sábado, 8 de septiembre de 2018

Así se ha intentado revelar el Contacto Extraterrestre


El documental U.F.O. estrenado en 1956, es uno de los films más importantes en la historia del fenómeno ovni/extraterrestre.

Hace unas semanas dedicamos una entrega a la teoría que sostiene que, alrededor del año 1955, la Fuerza Aérea norteamericana se aproximó a Walt Disney para pedirle que realizara un documental sobre el contacto extraterrestre utilizando filmaciones militares de ovnis.

Lo interesante es que, según diferentes testimonios, Walt Disney no es más que el primero de una larga lista de personas que fueron contactadas por el gobierno norteamericano para revelar la existencia del contacto extraterrestre.




En esta serie revisaremos los casos en los que podría haber existido la intención de revelar información trascendental relacionada con seres alienígenas.

El documental extraterrestre U.F.O.

En 1956 se estrenó una de las películas documentales más importantes en la historia del fenómeno ovni/extraterrestre: el famoso film “U.F.O” (Unidentified Flying Objects).

Viajemos a los años cincuenta, especificamente a los Estados Unidos de Norteamérica.

Desde que Kenneth Arnold, en 1947, reportó haber observado un grupo de extraños “platillos voladores” volando cerca al Monte Rainer en Washington, el fenómeno ovni explotó y se convirtió rápidamente en parte de la cultura norteamericana. Cientos de reportes de ovnis, “platillos voladores” y seres extraterrestres inundaron los libros, la televisión y el cine.

Varios sucesos marcaron esta época: el supuesto accidente de una nave extraterrestre en Roswell en 1947, el reporte de Kenneth Arnold quién acuñó el término “platillos voladores”, los polémicos encuentros con alienígenas de George Adamski, y el increíble episodio de 1952 en el que un operador de radar detectó a un grupo de ovnis volando sobre Washington D.C.

A la izquierda uno de los posters con el que se promocionó la película documental “U.F.O.”. A la derecha, el productor del film, Clarence Greene. (Imagenes cortesía de http://ufothemovie.blogspot.com/)

Pese a todos estos sucesos y pese a que el gobierno norteamericano ya había formado, en secreto, el proyecto “Libro Azul” con el fin de estudiar estos fenómenos, para el público norteamericano el tema ovni/extraterrestre pertenecía a la ciencia ficción y aquellos que lo tomaban en serio eran ridiculizados.

En una nota publicada en 1967, Clarence Greene, productor principal del film “U.F.O”, relata como se le ocurrió la idea de realizar el documental sobre el fenómeno ovni:

“Aunque el documental U.F.O. no entró en producción hasta mayo de 1954, se puede afirmar que la idea fue concebida una noche de Agosto de 1952. Estaba en el patio de mi casa cuando mi amigo me avisó sobre un extraño objeto en el cielo. Aunque no se parecía a nada que hubiera visto antes, tenía la forma y apariencia de una esfera de luz.

 Lo observamos por cinco minutos. En ese lapso de tiempo se detuvo, hizo varios giros, y finalmente aceleró hacia el horizonte…El incidente me dejó una impresion indeleble, y la mañana siguiente le conté lo sucedido a mi socio, Russell Rouse, y a los miembros de mi productora. Había leído varias historias en los diarios burlándose de los reportes de observaciones de ‘platillos voladores’.

Ahora, que había visto uno de los extraños objetos, podía entender como se sentían los que decían haberlos visto cuando eran ridiculizados. Luego, me enteraria que existían cientos de casos de gente que había visto estos platillos, pero que se negaban a mencionarlo por miedo al ridículo.”

Impulsado por la experiencia, Clarence Greene empezó a recoger testimonios de gente que había observado ovnis. Entrevistó a científicos, personal de la Fuerza Aérea, e inclusive a policias y pilotos de aviación comercial. Así fue como Greene llegó a contactar a un grupo selecto de militares y oficiales del gobierno que estaban relacionados directamente con los sucesos más importantes del fenómeno ovni/extraterrestre acontecidos durante esos años.

