lunes, 11 de febrero de 2019

¿ Quien tiene el Poder Mundial? (I)

Con el permiso de China, casi todos tenemos la creencia de que los Estados Unidos de América detentan el poder mundial.

Pero los Estados Unidos han sido controlados desde Londres y todavía lo son. Estados Unidos muchas veces es considerado el malvado mundial, pero muchos de los eventos por los que se culpa a los estadounidenses han sido organizados por la Hermandad de Babilonia en Inglaterra. 

La aparente desintegración del Imperio Británico ha oscurecido aún más dónde reside el poder real. Por razones históricas y otras, el centro de operaciones principal de la red de sociedades secretas de la Hermandad de Babilonia está basado en Londres, que también es conocida como Nueva Troya. 

De todos modos también tienen un peso específico París, Bruselas y Roma. Para comprender lo que ha ocurrido en los Estados Unidos tenemos que remontarnos a antiguos tiempos históricos.

Los fenicios desembarcaron allí en tiempos antiguos y lo que parecían ser restos egipcios o fenicios fueron encontrados en el Gran Cañón del Colorado, aunque este hecho se ha tratado de ocultar. Pero, ¿cuáles son los orígenes de la Hermandad de Babilonia?




Tal como hemos explicado en otros artículos, después de la supuesta manipulación genética por parte de los “dioses” anunnaki, se habría creado el Homo Sapiens. Y el principal centro de este nuevo linaje era la ciudad de Babilonia, en el sur de Sumer, junto al río Eufrates.

Las evidencias indican que la fundación de Babilonia fue anterior a lo que se supone y fue una de las primeras ciudades de la era post-diluviana. Y fue en esta ciudad donde se crearon las primeras escuelas de misterios y sociedades secretas que iban a influir significativamente en el devenir de la Humanidad. 

 Todo parece indicar que algunas de las más influyentes sociedades secretas actuales son los herederos de la Hermandad Babilónica que crearon los “dioses” después del Diluvio. Y fue en Babilonia, hace unos 6.000 años, donde se crearon las bases de las distintas religiones.

Según los textos antiguos y las leyendas, el fundador de Babilonia fue Nimrod (o Nemrod), que reinaba con su esposa, la Reina Semíramis. Nimrod parece que era un tirano muy poderoso y uno de los gigantes que se relatan en las tradiciones.

Se cree que después del Diluvio fue Nimrod el que reconstruyó la impresionante mega estructura en Baalbek, Líbano, con sus enormes bloques de piedra de 800 toneladas. Parece que su reino llegaba hasta la región que es ahora Líbano y, según el Génesis, los primeros centros del reino de Nimrod eran Babilonia, Acadia y otros en la región de Shinar (Sumer).

Después se expandió hacia Asiria construyendo ciudades como Nínive, donde fueron encontradas la mayoría de las Tablillas Sumerias, en las que encontramos gran parte de la información de aquella época.

Los reyes Nimrod y Semíramis eran de linaje anunnaki y formaban parte de la conocida como raza de Titanes. Esta raza de gigantes se decía que eran descendientes de Noé, descrito en el Libro de Enoc como fruto de las relaciones entre un “dios” y un humano y con piel sumamente blanca.

El padre de Nimrod en el texto del Génesis era Cush, también conocido como Bel o Hermes, que significa Hijo de Ham, y que era nieto de Noé e hijo de Ham o Khem, que significa “el quemado” y que podría haber estado relacionado con la adoración del Sol. En Babilonia surgió una gran red de “dioses”, que también tenían conexiones con Egipto.

Nimrod y Semíramis han tenido el gran honor de ser reconocidos como los “dioses” más importantes de la Hermandad de Babilonia y han sido venerados hasta la actualidad bajo muchos diferentes nombres y símbolos. Nimrod fue simbolizado como un pez y la Reina Semíramis como un pez y una paloma.

