lunes, 8 de octubre de 2018

Enuma Elish": El cantar de la antigua Babilonia (y II)

Sin embargo, los dioses exigieron antes un prodigio de Marduk: "¡Para demostrarnos tu poder, di una sóla palabra mágica y esta prenda de ropa será destruída! ¡Repite esa palabra y volverá a estar intacta!" Marduk pronunció una palabra y he aquí que la túnica se deshizo; volvió a pronunciarla y la prenda recuperó su estado primitivo.


Entonces, todos los dioses creyeron a Marduk; se inclinaron hasta el suelo ante él, le acordaron el cetro, el trono y el "pallu" (insignia real).

El gran dios babilónico tiene, como las deidades guerreras de otras literaturas épicas, armas fantásticas: en este caso, el rayo y también una red para aprisionar a Timat. Monta en la tempestad como en un carro de guerra.

Un detalle curioso de los preparativos: Marduk se pinta los labios con ocre para proteger su boca de las potencias maléficas y además lleva hierbas aromáticas para impedir ser vencido por el hedor de Tiamat y de las bestias que ella ha creado.





Como vemos, el "Enuma Elish" canta al principio un caos en expansión, simbolizado por la creación que Tiamat hace de seres monstruosos; a este caos se opone Marduk, que es el movimiento ordenado e inteligente.

 Pero el autor anónimo, por entre el tejido filosófico o teogónico, deja asomar al poeta; éste humaniza a esas fuerzas antagónicas y crea efectos de expectativa, dados por la preparación de ambas deidades contenedoras.

El combate entre Marduk y Tiamat es el combate entre dos magias: se decide cuando Marduk lanza el viento malo a la boca de Tiamat; este viento le impide cerrar las mandíbulas y devorar al dios; luego Marduk le atraviesa el corazón con su flecha. La derrota de Tiamat pone en fuga a los monstruos pero el dios babilónico los captura con su red y a Kingu le arrebata la tablilla de los Destinos.

Luego, el cuerpo inanimado de Tiamat que, como recordamos era el mar, es dividido en dos partes: una de ellas forma la bóveda celeste, porque todos los pueblos primitivos creían era ésta un mar de arriba, que se había separado del mar terrestre por obra del arquitecto del mundo; los mitos difieren en sus detalles, pero el concepto es el mismo.

La tablilla IV concluye señalando que Marduk construye en los cielos su gran palacio, el Esharra, pero las tablillas V y VI son de más valor, ya que narran cómo el dios vencedor del caos organiza el mundo.

Madruk crea primeramente las estaciones, y según sean unas u otras, dominan tales o cuales astros, los que fueron formados, junto con el sol, a continuación. Organiza los años y los divide en doce meses. Le merece al poeta anónimo mayor atención la creación de la luna, Nannar, a la que el dios encarga de la vigilancia y adorno de la noche y de la medida del tiempo:

"Todos los meses, sin cesar, harás signos con tu disco.Al principio del mes, cuando comiences a lucir en el país brillarán tus cuernos para indicar los seis primeros días; el séptimo día mostrarás la mitad de tu disco. En tu plenitud ponte en oposición con el sol: será la mitad del mes. Cuando el sol se te haya unido en el horizonte disminuye tu disco y comienza a decrecer. Al día de oscuridad aproxímate, del camino del sol. El día veintinueve ponte de nuevo en oposición con el sol".

De distintas partes de Tiamat hace montañas, ríos (el Eufrates y el Tigris). También utiliza a las once especies de monstruos que Tiamat había creado y los hace sostener, transformados en estatuas, las puertas del Apsu. La tablilla V concluye con el anuncio de Marduk de edificar a Babilonia; en cuanto a la tablilla VI está dedicada a la creación del hombre. 

"Madruk, al oír el llamado de los dioses decidió crear una gran obra. Tomando la palabra se dirigió a Ea, para escuchar su consejo sobre el plan que había concebido:

-Quiero crear una redecilla de sangre, formar una osamenta para producir una especie de ser cuyo nombre será "hombre". Que sobre él recaiga el servicio de los dioses para el alivio de éstos".