El capitan Edward Ruppelt (de pie a la derecha), primer jefe del proyecto “Libro Azul” , durante una conferencia de prensa sobre los reportes de ovnis sobre Washington D.C., en julio de 1952.
¿Desinteresada colaboración militar?

Según el testimonio del productor Clarence Greene, entre los militares que colaboraron directamente con su documental se encontraban: el capitán Edward Ruppelt (nada menos que el primer jefe del proyecto “Libro Azul” formado para el estudio de los ovnis), Albert M.Chop (especialista de prensa del Pentágono para casos de ovnis), Dewey J. Fournet (Oficial de la Fuerza Aérea encargado de monitorear el proyecto “Libro Azul” y las investigaciones del Pentágono sobre ovnis ) y Delbert C. Newhouse (fotógrafo de la marina norteamericana que había filmado varios objetos voladores no identificados).

Además, el documental también contó con la colaboración del piloto de aviación comercial Willis Sperry, quién había visto un ovni durante uno de sus vuelos, y Nicholas Mariana, un empresario de Utah que también había fotografiado ovnis.

La historia principal del documental, que fue realizado en blanco y negro, es la de Albert Chop, quién trabajó como oficial de prensa para el Pentágono durante las investigaciones de ovnis realizadas entre 1947 y 1950, y que estuvo presente cuando un grupo de más de diez ovnis voló por encima de Washington D.C.

A la izquierda, Dewey J. Fournet, oficial de la Fuerza Aérea encargado de monitorear el proyecto “Libro Azul” y las investigaciones del Pentágono sobre ovnis.




A la derecha, Albert Chop, especialista de prensa del Pentágono para casos de ovnis. (Imagenes cortesía de http://ufothemovie.blogspot.com/ y de sohp.us)

En el documental se mezclan las entrevistas a los personajes mencionados con recreaciones de las historias que estos mismos relataron. Lo anecdótico es que algunos de los militares mencionados actuaron como ellos mismos en las recreaciones realizadas para ilustrar sus historias. Estas secuencias fueron filmadas como una verdadera película de ficción

Clarence Greene nos cuenta la importancia de los testimonios que aparecen en el documental:

“A través de Ruppelt, conocí a Wendell V. Swanson quién, según Ruppelt, era el hombre que más sabía sobre apariciones de ovnis en radares en el mundo. Escuche a Swanson mientras me contaba sobre las apariciones de ovnis en radares.

 Luego, Albert Chop me contó su experiencia como testigo ocular cuando un grupo de ovnis pasó volando por Washington D.C., y fueron detectados por el radar, y fueron vistos por los jet interceptores que envió la Fuerza Aérea. Dewey Fournet era el oficial jefe del cuarto de radar cuando esto sucedió. Fue él quién recomendó que los jets fueran a interceptar a los ovnis.”

La escena de los ovnis que aparecieron en el radar volando encima de Washington D.C. y que luego fueron vistos por los pilotos de los jet interceptores fue recreada para la película. Si bien es una secuencia de ficción, Albert Chop definió hasta el más mínimo detalle con el productor Clarence Greene y con el director Winston Jones para que la escena reflejara exactamente lo que el vivió en julio de 1952.


Cuatro imagenes extraídas de la película “U.F.O.” en las que se aprecia diferentes momentos de la secuencia dedicada al incidente de julio de 1952, en el que se detectó un grupo de ovnis volando sobre Washington D.C.

¿Antesala a una revelación oficial?

U.F.O fue el primer documental de larga duración realizado por una compañía cinematográfica importante como United Artists sobre el tema extraterrestre, los “platillos voladores” y los ovnis. La importancia del documental radica en que presentó el tema ovni al gran público norteamericano y mundial como un fenómeno que no debía ser ridiculizado sino que merecía un análisis científico, demostró con documentos y filmaciones que el gobierno norteamericano llevaba algunos años estudiando el fenómeno ovni/extraterrestre, y se convirtió en testimonio de una época en la que el gobierno norteamericano estaba involucrado en el estudio y análisis de estos fenómenos.