 Semíramis es probable que sea el nombre simbólico de la “diosa” sumeria Ninkharsag, la supuesta creadora del Homo Sapiens, junto con el “dios” sumerio Enki. Nimrod era el dios-pez Dagon, que fue retratado como mitad hombre y mitad pez. Pero hay cierta evidencias de que esta imagen en realidad representa a un ser mitad reptil y mitad humano.

La Reina Semíramis también era simbolizada como un pez porque los babilonios creían que el pez era un afrodisíaco y se volvió el símbolo para la diosa del amor. Probablemente aquí tiene sus orígenes el uso del pez en el simbolismo y la arquitectura cristianos.

Volviendo al tema de los fenicios, vemos que su historia marítima empieza hacia el siglo XXIV a.C. y según Reyes, en el Antiguo Testamento, llegaron a gozar de una fama tal que Salomón pidió al rey Irma, de Tiro, que le mandara carpinteros para construir una flota para el Mar Rojo, así como marinos para llevar esta flota hasta el país del Ofir. La localización geográfica de Ofir parece estar en la misma situación que la misteriosa Tierra de Punt.

Ambos países se hallan “lejos, en el sudeste”. Punt es un antiguo territorio descrito por los textos en jeroglíficos del Antiguo Egipto. No ha podido ser localizado con certeza, aunque posiblemente pudiera haber estado situado en la costa africana del océano Índico.

 La primera narración de una expedición a estas tierras se remonta al 2500 a. C. Fue enviada por el faraón Sahura, de la dinastía V de Egipto, para traer maderas preciosas, mirra, electrum, una aleación de oro y plata, monos y enanos.

También Pepi II, faraón de la dinastía VI, decidió enviar un barco al país de Punt, «un lugar situado en la costa de Somalia. El punto de embarque debía encontrarse sobre la costa asiática del mar Rojo». Mentuhotep III, de la dinastía XI, envió otra expedición, que quedó registrada en inscripciones grabadas en las rocas del valle de Uadi Hammamat.

Se explica que el canciller Henu mandó una expedición de tres mil hombres. Su inscripción relata: “Fui enviado a conducir barcos al país de Punt para traer al faraón especias fragantes que los príncipes del país Rojo recolectan profusamente puesto que entusiasman a todas las naciones. Y partí de la ciudad de Coptos pues Su Santidad ordenó que los hombres armados que debían acompañarme debían ser del sureño país de los Tebanos“.

La expedición más célebre fue la enviada por la reina Hatshepsut, de la dinastía XVIII, acontecimiento que está grabado en su templo en Deir el-Bahari: “Exploraré las rutas hacia Punt, descubriré los caminos hacia las terrazas de mirra, tras guiar a la tropa por mar y tierra para traer maravillas de la Tierra de dios para este dios que ha creado sus perfecciones…

Traen muchas maravillas y toda clase de productos típicos de la Tierra de dios a por los que tu majestad les envió: montones de terrones de mirra y árboles de mirra fresca con cepellón, plantados en el patio de ceremonias para ser vistos por todos los dioses… El jefe de Punt, Palhu, su esposa Aty, sus dos hijos, de su hija y del asno que carga con su esposa…

Cargando pesadamente los barcos con las maravillas del país del Punt: todas las buenas maderas aromáticas de la Tierra del dios, montones de resina de mirra, jóvenes árboles de mirra, ébano, marfil puro, oro verde de Amu, madera de cinamomo, madera-hesyt, incienso-ibemut, incienso, pintura de ojos, monos, babuinos, perros, pieles de pantera del sur, y siervos y sus hijos…”.

El viaje empieza de un puerto en el Mar Rojo y dura tres años, entre ida y vuelta, para ambos destinos, tanto Punt como Ofir. Los productos de Ofir coinciden en general con los que los egipcios traían de Punt y de sus escalas: oro, maderas preciosas, especias, incienso, esclavos, etc.