En casi todos los cantares y relatos cosmogónicos arcaicos aparece esta misma intención: el hombre es creado para servir a los dioses; esta servidumbre se manifiesta originariamente en dos aspectos fundamentales: alimentación y alabanza; la primera por medio de los sacrificios sangrientos y la segunda por los himnos laudatorios.

De cualquier manera se trata de la primera hipótesis que el hombre se forja acerca de su razón de ser y estar en el mundo. Cuando los pueblos de las civilizaciones primitivas llegan a cierto grado de madurez, empiezan a ser mordidos por preguntas a las que buscan explicación por medio de éstos u otros mitos. 

Ea aconseja a Marduk que para hacer el hombre no sacrifique a todos los dioses vencidos, sino a uno solo, al más culpable, que pague por todos y que redima al resto de los dioses vencidos. La Asamblea de las deidades encuentra que el más culpable, el que incitó a los demás fue Kingu.

Así, pues, el hombre sustituye a los dioses condenados a la destrucción, asumiendo, en lugar de ellos, el carácter de efímeros, de sustancia perecedera. Con la sangre de Kingu, sangre divina, pero malvada y rebelde, están hechos los hombres y participan de esas características. 

Asistimos así, en este cantar, a una de las más antiguas alusiones a la teoría de la transmisibilidad de las culpas. El hombre muere, pues, porque está hecho de sangre destinada a morir: es una especie de pecado original cometido en la época en que aún no era hombre. Esta tablilla explica, así, de manera mítica, la muerte, el pecado, la angustia, la sujeción a un orden natural impuesto, conforme lo entendieron los antiguos babilonios.




No obstante, ya en Sumer existía otro relato acerca de la caída de los humanos, relato más conforme al texto bíblico: un cilindro nos presenta a un hombre y a una mujer sentados delante de un árbol de grandes frutos; del lado de la mujer hay una serpiente; esta explicación es más antigua que la del "Enuma Elish", pero tiende a contestar míticamente las mismas preguntas eternas: ¿Por qué morimos? ¿Por qué cometemos acciones que nuestra conciencia rechaza? 

Aquellos poetas arcaicos, perdidos en la noche de los tiempos, buscaban una solución a estas cuestiones y vertían en mitos su angustia existencial, mitos transmitidos en versos, a veces duros o extraños a nuestra sensibilidad, pero llenos de la resonancia mágica que viene de épocas tan lejanas y que nos demuestran que el corazón del hombre de Mesopotamia, cuyos cantares quedaron enterrados en las arenas durante treinta y hasta cuarenta siglos, también latía como el nuestro y también buscaba a tientas explicaciones frente a los muros infinitos del misterio, delante de los que nuestro existir se golpea como un pájaro preso en una jaula estrecha.

"Enuma Elish": El cantar de la antigua Babilonia (I)

Bajo la pala de los arquéologos, las arenas de Mesopotamia han ido devolviendo ciudades perdidas, ciudades de milenarios imperios pasados, de los cuales el hombre del siglo XIX a veces no sospechaba su remota existencia.

Mundos extraños, con sus manifestaciones de arte y de ciencia, que nos dejan atónitos, empezaron a aparecer de entre las arenas, en las tierras regadas por el Eufrates y el

Tigris. 

Y los ladrillos escritos en cuneiformes nos aportaron una literatura tan antigua, que la griega es hoy no ya una etapa de comienzo sino de culminación dentro del mundo antiguo.

Entre aquellos cantares rescatados, el "Enuma Elish" será siempre valioso por su contenido cosmogónico y por resultar la más alta manifestación de la épica de Babilonia durante el tiempo de la primera dinastía (entre los siglos XIX a XVII antes de J.C.).

Quizá, como los piensa King, el "Enuma Elish", si nos atenemos a su fondo mítico originario, se remonte a una antigüedad aún más venerable, pero eso ya entra dentro de una cadena de suposiciones que no están todavía demostradas.




De lengua arcaica, que recuerda el viejo dialecto babilonio, de métrica algo dura aún, trata este cantar el tema del entronizamiento del dios Marduk, que de antiguo dios de la ciudad pasó a ser, durante algunos siglos, por obra de las conquistas de Babilonia, la más importante divinidad de Mesopotamia.