El texto de la nota de prensa (foto de arriba) preparada por la empresa productora de películas de Clarence Greene para el lanzamiento del film es tan serio que verdaderamente parece la antesala de la gran revelación.

“Esta es una película que difiere de todo lo que han visto previamente en la pantalla. Por primera vez en la historia, filmaciones reales de ovnis son presentadas al público. Estas filmaciones fueron obtenidas después de que el Pentagono las sometió a intensos análisis de laboratorio auspiciados por la Fuerza Aérea y la marina norteamericana. Cada hecho presentado en ‘U.F.O.’ está completamente documentado. Los documentos originales que apoyan los hechos relatados están en la custodia de una compañía de seguros de Los Angeles.”


Nota de prensa utilizada por la productora de Clarence Greene para promocionar el film “U.F.O.”. (Imagen cortesía de http://ufothemovie.blogspot.com/)
Los ovnis de Montana y Utah

Los productores del documental “U.F.O.”, Clarence Greene y Russell Rouse, obtuvieron dos importantes filmaciones de ovnis que, al parecer, fueron desclasificadas especialmente para este documental. Las filmaciones mostraban ovnis a plena luz del día. Estas filmaciones habían sido presentadas ante el panel Robertson de la CIA para el tema OVNI (formado en el último mes del gobierno de Harry S. Truman en 1953) como la mejor evidencia fotográfica en poder de la Fuerza Aérea norteamericana sobre el tema ovni/extraterrestre. Luego de su presentación ante el panel Robertson, las filmaciones fueron clasificadas como confidenciales.

En la primera de ellas, realizada por el oficial de la Fuerza Aérea Dewey J. Fournet en Great Falls (Montana), se puede apreciar a dos ovnis; en la segunda, registrada en Tremonton (Utah) por Nicholas Mariana, se puede observar a más de diez ovnis. Las filmaciones se incluyeron al final del documental como prueba de que el fenómeno ovni era real.

Aquí puede observar el documental (está en inglés), las filmaciones de Montana y Utah empiezan después de 1 hora, 23 minutos, 40 segundos. Hay que tener en cuenta que son imagenes registradas hace más de sesenta años que no tienen, de ninguna manera, la resolución y calidad a la que estamos acostumbrados.


A la izquierda dos imagenes extraídas de la filmación realizada en Montana incluida en el documental, se puede apreciar dos puntos blancos. A la derecha, dos imagenes de la filmación de Utah incluída también en el documental en las que se aprecia más de diez ovnis.

El documental establece que el film de Utah fue estudiado por el Laboratorio de Reconocimiento Fotográfico, la Base Patterson de la Fuerza Aérea y el Centro de Interpretación Fotográfica de la marina norteamericana.

Los diferentes estudios concluyeron que los objetos producían su propia luz en lugar de reflejarla, que todos los objetos tenían el mismo tamaño y forma circular, que el color de los objetos era azul claro, que la velocidad era de 326 millas por horas, y que no eran globos, aves o aviones.

¿Eran estas las mismas filmaciones que le habrían sido prometidas a Walt Disney?

Imposible saberlo.

Clarence Greene nos cuenta sus impresiones sobre estos dos films:

“Hice que los dos films, el de Montana y del Utah, fueran analizados por científicos y expertos en cine. El resultado de estos estudios fue que los objetos no eran aves, ni globos, ni aviones. Eran objetos desconocidos. Al Chop y Ruppelt me informaron que estos reportes concordaban con los análisis realizados por la Fuerza Aérea y por científicos de la marina norteamericana. Chop y Ruppelt añadieron que estos objetos no eran tecnología secreta desarrollada por el gobierno norteamericano o alguna agencia de un gobierno extranjero.”




Existen otros elementos que le dan otro giro a este relato.

El piloto de la aerolínea American Airlines, Willis Perry, quién aparece en el film relatando su encuentro con un ovni durante un vuelo comercial.
El plan B

El autor David Jacobs, en su conocido libro, “UFO, controversia en América,” nos cuenta que la Fuerza Aérea preparó un equipo especial para contrarrestar el posible pánico e histeria colectiva que el documental “U.F.O.” podría causar en el público norteamericano.