 Siguiendo a los fenicios, tenemos que Paul Gallez, en su obra La Cola del Dragón, nos dice que, siendo Salomón yerno del faraón, es muy natural que a través de su esposa haya obtenido de su suegro las informaciones necesarias para organizar una expedición a la Tierra de Punt o a un país vecino. Los fenicios ya formaban las tripulaciones de las flotas egipcias y asumían su dirección técnica antes de tomar el mismo papel en la flota de Salomón.

Enterados de los problemas y de los beneficios de la navegación al Extremo Oriente, era muy natural que los fenicios intentaran también sus expediciones por cuenta propia.

Se puede preguntar cómo sus flotas tenían acceso al Mar Rojo y al Océano Índico, cuando su país sólo ocupaba una pequeña franja del litoral mediterráneo.

 Las respuestas son varias, dice Gallez. Los fenicios eran originarios del Golfo Pérsico, de donde llegaron al actual Líbano. Sus primeras expediciones pueden haber tenido lugar antes de esta migración, a partir del Golfo Pérsico.

En el siglo VI, Fenicia fue incorporada a la Persia de Ciro, y otra vez los fenicios podían salir por el Golfo Pérsico en flotas oficialmente persas, pero de hecho fenicias.

Durante más de un milenio y bajo varias denominaciones, las flotas fenicias cruzaron el Mediterráneo, el Atlántico, el Mar Rojo y el Océano Indico.




Sus marinos podían muy bien haber dejado inscripciones fenicias en los países que visitaban, aún cuando realizasen las expediciones por cuenta de un rey no fenicio.

Lo que nos lleva a la hipótesis fenicia es una serie de hallazgos considerados como fenicios en varios lugares de América. Dick Edgar Ibarra Grasso ha identificado dos naves fenicias en las estelas centrales del templo de Sechim, en el Valle de Casma, en la costa peruana. Se considera generalmente que estas ruinas datan de hace 3.000 años.

Otros monolitos de la zona representan una gran nave oceánica y un sextante. Más extraordinarios son los descubrimientos de Bernardo Silva Ramos. Este autor, presidente del Instituto Geográfico de Manaos, ha recorrido la selva amazónica durante más de veinte años buscando, fotografiando y copiando 2.800 inscripciones rupestres, reconociendo la mayor parte de ellas como fenicias y las otras como griegas. El orientalista Lienhardt Delekat, en su obra Phönicier in Amerika, ha demostrado el carácter cananeo de la Piedra de Paraíba.

Actualmente la ciudad se llama Joao Pessoa y es capital del estado de Paría, al sur del Cabo San Roque, en Brasil. La piedra, que al encontrarla en una plantación se partió en cuatro pedazos, desapareció, pero antes se hicieron copias de la inscripción. Fue encontrada el 11 de septiembre de 1872 y quizás sea una prueba de que navegantes fenicios llegaron a Brasil dos mil años antes de su descubrimiento oficial.

 Delekat, de la Universidad de Bonn analiza cada una de las formas gramaticales de este texto, comparándolo con el arameo, el hebreo antiguo, el sidonio y otros dialectos cananeos, particularmente con respecto a las formas del imperfecto consecutivo. Delekat concluye que el texto está escrito en sidonio antiguo de fines del siglo VI a.C.

La traducción que da Lienhardt Delekat es la que sigue: “Somos hijos de Canaán, de la ciudad de Sidón. El reino se dedica al comercio. Estamos varados en esta costa montañosa lejana y queremos sacrificar ante los dioses y las diosas.

 En el año 19 del reinado de Irma, hemos zarpado de Ezlon Geber por el Mar Rojo, con diez barcos. Hemos navegado ya dos años y hemos circunnavegado esta tierra, tanto caliente como lejana de las manos de Baal (i.e. fría) y hemos llegado aquí doce hombres y tres mujeres, porque en otra costa diez de ellas han muerto, porque habían pecado. Que los dioses y las diosas nos sean favorables”. Las traducciones de Netto, de Schlottmann y de Gordon difieren de la interpretación de varias palabras.