¿Qué queda ahora de esa ciudad? ¿Qué resta ahora de ese dios? Se dejó de pensar en él y se disolvió, quedó convertido en objeto de curiosidad histórica, en héroe de un cantar antiguo, en estatua borrosa de la galería de los mitos.

El "Enuma Elish" es una flor sangrienta en la poética de Babilonia; en vano buscaremos en él dulzuras y delicadezas; canto duro es, donde ronda la muerte en acecho de los dioses y de los hombres. El título de este cantar exótico para nosotros, está formado por las palabras iniciales del primer verso, ya que los mesopotámicos tenían la costumbre de designar los cantares por las palabras de su comienzo:

"Enuma elish la nabu shamanu..."; este verso se traduce así: "Cuando en la altura los cielos aún no estaban nombrados..."

Siete tablillas de barro cocido, con apretados cuneiformes -en cada una de aquéllas caben unos ciento cincuenta versos- constituyen este poema, que era nacional y sagrado, al punto que se recitaba en la fiesta de Akitu, la más importante de todas las del ceremonial sacro de aquel pueblo: en el cuarto día de Nizán -mes con el que empezaba a contarse el año en Mesopotamia- tenía lugar el recitado ritual del poema. 

En un viejo texto se lee: "Después de una pequeña comida, el sacerdote Urigallu recitará al dios Bel, la mano levantada, el "Enuma Elish", desde el comienzo al fin. Mientras él recite el Enuma Elish a Bel, la parte delantera de la tiara del dios Anu y el trono de Enlil estarán cubiertos". Gaster recuerda que la imagen de Marduk era paseada por las calles y luego entronizada en un panteón. E incluso el ceremonial se hacía más ostentoso y rico, pues los demás dioses, representados por sus estatuas, eran sacados de sus respectivos templos para hacer a Madruk visitas reverenciales.


"Cuando en la altura los cielos aún no estaban nombrados y en lo bajo la tierra no tenía aún nombre..."

Así, ya lo señalamos, comienza el poema. No existía más que la sustancia indiferenciada; las cosas sólo podían nacer si los demiurgos pronunciaban, entre ritos mágicos, el nombre de ellas. En la vieja doctrina de la palabra, del nombre o del verbo: se ordena que aparezca tal cosa, la que se halla sumergida en la sustancia indiferenciada y la cosa toma cuerpo, consistencia, existencia.

Son muchas las similitudes que podrían ser citadas: la más conocida es la del Génesis Bíblico: Jehová crea por medio de la palabra: "Hágase la luz. Y la luz fue". En el Popol Vuh de los mayas, los dioses dijeron: "¡Tierra! Y al instante nació". Otros textos podrían ser también citados.

Al principio no existe sino el agua: el Apsu, deidad masculina, primordial y procreadora (el abismo inicial, la masa de agua dulce que los antiguos creían que rodeaba la tierra y que los griegos llamaban "Océano" y Tiamat, deidad femenina, el mar de aguas saladas.

En las cosmogonías de todos los pueblos antiguos, lo primero que surge es el agua; luego la tierra, en medio del agua y después los astros. El cantar continúa así:


"El Apsu primordial y procreador y la tumultuosa Tiamat, madre de todos, mezclaban indistintamente las aguas,  cuando los despojos de los cañaverales no estaban amasados y los canales no se podían ver, cuando ningún dios había todavía aparecido ni recibido nombre, ni sufrido destino..."




El poema trata de pintar la serenidad y simplicidad iniciales de nuestro mundo, cubierto totalmente por las aguas; entonces las saladas y las dulces, dice, estaban mezcladas. No existía la tierra, ni el cielo lleno de estrellas.

Pero poco a poco surgen generaciones de dioses, cada vez más importantes y activos, ante cuya potencia el mundo se transforma; así, el "Enuma Elish" alude primero a la creación de Lakhmu y Lakhamu, después a la de Anshar y Kishar, que significan "lo alto" y "lo bajo", parejas de deidades que, como vemos, son más bien abstracciones filosóficas.