Según Jacobs, la Fuerza Aérea puso en funcionamiento un plan de contingencia bajo la dirección del famoso debunker de ovnis y cuarto jefe del proyecto “Libro Azul”, Capitán George T. Gregory.

“Gregory tenía un registro de todas las críticas y publicidad sobre el documental, y subrayaba cada declaración que podía traer problemas para la Fuerza Aérea o generar interés en los ovnis. De una crítica aparecida en el “Christian Science Monitor”, Gregory subrayó la siguiente afirmación ‘el documental seguramente producirá una tormenta de controversia pública’ y escribió la siguiente nota ‘esto es algo por lo que ni la oficina de información pública ni la ATIC quieren pasar de nuevo’” (Extracto de “UFO, controversia en América”, David Jacobs)

Además, según Jacobs, se preparó una respuesta oficial de la Fuerza Aérea para explicar, a traves de fenómenos naturales o ilusiones ópticas, cada uno de los reportes de ovnis que aparecieron en el documental.

A la izquierda, Nicholas Mariana, quién filmó las imagenes de los más de diez ovnis de Utah. A la derecha, el oficial de la marina Delbert Newhouse, quien filmó las imagenes de los dos ovnis de Montana.

La historia detrás de la producción de esta película parece esconder un intento velado, por parte del gobierno norteamericano, de revelar la verdad sobre el contacto extraterrestre.

En ese entonces, debido a la controversia existente sobre el tema ovni, tener un equipo de asesores de ese nivel era algo inimaginable. La actitud de apertura de parte de estos militares se podría interpretar como un intento muy discreto de revelar que este fenómeno era real y de suma importancia para el gobierno.

No hay que ser demasiado suspicaz para preguntarse ¿por qué la Fuerza Aérea colaboraría con el documental con asesores y quizás filmaciones confidenciales de ovnis y al mismo tiempo organizaría una campaña de contingencia ante el posible pánico que el documental podría crear?

¿El tema extraterrestre había dividido a la organización militar?

Lo evidente es que la Fuerza Aérea norteamericana, por una u otra razón, estaba realmente preocupada por el tema ovni/extraterrestre. Podríamos pensar que querían controlar la información sobre el tema para evitar el pánico colectivo, y por eso infiltraron consultores en la producción del documental “UFO” y se aproximaron a personas como Walt Disney.

El documental U.F.O. se estrenó en mayo de 1956, y generó una ola de controversia a lo largo del territorio norteamericano. Sin embargo, no produjo una histeria colectiva sobre el tema extraterrestre o sobre los platillos voladores.

Imagen del título del documental “U.F.O.”

Veinte años después

En los setentas, el reconocido investigador de ovnis Robert Barrow contactó a Albert Chop para recoger sus impresiones sobre el documental.

Según Chop, uno de los objetivos del documental era lograr que la comunidad científica se interesara en el tema ovni/extraterrestre:

“Rusell Rousse y Clarence Greene me convencieron, lo que ellos querían era hacer un documental objetivo que pudiera aportar información al público en general.

Un segundo objetivo era tratar de estimular un mayor interés por los ovnis entre los científicos de nuestro país…no he cambiando mis ideas sobre este tema, como fueron expresadas para el film “U.F.O.”, excepto que ahora considero la posibilidad de que estos objetos podrían originarse en otra dimensión en tiempo y en espacio.”

En una carta enviada al investigador Robert Barrow, el oficial de la Fuerza Aérea Dewey J. Fournet, relató que él no creía en los ovnis hasta que fue asignado al monitoreo del proyecto “Libro Azul”:

“Yo no creía en los ovnis cuando fui asignado al programa de la Fuerza Aérea para el monitoreo de estos fenómenos. En algún momento, durante los primeros cincos meses de mi misión, (probablemente a inicios de 1952) me convencí que el tema merecía ser tratado más seriamente.




No me convertí en creyente, sólo cambie mi postura de completo desprecio por la convicción de que había que estudiar el tema seriamente….Personalmente, lamento el hecho de que el gobierno haya dejado de asociarse directamente con el tema ovni.”

