miércoles, 8 de mayo de 2019

La Biblioteca Laurenciana y Miguel Ángel (I)

La biblioteca Laurenciana o Medicea Laurenciana es una de las bibliotecas más importantes de todo el mundo y no sólo por la importantísima cantidad de material bibliográfico que alberga – manuscritos, incunables, papiros…- sino por los valores artísticos y constructivos diseñados por uno de los más grandes artistas de toda la historia: Miguel Ángel Buonarroti.

Por aquellos tiempos Miguel Ángel (1475 – 1564) ya cosechaba importantes éxitos en todos los campos artísticos; de hecho el genio renacentista ya había realizado uno de sus más grande trabajos en Roma, las pinturas de la bóveda de la Capilla Sixtina y El Juicio Final, y decidió volver a Florencia para proyectar la Fachada de la Basílica de San Lorenzo realizada por Brunelleschi, encargo que nunca llegó a realizar. 

A principios de la década de los veinte Miguel Ángel comenzó a diseñar en la misma basílica la Capilla Medicea que albergaría las tumbas de Lorenzo y Giuliano de Médicis. Tres años después, en 1524, Clemente VII – Giulio de Médicis- le encomendó la realización de una biblioteca para albergar el patrimonio literario de la familia.




La biblioteca se situaba en el claustro de la basílica familiar de San Lorenzo, por lo que su espacio ya estaba delimitado. Miguel Ángel planteó un recorrido que transportarse al lector desde la tranquilidad del patio renacentista <> hasta la imponente Sala de Lecturas.

El arquitecto planteó un proyecto constructivo en dos espacios de diferente altura unidos por una bellísima escalera.

El zaguán de entrada es conocido como Ricetto y su construcción es posterior, en torno a la década de los sesenta, fue realizado por Ammannati.

 Espacialmente no es demasiado grande pero grandísima altura otorga al espacio de un ambiente ascensional, la decoración está tratada como si de una monumental fachada exterior se tratara.

La escalera proyectada por Miguel Ángel es la verdadera protagonista del vestíbulo de entrada ocupando casi dos tercios del espacio; es una escalera de tres tramos distintos que se encuentran en un pequeño descansillo para volver a arrancar unificados hasta la sala de lectura. 

En muchas ocasiones se ha hablado de que la escalera de la Biblioteca Laurenciana desciende de la Sala de lecturas como si de un inmenso mar de lava se tratara, y en efecto su estructura y plasticidad invitan al espectador al descenso o ascenso.

 Miguel Ángel consiguió en esta escalera la plasmación de las formas manieristas dentro del campo arquitectónico.

La Sala de Lectura se configura como un espacio rectangular de pequeñas dimensiones, en él Miguel Ángel construye una sensación de calma y tranquilidad contrapuesta al dinamismo de los espacios precedentes. 

El artista decora la estancia con elementos arquitectónicos que han perdido su valor constructivo para ser meramente decorativos. La bicromía de los paramentos blancos y grises remites a las formas que el artista ya planteó en la Capilla Medicea de la misma basílica. El suelo también presenta bicromía esta vez en rojo y blanco que otorga gran belleza al conjunto.

ESCALERA DE LA BIBLIOTECA LAURENCIANA

Identifica y define esta obra. Describe las formas y dimensiones de la escalera y el vestíbulo; analiza los elementos constructivos que observas y su disposición en el muro. 

Explica su singularidad y funcionalidad, las peculiaridades que incorpora y la tendencia artística que inaugura. Distingue con citas numeradas las fuentes que utilices.

El cuidado que Miguel Ángel puso en esta obra fue tal que, él mismo diseñó los pupitres de lectura y pese a abandonar Florencia siguió las obras en la distancia. La Biblioteca abrió sus puertas por primeras vez en 1571, casi cincuenta años después de que se realizara el encargo.

Varias tradiciones mistéricas proponen una historia alternativa de la evolución del ser humano en la que se contempla que, en la antigüedad, existió una etapa evolutiva denominada la “humanidad vegetal”, en la que el ser humano tenía partes vegetales en su organismo.