Estos últimos tuvieron un hijo: Anu, el cielo, dios que es la contrapartida babilónica de An; éste último forma, junto con Enlil (la tierra) y Ea (el agua) la trinidad sumeria clásica. Entonces surgió la Actividad. E

l poeta anónimo da la idea de pasaje del estado de caos en reposo al del caos activo, de universo dormido a universo en movimiento, al narrar que multitudes de dioses que habían nacido turbaban a Tiamat por medio de movimientos desordenados, o sea no sometidos a una inteligencia superior.

"Turbaron, dice, los senos de Tiamat, retozando en el seno de las celestes moradas. Sus gritos no se debilitaban ni ante el mismo corazón de Apsu..."

Este, encolerizado, llega a la morada de Tiamat y le dice:

"Insoportable me es la conducta de los dioses. De día no puedo reposar, de noche no puedo dormir. Quiero aniquilarlos para dar término a sus agitaciones y que retorne el silencio, para que podamos volver al sueño".

Se adivina en estas palabras la expresión simbólica, que señala la lucha entre el mundo sometido aún al estado de sueño y el mundo que trata de despertarse, de ser activo y manifestarse en vida. Los hindúes iban, más adelante, a desarrollar estos conceptos de manera hermosa y profunda, pero el germen de esas ideas ya estaban en el "Enuma Elish".

No obstante, de entre los dioses activos se destaca Ea. Ea no es, como los demás, actividad desordenada, sino actividad inteligente; se le llama "el sabio" y más aún: "el omnisciente". Su conjuro logra vencer al Apsu.

 "Derramó, dice el cantar, un sueño sobre el Apsu, tranquilamente adormecido; le hizo estremecerse volcándole un sueño". Luego le da muerte, y sobre esas aguas (el Océano) erige su morada. En ella Ea engendra en Damkina, su esposa, a Marduk, el cual nace en el llamado "Santuario de los Arquetipos". Marduk es, según los teólogos del Enuma Elish, el más grande de todos los dioses.

Así pasa el tiempo, y Tiamat, indignada a causa del viento que agita sus aguas, formándole olas, decide destruir a los dioses de la dinastía de Anu.

Crea un ejército de monstruos: da a luz a serpientes, dragones, esfinges, leones gigantes, hombres escorpiones, centauros; en total, once especies de monstruos, al frente de los cuales coloca a un dios llamado Kingu, con el que se desposa y a los que concede los derechos divinos que antes tuvo Apsu.

"Andar al frente de los dioses, conducir la hueste, levantar el arma de la provocación, lanzar el asalto, ser jefe en la batalla, ella puso todo en sus manos y le hizo sentar en el Consejo diciéndole : "He echado una suerte para ti; te he exaltado en la Asamblea de los dioses.

Sé exaltado, oh, esposo mío, tú, el ilustre y que tu palabra prevalezca sobre la totalidad de los Annunaki" (los grandes dioses). Le dio luego a Kingu la tablilla de los destinos y la ató sobre su pecho, diciéndole: "Que tu orden sea inmutable y firme tu palabra"".

Así los dioses del caos se preparan para luchar contra la tríada babilónica formada por Anu, Ea y Marduk; este último, como vemos, ha sustituído, en el "Enuma Elish", a Enlil, de la vieja tríada sumeria.




Al principio las deidades temen el enfrentamiento, pero luego Marduk se ofrece a vencer a Tiamat y a Kingu, siempre que se le de el rango principal entre todos los dioses. Estos aceptan y exaltan a Marduk:

"En adelante tu palabra no se humillará más. Exaltar y abatir, tal será tu poder. Será estable la palabra de tu boca. Tu verbo no cambiará más. Ninguno entre los dioses franqueará tus límites... Marduk, tu eres nuestro vengador. Aquel que se confía a ti conserva su vida, pero el dios que ha concebido el mal derrama su vida". (Versos 7 a 18 de la tablilla IV). "

Los Esqueletos desaparecidos de la antigua Raza de Gigantes que gobernaron América


Existen descubrimientos que, por motivos no del todo claras, se almacenan en el olvido del conocimiento humano.