Imagenes extraídas del documental “U.F.O.”, especificamente de la secuencia en la que se recrea el encuentro entre el piloto Kenneth Arnold y un grupo de platillos voladores cerca al Monte Rainer, en 1947.

Para el productor Clarence Greene, los objetos voladores no identificados son una realidad innegable:

“Un hecho definitivo emerge de toda la información compilada para el documental. Hay objetos que aparecen en el cielo de la Tierra que no pueden ser identificados como algo conocido por el hombre. Los acusaciones de los burlones y los escépticos no resisten contra la abrumadora evidencia. Los ovnis existen. Esto no puede continuar siendo discutido. Las únicas preguntas que hay que hacerse son: ¿quiénes son? ¿de dónde vienen¿ y ¿por qué están aquí?”

Al margen de la veracidad que hoy en día le podamos otorgar a las filmaciones de ovnis de Montana y Utah que aparecen al final del documental “U.F.O”, estamos ante el testimonio de excepción de una época en la que la mayoría de agencias gubernamentales norteamericanas (y de otros países) analizaban y estudiaban el fenómeno ovni.

Los testimonios de los militares involucrados en investigaciones de ovnis como el famoso proyecto “Libro Azul” sostienen que el interés principal era determinar si los ovnis constituían una amenaza para la seguridad norteamericana.

¿Las agencias gubernamentales dejaron de estudiar estos fenómenos porque realmente no constituían ninguna amenaza o por otros motivos?

En la siguiente entrega de esta serie, presentaremos el increíble caso del documental de Robert Emenegger, una de las historias más espectaculares sobre ovnis, extraterrestresy el gobierno norteamericano…

Cerebros Digitales ....a la Vuelta de la Esquina


En 2029 será imposible diferenciar entre la inteligencia artificial y la humana, señala Kurzweil Kurzweil.

En 2012, lanzó su libro "How to Create a Mind", cuya edición en español "Cómo crear una mente" (LolaBooks) está prevista para el próximo mes de octubre.

En él, el que seguramente sea el futurista más influyente del mundo en estos momentos, explica los impresionantes avances de la inteligencia artificial y cómo dentro de unos pocos años podremos terminar la ingeniería inversa del cerebro humano.

Ray Kurzweil es probablemente el futurista más influyente del mundo en estos momentos.

Pero mucho más allá de futurista, Kurzweil es ingeniero, inventor, empresario, músico, educador y escritor. Todos sus libros sobre tecnología han sido best-sellers, The Age of Intelligent Machines publicado en 1990

The Age of Spiritual Machines en 1999

The Singularity is Near en 2005 (en español, La Singularidad está cerca)

Kurzweil lanzó su nuevo libro How to Create a Mind en diciembre de 2012, y la edición en español Cómo crear una mente (Lola Books) saldrá en octubre de 2013.

Cada libro ha sido impactante en su momento y todos han tenido importantes predicciones sobre grandes eventos y posibilidades a futuro. 

He seguido las ideas de Kurzweil durante tres décadas y tengo el placer de conocerle personalmente desde hace casi dos décadas. En los últimos cinco años he tenido el privilegio de trabajar con él como uno de los asesores y profesores fundadores de Singularity University, y también colaboré en la revisión de sus predicciones para el año 2009. 




De hecho, la trayectoria histórica de sus predicciones es impresionante, con una precisión cercana al 90%.

Entre sus predicciones más famosas están la caída de la Unión Soviética, la aparición de Internet y el desarrollo de un ordenador o computador capaz de ganar al campeón mundial de ajedrez.

En este último caso, Kurzweil fue incluso conservador pues predijo que esto ocurriría en 1998; cuando Deep Blue de IBM ganó a Garry Kasparov en 1997. 

¿Inteligencia artificial superior a la humana? 

How to Create a Mind, el más reciente best-seller de Kurzweil en la lista de The New York Times, explica los impresionantes avances de la inteligencia artificial y cómo dentro de unos pocos años podremos terminar la ingeniería inversa del cerebro humano. 