Según esta tradición, hacía miles de años atrás, este órgano conocido como la “linterna de Osiris” sobresalía de ambos lados de la cabeza de los humanos como un par de antenas.




Estas “antenas” se redujeron de tamaño con el paso del tiempo y se convirtieron en lo que hoy conocemos como la glándula pineal, un órgano alojado en el centro del cráneo que está involucrado en una serie de procesos bioquímicos relacionados con las experiencias místicas.

La Biblioteca de la familia Médicis, más conocida como la Biblioteca Laurenciana, ubicada en la Plaza de San Lorenzo en Florencia.

La probable existencia de una “humanidad vegetal” y las relaciones entre el DMT, la melatonina, las experiencias místicas o alucinaciones y la glándula pineal son tan complejas que merecen un artículo aparte. Es por esta razón que en la presente serie dejaremos de lado estos conceptos para seguir indagando en los mensajes ocultos en la obra de Miguel Ángel.

Geometría sagrada

En 1774 sucedió un afortunado accidente en la sala de lectura de una de las bibliotecas más importantes del mundo. Un estante repleto de libros sucumbió al peso y se desplomó dejando al descubierto el piso original de la biblioteca decorado con intrincados diseños geométricos hechos en terracota, que habían permanecido ocultos bajo un falso piso de madera.

Esto sucedió nada menos que en la célebre Biblioteca de la familia Médicis, también conocida como la Biblioteca Laurenciana, diseñada por Miguel Ángel en 1524 por encargo del Papa Clemente VII de Médicis.

Los arquitectos encargados de la restauración del escritorio, a pesar de no lograr descifrar el contenido de los diseños geométricos le informaron al director de la Biblioteca pues sabían que las figuras representaban algo de suma importancia Antonio Biscioni, quien en ese entonces era el director, ordenó retirar todo los pisos falsos de madera que cubrían el piso original.

Se descubrió que existían quince paneles de terracota con diferentes diseños geométricos, de aproximadamente dos metros de ancho, que cubrían el largo de ambos lados de la Biblioteca a manera de pasadizos. Quince en el lado oeste y quince en el lado este, similares en tamaño y diseño.

 Los diseños habían sido realizados utilizando el color rojo y el color blanco y los paneles tenían la forma de cuadrados encerrados dentro de rectángulos. La sala de lectura de la Biblioteca Laurenciana.

Los diseños fueron descubiertos debajo de los escritorios que se encuentran a lo largo de las dos líneas blancas diagonales. Se puede apreciar, en detalle, el piso falso de madera que ocultó los diseños por más de doscientos años.

Los escritorios permanecieron en su lugar original cubriendo los diseños pero Biscioni quedó tan impactado por el descubrimiento que ordenó la construcción de trampillas en el piso falso de madera de cada uno de los escritorio para que se pudiese observar las figuras.

Pese a todo, los diseños no fueron estudiados y continuaron en el olvido. Tuvieron que pasar más de cuatrocientos años para que alguien se interesase en descifrar la función y el significado de los diseños geométricos del piso de la Biblioteca Laurenciana.

En 1980, el reconocido arquitecto norteamericano Ben Nicholson empezó a estudiar, junto con su equipo que agrupaba a especialistas en geometría y teólogos, las complicadas figuras geométricas del piso utilizando un método multidisciplinario que comprendió trabajo de campo arqueológico, análisis de documentos, análisis matemáticos, investigación arquitectónica y numerología.

 Su estudio duró más de diez años culminando en 1996 con la exposición titulada “Descubriendo la Geometría: Ben Nicholson en la Biblioteca Laurenciana”.

En esta muestra, Nicholson expuso reproducciones a gran escala de los quince diseños geométricos y presentó las conclusiones de su investigación sobre el significado de los mismos.

Según Nicholson, los paneles juntos son una enciclopedia de los principios esenciales del conocimiento geométrico sagrado, o de la teología de la aritmética, que fue el legado de los antiguos maestros como Pitágoras de Samos (570-495 AC). Arriba, plano que muestra la disposición en la que se encontraron los paneles.

