su nieto, Jaume II el Just (1291-1327), siempre con la ayuda de de los templarios y sus barcos, reinó en Cataluña, Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña, Sicilia y Nápoles. Así pues, la confederación catalanoaragonesa y sus socios templarios se habían convertido en la nueva gran potencia mediterránea.

En este escenario propicio y en el mismo lugar de origen de la Orden - la Cataluña ex-merovingia de los fundadores - los templarios aseguraron la continuidad del "plan" de la facción Ishtar-Mitra en su eterna lucha por la supremacía...


Alrededor del siglo XIV, mientras los templarios franceses eran perseguidos y encarcelados, los templarios catalano-aragoneses convertían a la Corona de Aragón en la primera potencia del mediterráneocon territorios que incluyeron hasta Atenas y Constantinopla

En la Corona de Aragón y Cataluña, la Orden del Temple fue absuelta de las acusaciones formuladas por el Papa.

Sin embargo, para evitar el enfrentamiento con el Papa de Roma, también fue disuelta y sus posesiones se traspasaron a otras órdenes ya existentes, e incluso se crearon otras.

Así nació la Orden de Montesa, que fue el instrumento que "el plan" utilizó para el traspaso del verdadero poder templario a la Orden religioso-militar de la Compañía de Jesús, los Jesuitas.

De hecho, el nacimiento de la propia nación catalano-aragonesa había sido provocado por los templarios.

El rey de Aragón Alfonso I el Batallador, a su muerte en 1134, cedió sus reinos a las tres órdenes militares, la del Santo Sepulcro, del Hospital de Jerusalén y de los Templarios. Enfadados, los nobles decidieron obviar el testamento y el trono se quedó vacío, llegándose al consenso de nombrar sucesor a su hermano monje - Ramiro II el Monje.

Éste acepto, pero en cuanto pudo de libró de la carga y ofreció a su única hija Petronila, a los dos años de edad, en nupcias al templario conde Ramón Berenguer IV, del Casal de Barcelona y le ofreció también el reino.

Así nació la Corona de Aragón y Cataluña.

El templario Ramón Berenguer IV con las murallas de Barcelona a sus espaldas

La Orden de Montesa

En plena expansión mediterránea, en 1319, el rey Jaume II el Just, fundó en la capilla real del palacio de Barcelona una nueva orden de monjes guerreros, que había de absorber a la disuelta Orden del Temple.

Su sede sería la villa de Montesa de Valencia, que el rey donó a la orden y de la cual tomó el nombre.




El primer Maestre de la nueva Orden fue Guillem d' Erill, un hombre anciano y que fallecería tan sólo setenta días después de haber sido elegido. En realidad fue un nombramiento simbólico, incluso ritual, para dar continuidad dinástica a la Orden ya que el anciano Guillem era descendiente directo de uno de los nueve fundadores del Temple, Bernat Roger d´Erill, ver El Temple nació en Cataluña.

Para dejar claro que la Orden de Montesa era la plena continuidad del Temple, en la ceremonia, Guillem d' Erill entregó el hábito de la Orden a ocho caballeros, todos antiguos templarios.

Es decir que otra vez, nueve caballeros se juntaban para conjurarse y crear una orden religioso-militar, o sociedad secreta, como hicieron antes los nueve templarios originales o los Nueve Caballeros de la Fama.

Caballeros de la Orden de Montesa y el emblema de la orden

que, básicamente es la mezcla de la cruz templaria y la Flor de Lis, símbolo merovingio,

que por aquel entonces era el símbolo representativo de los monarcas franceses.

Una sutil maniobra diplomática para evitar problemas

a los neo-templarios en la Corona de Aragón y Cataluña

La Orden se estableció en el castillo de Montesa, que anteriormente había pertenecido a los Templarios.

En poco tiempo se convirtió en el brazo armado de la monarquía española, vendiendo su ayuda militar a cambio de privilegios, la misma estrategia con que los Templarios se habían hecho tan poderosos dentro de la confederación catalano-aragonesa.

El último Gran Maestre de la Orden de Montesa fue Pedro Luís Galcerán de Borja y Castro-Pinós, hijo del duque de Gandía, quién fue elegido en 1528, a la nada lógica edad de 17 años.

Pedro Luis pertenecía a la importante familia de los Borgia, cuyo nombre original en catalán es Borja.

Con su mandato la orden se extinguió, mientras que él era condenado a 10 años de prisión acusado de sodomía por un delator, un final extraño, pareciera que la misión de la Orden quedaba cumplida y ya no fuera necesaria mantenerla.

Desde Galcerán, se transfirió el destino del Temple a los jesuitas, mediante su hermano Francisco de Borja que sería tercer General de la Compañía de Jesús y hombre de confianza de Ignacio de Loyola.

El nombre Pedro Galcerán de Borja y Castro y Pinós, sonará muy familiar para quienes hayan leído los artículos dedicados a Cataluña-España en orden cronológico.

Galcerán de Pinós fue el cofundador de la Orden del Temple, junto con su hermano Hug de Pinós.

Uno de sus descendientes fue Bernat Galcerán de Pinós, padre de Francisca de Castro-Pinós, que tuvo como hijo al Gran Maestre de Montesa.

En el pueblo de Guimerá, muy cerca del Santuario templario de Pinós,

se puede ver esta cruz de término con el escudo de los Castro Pinós.