Kurzweil sostiene que para el año 2029 una inteligencia artificial pasará la llamada Prueba o Test de Turing, basado en la idea del científico inglés Alan Turing para saber si un humano es capaz de diferenciar si está escribiendo o hablando con otro humano o con una máquina.

Kurzweil incluso explica que la inteligencia artificial tendrá en realidad que bajar su nivel para no ser fácilmente identificada como superior a la inteligencia humana.

Eventualmente, si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, incluso más inteligente que los humanos, entonces debe ser inteligente. 

Creación de cerebros y mentes digitales 

Kurzweil comienza su nuevo libro con una serie de experimentos mentales para comprender mejor cómo pensamos los humanos.

Luego presenta un modelo del neocórtex y plantea su Teoría de la Mente basada en el Reconocimiento de Patrones (PRTM, del inglés Pattern Recognition Theory of Mind).

Kurzweil continúa con un análisis de las diferentes partes biológicas del cerebro y su evolución, para entonces discutir cómo sería un neocórtex digital, creado gracias al crecimiento acelerado de la tecnología. 

Cómo crear una mente defiende que la mente es una "propiedad emergente" del cerebro, de manera que la creación de cerebros digitales resultará en la creación de mentes digitales. De hecho, el cerebro, actual sustrato biológico de la mente humana, puede ser sustancialmente mejorado gracias a sustratos no biológicos cuidadosamente diseñados y mucho más avanzados. 

Como diría el gran futurista inglés Sir Arthur C. Clarke, los humanos somos simplemente bípedos con un sustrato basado en carbono (en inglés: carbon-based bipeds).

Lo importante no es el sustrato, biológico o no, sino la mente, y las mentes aumentadas gracias a las nuevas tecnologías superarán a las actuales mentes humanas no mejoradas. 

Kurzweil no sólo considera que la mente es una consecuencia directa del cerebro, sino que además las inteligencias artificiales tendrán conciencia, libre albedrío y hasta identidad propia.

Imitar el cerebro humano 

Este nuevo libro de Kurzweil es quizá su mejor y más importante obra, como así fue referido por el pionero de la inteligencia artificial Marvin Minsky del MIT, ya que trata específicamente sobre el cerebro humano, que es la estructura más compleja del universo conocido. 

Tal vez mañana aparezca algún extraterrestre con un cerebro más avanzado que el nuestro, pero hasta entonces el cerebro humano es la estructura más compleja que conocemos.

De cualquier forma, el cerebro humano tampoco es tan complejo y en los próximos años podremos imitarlo, simularlo y superarlo con ingeniería inversa gracias a los avances científicos y las tecnologías exponenciales. 

A pesar de la gran complejidad del cerebro humano, con sus cien mil millones de neuronas conectadas a través de billones y billones de sinapsis, Kurzweil indica que su,




"objetivo con este libro no es en absoluto añadir una nueva cita a las millones que ya existen y que atestiguan lo complejo que es el cerebro, sino más bien impresionarle a usted con el poder de su simplicidad.

Esto lo realizaré describiendo cómo un ingenioso mecanismo básico que se repite cientos de millones de veces y que sirve para reconocer, recordar y predecir un patrón es el responsable de la gran diversidad de nuestro pensamiento."

Para quienes todavía no creen que una inteligencia menor pueda evolucionar hacia una inteligencia mayor, nosotros mismos somos la prueba de que sí es posible.

Hace millones de años los humanos evolucionamos de ancestros simios menos inteligentes, los cuales a su vez evolucionaron de otros mamíferos primitivos todavía menos inteligentes (aunque inteligencia quizá no sea la palabra correcta en este sentido). 

Hasta ahora, nuestros cerebros biológicos han sido el resultado de la evolución biológica al azar, con resultados buenos y malos, aleatoriamente.

En el futuro, los cerebros digitales que vamos a producir serán diseñados, y dichos cerebros artificiales no serán el resultado fortuito de la evolución biológica sino creaciones inteligentes gracias a nuestra evolución tecnológica. 