Abajo, de izquierda a derecha, el panel de los Médicis, el panel del “Lambda de Platón” y el panel de la “estrella de Brunes”.

Lo sorprendente es que varios de estos paneles no se limitan a establecer conceptos geométricos ancestrales y sagrados sino que también guardan mensajes de carácter filosófico y teológico, que nos remontan a los tiempos del filósofo Pitágoras, el profeta Zoroastro e incluso a los grandes arquitectos del antiguo Egipto.

El panel de los Médicis

Uno de los paneles más interesante para Nicholson es el panel número dos, conocido como el panel de los Médicis ya que en el centro se puede apreciar el emblema de Cosimo I de Médicis. (ver figura de abajo). A simple vista, el panel de los Médicis parece ser totalmente simétrico y guarda mucha similitud con las antiguas rosetas que se encuentran en muchos diseños del renacimiento.

Pero, al analizarlo en profundidad, Nicholson observó que el panel no era un cuadrado perfecto sino que era ligeramente rectangular. Luego de estudiar las proporciones del panel, Nicholson encontró una serie de números que no parecían haber sido escogidos al azar.

El rectángulo que encierra al diseño del panel tiene una proporción de 12:13 y esto, según Nicholson, representa los ciclos lunares y solares puesto que el Sol recorre los doce signos del zodiaco en casi el mismo tiempo que la Luna realiza trece vueltas alrededor de la Tierra. Más aún, el tramado del diseño está compuesto por 96 círculos agrupados en la secuencia 1, 3+3, 6, 12, 24, 48.

Esta secuencia numérica que parece no tener ningún significado es uno de los elementos más enigmáticos de los diseños geométricos del piso de la Biblioteca Laurenciana.

 Como hemos visto, Miguel Ángel realizó los planos de esta construcción alrededor del año 1524. Para ese entonces, aun se creía que el Sol giraba alrededor de la Tierra y los únicos planetas conocidos eran Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. El panel clasificado con el número dos, denominado por el arquitecto Ben Nicholson como el panel de los Médicis.

En 1768, más de doscientos años después de la construcción de la Biblioteca Laurenciana, el astrónomo alemán Johann Elert Bode (1747-1826) publicó un libro titulado “Manual de Instrucciones para el Aprendizaje de los Cielos Estrellados” en el que determinaba la distancia entre el Sol y cada uno los planetas conocidos hasta ese momento (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno) a través de una fórmula matemática.

Los avances tecnológicos de los siglos posteriores permitieron comprobar que las distancias propuestas por Bode eran correctas. Las distancias que propuso el astrónomo alemán, expresadas en unidades astronómicas, son muy cercanas a las distancias reales entre el Sol y cada uno de los planetas conocidos en esa época.

Es más, gracias a su fórmula matemática, Bode predijo que entre Marte y Júpiter existía un planeta más: “Después de Marte hay un espacio que es la suma de 4+24=28 partes (decimos de una unidad astronómica), pero hasta ahora no se ha visto planeta alguno allí.

Pero ¿podría haber dejado el Señor Arquitecto (del Universo) ese espacio vacío? No, de ninguna manera. Entonces, asumamos que este espacio, sin duda, pertenece a los aún no descubiertos satélites de Marte.”

En 1781, se descubrió el planeta Urano, justamente en la posición que Bode había propuesto, años antes, utilizando su fórmula. Lo sorprendente es que la secuencia numérica que Nicholson encontró en el panel de los Médicis, es la misma secuencia numérica que Bode utilizó para calcular la distancia entre el Sol y los planetas. ¿




Cómo es que esa secuencia numérica fue introducida, doscientos años antes, en el panel de la Biblioteca Laurenciana?

A la derecha, el arquitecto Ben Nicholson dándole indicaciones al pintor Blake Summers, quién realizó las reproducciones a gran escala de los quince diseños geométricos de la Biblioteca Laurenciana para la exposición “Descubriendo la Geometría: Ben Nicholson en la Biblioteca Laurenciana”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...