En los recuadros ampliados, las tres piñas del escudo de la familia Pinós y una representación de Ihstar en el Louvre con la estrella de ocho puntas de los Castro




Echemos un vistazo a la familia del Gran Maestre de Montesa, los Castro-Pinós.

Sus tierras estaban a caballo entre las actuales Lleida y Huesca (en la Franja de Ponent, el área catalano-parlante de la actual CA. de Aragón). Su escudo es una sorprendente mezcla de la bandera catalana y la estrella de ocho puntas, símbolo personal de Ishtar-Inanna.

El mensaje es claro, el plan de la formación de los capataces de Ishtar pasaba por los Castro-Pinós, continuadores de los Pinós y los templarios y quienes debían de traspasar el testigo del Temple/Montesa a los Jesuitas.

Escudo de Felipe de Castro, conde de Ebol

Ignacio de Loyola y la fundación de la Compañía de Jesús

En el siglo XVI, llegó a Montserrat un guerrero vasco convaleciente de una herida de guerra.

Iba camino a Barcelona para embarcar a Jerusalén y su nombre era Iñigo de Loyola. En la basílica, ante la Virgen, experimentó una fuerte conmoción espiritual, rezó de rodillas toda la noche y siguiendo las reglas de la caballería dejó su espada y sus ropas ante el altar.

Se fue andando hasta la población vecina de Manresa, donde se hospedó en el Hospital, fuera de las murallas y empezó su camino de iluminación.

Tras algunos días de oración, entregó sus pertenencias a los pobres y se instaló como anacoreta en una cueva de la zona, mirando hacia la montaña sagrada. Allí vivió unos meses, entre penitencias, ayunos, alucinaciones y estados místicos de éxtasis, arrebatos y otros estados alterados de conciencia.

Ignacio empezó a hacer sanar enfermos, y estando cerca de su cueva vivió un rapto espiritual, durante el cual se quedó completamente inmóvil durante ocho días, lo que causó gran revuelo en la población.

La "Cova de Sant Ignasi" en Manresa, actualmente integrada en un Santuario

y en gran centro de retiro internacional de la Compañía de Jesús

Fue en la cueva donde Ignacio empezó a escribir los Ejercicios espirituales, base de la Compañía.

Allí, frente a la montaña que le había cambiado la vida, se gestó el embrión de la futura Compañía de Jesús. Años después, tras diversas vicisitudes, entre ellas la cárcel, Ignacio de Loyola recaló en París, donde coincidió con otros estudiantes con quienes materializaría la orden imaginada.

Esta bien completa historia apenas es conocida fuera de Cataluña.

Por poner un ejemplo, Wikipedia en su extensa página dedicada a la Compañía de Jesús, no nombra en ningún momento a Montserrat ni a Manresa.

Difícilmente se pude entender a una figura como San Ignacio y una sociedad como la Compañía sin conocer lo que ocurrió en la montaña catalana.

IHS solar en la iglesia del Gesú,

templo central de los Jesuitas en Roma

Este lapsus es en parte debido a la consabida negación de todo lo catalán, habitual en España, que se ha convertido en uno de los principales motivos emocionales por el que una gran mayoría de la población catalana desea una consulta sobre la independencia.




A medida que vamos conociendo los eventos ocurridos en Occitania, la actual Cataluña y sur de Francia, vamos viendo más claro un hecho:

hay otros motivos por lo que estas tierras y su historia pasan desapercibidas y quedan subyugadas a un poder superior capaz de sepultarlas.

Es una inteligente manera de esconder aquello que se considera sólo ha de ser conocido por unos pocos, o por nadie.

Así, el proceso de independencia de Cataluña aparece como una respuesta al juego de trileros en que se ha convertido la historia en esta zona del Mediterráneo.

Trileros ancestrales que siguen imponiendo sus reglas de juego a una humanidad a la que no dudan en comparar con un hámster en una rueda, como en el pasado Festival de Eurovisión.

Cabría pues pedir una reflexión a todos los catalanes que consideran a España responsable del menosprecio histórico a Cataluña.

La culpa de ese "trato" no reside - en su totalidad al menos - en ese "Madrit" antagónico, sino en planes que operan en esferas superiores, pero que se reflejan en este plano, de forma inconciente, en la actitud de España hacia lo catalán.

Del mismo modo, los españoles que están hartos de que "los catalanes se crean diferentes", deberían de pensar que las diferencias no son elección propia, sino que responden a fuerzas y razones superiores, ancestrales, que la población ignora completamente.

Si ambos pueblos asimilaran estos dos hechos, seguro podría nacer un nuevo hermanamiento libre de enemistades y rencores, basado en la comprensión mutua.

Pero es de temer que las personas no estén dispuestas a abandonar su paradigma, su "zona de confort" y que no sea posible arrancar la cuestión del terreno político.

Entre otras cosas, porque hay demasiados seres humanos - y no humanos - que viven del conflicto y que no están dispuestas a quedarse sin su "sustento".

Atención porque estos parásitos se esforzarán aún más a medida que se acerque el choque final de trenes.

Y no me refiero solo al choque España-Cataluña, sino también al de Luz-Oscuridad, porque ahí reside la importancia de Cataluña en estos tiempos finales.
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