De la ciencia-ficción a la ciencia real 

En los pocos meses que han trascurrido desde que la edición inglesa de How to Create a Mind apareció en diciembre de 2012, dos proyectos trascendentales sobre el cerebro han comenzado.

Por un lado está el Proyecto Cerebro Humano, un esfuerzo médico-científico y tecnológico financiado por la Unión Europea y dirigido por el científico surafricano Henry Makram desde la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza. 

Con un presupuesto de por lo menos mil millones de euros durante los próximos diez años, el Proyecto Cerebro Humano busca simular el cerebro con supercomputadores para reproducir tecnológicamente las características del cerebro humano. 

Por otro lado está la Iniciativa BRAIN (del inglés Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies), anunciada por Barack Obama con el objetivo de hacer un mapa de cada neurona del cerebro humano.

La Iniciativa BRAIN está basada en el exitoso Proyecto Genoma Humano y se prevén inversiones de más de 300 millones de dólares al año durante toda una década. 

Las investigaciones multimillonarias que están comenzando tanto con el Proyecto Cerebro Humano en Europa como con la Iniciativa BRAIN en Estados Unidos tendrán resultados impresionantes durante la próxima década.

Por si fuera poco, Japón sigue con sus investigaciones avanzadas en el Instituto RIKEN del Cerebro, y China, Rusia y otros países también tienen programas importantes sobre el cerebro, neurociencia e inteligencia artificial.

Grandes compañías tecnológicas como Amazon, Apple, Ericsson, Facebook, Google, IBM, Microsoft, Nokia, Samsung y Sony, por ejemplo, también tienen ya algunos productos y más proyectos en áreas similares. 

Además existen nuevos start-ups que igualmente están trabajando en aspectos fundamentales del cerebro y la inteligencia, tanto natural como artificial.

Con todo este interés a nivel nacional e internacional, público y privado, para comprender y mejorar el cerebro humano, yo no tengo la menor duda de que vamos a descubrir cosas maravillosas en los próximos años. 

Kurzweil explica que su meta es,

"comprender de forma precisa cómo funciona el cerebro y luego utilizar el desvelamiento de dichos métodos para comprendernos mejor a nosotros mismos, así como para reparar el cerebro cuando sea necesario y (lo que es lo más importante para este libro) para crear máquinas cada vez más inteligentes."




Según Kurzweil, continuaremos fusionándonos con nuestra tecnología en una civilización humano-máquina cada vez más avanzada. 

Aunque algunas ideas puedan parecer ciencia ficción, es bueno recordar que muchas veces la ciencia ficción de hoy se convierte en la ciencia real de mañana. La ciencia continuamente abre nuevas puertas y oportunidades al conocimiento humano.

De hecho, lo que antes parecía imposible, puede volverse realidad más tarde:

los primeros teléfonos fijos
los automóviles
los aviones
los antibióticos
los satélites artificiales
los ordenadores o computadores
Internet
los teléfonos móviles o celulares,

...todos parecían magia en su momento.

Ahora, afortunadamente, cada uno de esos descubrimientos e invenciones son considerados normales por las nuevas generaciones. Efectivamente, a veces las ideas avanzan de la ciencia ficción hacia la ciencia real.

Sir Arthur C. Clarke, un ingeniero que es más conocido como autor de ciencia ficción, escribió hace medio siglo sus famosas tres leyes del futuro:

Cuando un científico viejo y distinguido afirma que algo es posible, es casi seguro que está en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, es muy probable que esté equivocado. 

La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse más allá de ellos, hacia lo imposible. 

Cualquier tecnología suficientemente avanzada no se diferencia de la magia.

En pocas palabras, lo que hoy puede parecer magia, pronto quizá podría ser realidad.

Desde el punto de vista computacional, ya estamos comenzando a reproducir la complejidad del cerebro humano. 

De hecho, como estima Kurzweil, es posible que una inteligencia artificial pase el Test de Turing en el año 2029 (aunque probablemente sea antes, como demostraron los rápidos avances de dos ordenadores o computadores de IBM: Deep Blue en 1997 y Watson en 2011).