Estos hallazgos pueden arrojar luz sobre el pasado lejano de la humanidad, sin embargo, estan envuelta en niebla y con muchas líneas de tiempo contradictorias.

La siguiente historia parece añadir un elemento importante a la teoría de que, en un tiempo remoto, una raza de hombres gigantes habitaban el planeta Tierra.

Una peculiar historia que se produjo hace un siglo, una historia que por un lado confirma la existencia de gigantes y, por otro lado, podría erosionar el sentimiento de muchos, según la cual existiría una arqueología prohibida el cual archivo el incómodo descubrimiento que podría revelar a la humanidad la verdadera historia de su evolución.





En mayo de 1912 un equipo de arqueólogos del Beloit College, en una excavación realizada en el lago Delavan en Wisconsin, trajo a la vida a más de doscientos montículos efigies que fueron considerados - como un ejemplo clásico de la cultura Woodland, una cultura que se cree prehistórico americano que se remonta al primer milenio antes de Cristo.

Pero lo que sorprendió a algunos los investigadores fue el descubrimiento de 18 esqueletos de tamaño enorme y cráneos alargados, descubríeron que no encajaba en absoluto con las nociones clásicas que figuran en los libros de texto. Los esqueletos eran realmente enorme y, aunque tenían rasgos humanos, no podían pertenecer a los seres humanos normales.


La noticia tuvo un gran eco y causo un gran revuelo, tanto es así que el New York Times informó de la noticia en sus páginas. Tal vez, en esos días, había mas libertad y menos miedo de los descubrimientos que pueden cambiar las creencias científicas bien establecidas basadas únicamente en teorías. Así escribe el columnista del artículo del New York Times publicado 04 de mayo 1912.

"El descubrimiento de varios esqueletos humanos mientras se escavaba una colina en el Lago Delevan indica que una raza de hombres hasta ahora desconocida una vez habito en el sur de Wisconsin. [ ... ]. Las cabezas, presumiblemente de estos hombres, son mucho más grandes que las cabezas de cualquier raza que habita America hoy en día.

El cráneo parece estirarse hacia atras inmediatamente encima de las cuencas de los ojos y los huesos de la nariz sobresale muy por encima de los pómulos. Las mandíbulas parecen ser largo y puntiagudos [ ... ]."

La descripción de los cráneos proporcionadas por el New York Times, recuerda mucho a la forma de los esqueletos que pertenecen a la recientemente descubierta en un antiguo enterramiento en México con la diferencia que aquí estamos tratando con individuos más altos de tres metros . ¿Quiénes eran ellos, y por qué no hay ni rastro en la historia oficial que nos enseñaron en la escuela?

¿Estos gigantes humanos vivieron en nuestro planeta, y en cualquier caso, pertenecen a la raza humana? ¿Esto puede ser un antiguo asentamiento de los antiguos humanos, sobrevivientes de la tragedia de la Atlántida? ¿O, fueron seres de otros mundos que corrobora la teoría de los antiguos astronautas? Es difícil de decir.

Varias hallazgos de una raza de gigantes fueron reportados en América del Norte. Ellos parecen haber sido de características enormes, pelirrojos, y a menudo han tenido cráneos alargados, tal vez incluso cuernos.
150 años de descubrimientos

Estos esqueletos de los gigantes del Lago Delevan no eran una novedad en la arqueología americana. Urgando en las barras laterales de los periódicos locales, parece que el hallazgo de Wisconsin es sólo uno de docenas de hallazgos similares reportados por los periódicos locales. El primer archivo de noticias se remonta a 1856 reportados en un artículo de fecha 21 de noviembre del mismo New York Times.





"Hace un par de días, algunos trabajadores han descubierto en el sótano del viñedo Wickan del sheriff, en el este de Wheeling, Illinois, un esqueleto humano. Algo en ruinas, era difícil identificar la posición de los huesos, que parecen tener la longitud del cuerpo humano normal en su posición original. Lo que más impresionó al sheriff y a los trabajadores eran del tamaño del esqueleto, que asciende a unos once pies (tres metros y medio)! Tenía la mandíbula y los dientes casi tan grandes como los de un caballo."