El rey Hiram aludido sería Hiram III, cuyo decimonoveno año del reinado corresponde al 532 a.C. El estudio del texto lleva a Delekat a una conclusión inesperada. Los navegantes fenicios habrían llegado a Brasil por el Pacífico, pasando por el sur del Estrecho de Bering y el sur del Cabo de Hornos y, entre estas dos regiones, por Mesoamérica.

No cabe la menor duda sobre la capacidad de las naves fenicias para realizar el viaje transpacífico utilizando las corrientes marinas y los vientos regulares. Las naves egipcias desplazaban 6.500 toneladas, como la de Ptolomeo IV Philopator (222-205 a.C.).

De hecho, el historiador hebreo Flavio Josefo habla de barcos que, además de su tripulación, llevaban seiscientos pasajeros y mercancías. Ibarra Grasso ha comparado los navíos de comercio del Mediterráneo oriental del siglo III a.C. con las naves pintadas en la alfarería mochica al norte del Perú. Estos barcos son prácticamente idénticos y se caracterizan principalmente por un puente continuo de proa a popa cargado de jarras llenas de vino, de aceite, etc…

Es de destacar que este tipo de naves sigue circulando en el Mar Egeo y en Indochina, pero, según el estado actual en la Historia, jamás se han conocido en el Perú. A un historiador actual le tocó descubrirlo en las pinturas mochicas y darle su explicación. Los barcos egipcios o fenicios que salían del Mar Rojo habían de seguir el itinerario tradicional por Malabar, Taprobana, en Ceilán, y el Chryse Chersonesos, en Península de Malaca, hasta Zabai, en Borneo, y desde allí aprovechar la corriente del Pacífico Sur hasta Perú.

La vuelta se haría por la corriente ecuatorial hasta Borneo y desde allí por el mismo camino que el de ida. La longitud de estos trayectos sería de unos 39.000 km. de ida y de 34.000 km. de vuelta. Ahora bien, Herodoto de Alicarnasso escribe que las naves de su época solían navegar 70.000 orguías (brazas) con la luz del día y otras 60.000 de noche; en total, 130.000 orguías (brazas) en una singladura, cada veinticuatro horas, y utiliza este dato para calcular la anchura del Mar Negro. Y señala Paul Gallez que ha utilizado el mismo método para estimar la duración de los viajes a Kattigara, Perú. Las 130.000 orguías equivalen a 240 km., que Hennig reduce a 200 km. para dejar un margen a las eventualidades de la navegación. Sobre esta base, el viaje de los 73.000 km. supone 365 días de navegación efectiva.

 La duración total de tres años mencionada para el Punt y para el Ofir dejaba dos años para las escalas, la estancia en Kattigara y eventuales pérdidas de tiempo por tempestades y reparaciones. No se han tenido en cuenta los vientos contrarios, pero tampoco los vientos favorables ni la gran ventaja de la corriente circular del Pacífico Sur. Este cálculo prueba –dice Gallez- que la realización del viaje a Kattigara en tres años corresponde perfectamente a las posibilidades de la época. El viaje de ida y vuelta sería de unos 73.000 km. Y resulta que, calculando las distancias sobre un mapa moderno entre Suez y Panamá, pasando por Adén, Freemantle y Wellington, la distancia real es 29.197 km. en el viaje de ida, es decir, más de 57.000 km., incluyendo el regreso.

La conclusión, según Paul Gallez, indica que los fenicios descubrieron América en el primer milenio antes de nuestra era. La asignación del nombre de la ciudad de Phoenix de los EE.UU. en el Valle del Sol en Arizona fue inspirada por una comprensión de la historia verdadera de esa área, no importa lo que la versión oficial pueda desear que nosotros creamos. Hay pruebas de que los galeses, irlandeses, ingleses y escoceses atracaron en América del Norte muchos siglos antes de Colón.