Entonces será imposible diferenciar entre una inteligencia artificial y una inteligencia humana.

Poco después las inteligencias artificiales seguirán mejorando y superarán a las inteligencias humanas no modificadas.

Evolución biológica y evolución tecnológica 

En el camino, la mayor parte de la humanidad seguirá utilizando la tecnología para aumentar sus capacidades, como hemos hecho hasta ahora (desde lentes hasta prótesis).

Luego será posible subir todos nuestros conocimientos, recuerdos, experiencias, amores y hasta sentimientos a ordenadores o computadores (a Internet o a la "nube") que incluso tendrán una memoria expandible y muy superior a la memoria humana actual. 

La memoria artificial además continuará mejorando y creciendo, al igual que la capacidad y la velocidad de procesamiento de la inteligencia artificial. Todo será parte de un proceso acelerado de mejorade la inteligencia humana gracias a la continua evolución tecnológica. 

La humanidad apenas está comenzando el fascinante camino de la evolución biológica a la evolución tecnológica, una nueva evolución consciente e inteligente.

Según explica Kurzweil, un kilogramo de "computronio" tiene la capacidad teórica para procesar cerca de 5 ×1050 operaciones por segundo, comparado con un cerebro humano que puede procesar entre 1016 y 1019 operaciones por segundo (según diferentes estimaciones). 




De forma que todavía tenemos un potencial enorme por delante, de muchos órdenes de magnitud, para seguir aumentado la inteligencia humana y luego posthumana, pasando de nuestros cerebros biológicos no mejorados a cerebros post-biológicos aumentados.

Como concluye Kurzweil:

"nuestro destino es despertar al universo para luego decidir inteligentemente cuál es su futuro imbuyéndole de inteligencia humana en su forma no biológica."

En el 11S: Aquel extraño objeto del piso 30 de la torre gemela numero 2

 En la investigación al respecto de los objetos voladores no identificados que se vieron durante los atentados contra las torres gemelas de Nueva York el día 11 de Septiembre de 2001 siempre ha habido un vídeo que no sabíamos muy bien cómo clasificar. 

Como un desperfecto estructural derivado de dios sabe qué explosión interna en la segunda torre en los momentos previos al impacto del segundo avión, como un objeto volador no identificado de gran tamaño sobrevolando esa altura, o como un dron no identificado que podría controlar el proceso de demolición de las torres. 

1. El testigo enfoca entre las 08:45 horas y las 09:03 horas (GMT Nueva York), un extraño objeto que aparece en las imágenes pegado a la fachada este de la torre dos.

En ningún caso se ha reportado en la comisión del 11-S ningún tipo de incidente relacionado con la planta 30 del citado edificio a dicha hora en aquel fatídico día.

Lo extraño es que el objeto no parece ser una parte del ventanal de color oscuro de la torre. De hecho se observa que esa estructura da reflejo en las ventanas situadas justo en la parte de arriba.





2. Vamos a ver una ampliación de este objeto. Al fotograma original le hemos aumentado los brillos de gamma y el contraste. Observen la curiosa forma con forma de aristas del objeto y como se refleja en las ventanas.

Presenta cierta formación simétrica en un lado y otro. Es algo que no ha podido ser filmado desde ningún otro punto de vista. El comportamiento óptico de la luz es perfectamente consecuente con una estructura metálica a la que le está dando el sol desde un ángulo bajo.


3. Bastante interesante es el hecho de poder observar cómo “eso” aparece completamente pegado al edificio.


Hipótesis 1: un desperfecto de cristal que queda inclinado por la acción de una explosión interna no reflejada en los papeles de la comisión oficial del 11-S.




Hipótesis 2: un objeto volador no identificado con capacidad para sostenerse en el aire, con aspecto metálico y aristas en varias puntas de su fuselaje.

Hipótesis 3: un artilugio militar similar a un Harrier.

Cualquiera de las tres hipótesis expuestas tienen en común la falta de concordancia con la versión oficial del 11-S, tanto si estamos hablando de una explosión, de una presencia de un OVNI o de una aeronave militar.
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