12 años más tarde, en 1868, el día de Navidad, el NYT da otra noticia de gigantes. Algunos trabajadores de la compañía Sank Rapid Water Power se dedicaban a las excavaciones para la construcción de una presa para la creación de energía hidroeléctrica a lo largo del río Mississippi. Durante el trabajo, los trabajadores desenterraron los restos de un esqueleto humano incrustado en una gigantesca roca de granito.

"La tumba era de unos 3.6 metros de largo, 1.2 metros de ancho y 1 metros de profundidad. Los restos del humano gigante estan completamente petrificado. La cabeza es masiva, las medidas de 80 centimetros de circunferencia, pero con una frente muy baja, y muy plana en la parte superior. La altura total del misterioso individuo es de igual a unos 3 metros con 40 centímetros".

El 8 de septiembre de 1871, el New York Times informa la noticia de otros esqueletos gigantes descubiertos durante los trabajos de excavación en Petersburg, Virginia.

"Los trabajadores que participan en los trabajos de la vía férrea, se encontraron con una tumba que contenía los esqueletos de los que se cree fueron los nativos americanos de una época pasada y una raza humana perdida y olvidada. Los cuerpos exhumados eran de formación extraña y notable. [ ... ] . El fémur es mucho más largo que el de los individuos humanos normales, la estatura del cuerpo que es, probablemente, tan grande como 2.5 metros y 3 metros".

El 10 de agosto de 1880, el artículo del NYT menciona la información del Harrisburg (Penn) Telegraph, en el que muestra un extracto de un informe preparado el 24 de mayo 1798 por el juez Atlee siguendo un extraño descubrimiento.

"... estando en Hanover en compañía con el jefe McKean, el juez Bryan, Mr. Burd, y otros, caballeros respetables, nos fuimos a la propiedad del señor Neese, donde nos mostraron el lugar cerca de su casa hace varios años en los que se encontraron dos esqueletos humanos. Los esqueletos tenian alrededor de 2.5 metros de largo".

El 25 de mayo 1882 NYT informa la noticia de un descubrimiento en St. Paul, Minnesota.

"Un esqueleto de dimensiones heroicas y forma singular fue descubierta durante la excavación de una colina en el valle del río Rojo. [.... ]. El cráneo en cuestión era el único perfecto, y cerca de él se encontraron algunos huesos del cuerpo anormalmente grandes. el hombre que lo llevó era, evidentemente, un gigante."

El 20 de diciembre de 1897, el New York Times informa el primer descubrimiento de los gigantes que tuvieron lugar en Wisconsin, cerca de Maple Creek. Se descubrieron tres colinas funeral, una de las cuales estaba abierta, dejando al descubierto el misterioso y su contenido: el esqueleto de un hombre gigante. La estatura del ser era casi de tres metros, y su casi perfecto estado de conservación.

El 11 de febrero 1902 se muestra la noticia de una expedición arqueológica en un sitio en Nuevo México, donde se encontraron algunos esqueletos humanos gigantes.

"Debido al descubrimiento de los restos de una raza de gigantes en Guadalupe, anticuarios y arqueólogos están preparando una adicional expedición para explorar la región. Esta determinación se basa en la emoción que existe entre la gente de un ámbito del país cerca de Mesa Rico, a unos 200 km al sureste de Las Vegas, donde se ha descubierto un antiguo cementerio que ha dado esqueletos de enormes dimensiones.

Luiciana Quintana, en cuyo rancho el lote del antiguo cementerio se encuentra, descubrió dos piedras que llevaban curiosas inscripciones, y debajo de ellos fueron encontrados en las excavaciones de poca profundidad los huesos de un armazón que no podría haber sido de al menos de 3,6 metros de longitud.

Los hombres que abrieron la tumba dicen que el antebrazo era de 1,2 metros de largo y que una mandíbula muy bien conservada de los dientes inferiores iban desde el tamaño de una nuez de nogal a la de la más grande nuez en tamaño.

Quintana, quien ha descubierto muchos otros lugares de enterramiento, expresa la opinión de que tal vez se encuentren miles de esqueletos de una raza de gigantes hace mucho tiempo extinta.

Esta suposición se basa en las tradiciones transmitidas desde principios de la invasión española que han detallado el conocimiento de la existencia de una raza de gigantes que habitaron las llanuras de lo que hoy es el este de Nuevo México. Leyendas de los indios y los tallados también en la misma sección indican la existencia de tal raza.

Pero el New York Times no es el único periódico que lidio con los gigantes. Algunos periódicos informaron de la noticia de los gigantes del siglo como Sun, 1893, New Age Magazine en 1913, Popular Science en 1932, el San Antonio Express 1940.

James Vieira, un investigador independiente, desde hace casi veinte años, y antes de la llegada de Internet, a recopilado miles de referencias e informes de prensa sobre los hallazgos de los gigantes, en lo profundo de los archivos del New York Times, Smithsonian Ethnology Reports, American Antiquarian, y la revista Scientific American, descubriendo que la mayoría de estos hallazgos es prácticamente oculto a la opinión pública.

Entre los descubrimientos notables de Vieira, hay una foto desenterrado en los archivos de los Reportes Etnológico del Smithsonian, tomada durante una conferencia del prof. McGee, en el que se ve un esqueleto de estatura gigante de cerca de 2.5 metros de altura, y que luego fue vendido al Institución Smithsonian.





El gigante fue encontrado en una cueva cerca de San Diego, California, por un grupo de buscadores de oro, de acuerdo con el expositor. Sobre la cabeza, habían restos de una capucha de cuero que parecía haber sido parte de una mortaja.

El alargado cuerpo demacrado se irguió en un gran ataúd estrecho de tres metros de largo. Un pedazo de la piel seca del gigante se retiró y cuando se probó en el laboratorio químico del Smithsonian encontraron que estaba hecha de gelatina. El expositor engañado acordó la venta por unos $500 al Instituto Smithsonian que después de comprarlo esmeradamente lo perdieron. 

El profesor McCee del Smithsonian se muestra a la izquierda del gigante, acompañado por el expositor a la derecha que fue perfectamente inocente del fraude. 

El denominado gigante de San Diego pertenecería a la llamada cultura de Mounds Builders (literalmente constructores de montículos), un antiguo pueblo de América del Norte que vivió hace unos 5000 años, en un período anterior de la historia del Antiguo Egipto y todas sus dinastías.

Según los teóricos de la conspiración, el Institución Smithsonian compro los esqueletos con la intensión de evitar el conocimiento del público.

 Pero ¿por qué? ¿por qué debería haber un encubrimiento masivo de todos estos descubrimientos? 


Según Vieira, el razonamiento es muy simple: la necesidad de mantener como valida la teoría de la evolución de Darwin, lo que explica muy bien la evolución normal de todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, a partir de formas simples a formas más complejas.

El problema es que estos esqueletos, en relación con el ser humano, no obstante, muestran una involución, ya que la complejidad de los fósiles gigantes encontrados es particularmente evidente.

¿Cómo colocar a estos gigantes humanos en la escala de la evolución humana? ¿Esto puede ser suficiente motivación para eliminar los artefactos que podrían arrojar luz sobre el pasado distante del hombre?

Según los teóricos de los Antiguos Humanos residentes de la mítica Atlántida fueron los famosos gigantes que también se mencionan en la Biblia, como Sanson y Goliat. Algunos sobrevivientes de la destrucción de la antigua civilización de la Atlántida podrían entonces haber preparado el escenario para la creación de nuestra especie y nuestra civilización.




 Tal vez esta es la historia que desean mantener oculta ¿Y por qué? ¿Quizas por qué el evento catastrófico que destruyó la Atlántida podría destruirnos, tarde o temprano, también?

En el análisis final, hay los que asumen que los esqueletos gigantes no pertenecen a la especie humana, sino que son los cuerpos de los Antiguos Astronautas que habitaron nuestro planeta.

En este sentido, el encubrimiento sería atribuible a una estrategia más amplia que quiere ocultar la existencia de extraterrestres a la humanidad. Sin embargo, uno de los gigantes, tales como el de la Atlántida, por una razón u otra, sigue siendo tema tabú para la comunidad científica.
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