La francmasonería es una de las más antiguas organizaciones aún existentes en nuestros días. Rollos de papiro, encontrados en 1888, durante excavaciones en el desierto de Libia, describen encuentros secretos de corporaciones semejantes 2000 años antes de Cristo.

Esas corporaciones ya habían participado de la construcción del Templo de Salomón y eran, más o menos, como la de los sindicatos de hoy en día. Ya entonces eran garantía de tradición mística. Dicen que la finalidad de la francmasonería es la transformación interior del ser humano, gracias a un trabajo espiritual que visa a la perfección, en lo que concierne a Dios.

 Los francmasones pertenecen a diversas religiones, de dónde viene el nombre que ellos dan a Dios, que es “El Gran Arquitecto del Universo”. Encontramos otras informaciones en el Libro de los Muertos de los egipcios, gracias al dios Toth, que fue antaño su gran-maestre. Gran maestre, es el título utilizado para los grandes dirigentes. El conocimiento espiritual de los francmasones fue traducido por símbolos, alegorías y rituales, que servían también para la comunicación. El lenguaje secreto es representado por símbolos, tales como el apretón de mano de los francmasones, la pirámide, el pentagrama, la utilización de los números 3, 7, 13, 33, que encontramos en sus blasones, en los emblemas y, hoy en día, en las siglas de las firmas y en los nombres propios.

 El más importante símbolo en muchas organizaciones, incluyendo la francmasonería, es el delantal. El delantal, que en el inicio era muy simple y sin gala, fue sustituido por el clero de Melquisedec allá por el año 2200 a.C. por una piel de carnero blanca, que aún hoy se utiliza. En el antiguo Egipto, los dioses que, según viejas tradiciones volaban en “barcos divinos” (tal vez ovnis) eran representados con delantal en los frescos de los templos.

Posteriormente también los sacerdotes adoptaron el delantal, símbolo de la autoridad sobre el pueblo, porque ellos eran los representantes de los dioses. Ya sobre el 3400 a.C. los miembros de la Hermandad de la Serpiente usaban el delantal en señal de sometimiento a los dioses que bajaban de los cielos en “ruedas voladoras”.

 Es poco probable que en los grados inferiores de las logias se conozca, en la actualidad, el simbolismo del delantal. Antes de 1307, los templarios, así como los Caballeros de San Juan, y en parte también la Orden Teutónica, eran organizaciones dirigentes que organizaban las cruzadas contra los musulmanes. Aunque reinase la hostilidad entre esas órdenes, se mantenían unidas en el combate por la cristiandad. No es ninguna casualidad la confusión existente sobre los templarios y sus secretos históricos y ocultos.

Esta falta de claridad ha sido intencionadamente provocada, en concreto durante estos últimos siglos. El secreto que envuelve a los templarios no existiría si no se quisiera que existiese. Proviene de los círculos y fuerzas que tuvieron y siguen teniendo, todo su interés en mantener la verdad escondida. El espíritu de la Orden de los Templarios fue distorsionado, así como las enseñanzas de Jesús cuando atribuyeron al cristianismo el supuesto “Antiguo Testamento”, cuyas leyes Jesús combatía. En ambos casos, lo esencial fue distorsionado. Dos hombres hondamente creyentes fundaron la Orden de los Templarios: Hugues de Payns y Geoffroy de Saint-Omer, un franco y un normando.

Un pequeño círculo de amigos se formó alrededor de ellos, animados por una gran fe, propia de la Edad Media, y que el ser humano actual apenas puede llegar a imaginar. Ese pequeño círculo decidió en la Navidad del año 1117, en Jerusalén, formar un pequeño grupo para proteger a los peregrinos. El grupo, que por entonces contaba con nueve caballeros, se encontraba prácticamente solo, sin protección ni grandes medios financieros.

En la primavera de 1117 el grupo se presentó al rey Balduíno de Jerusalén y al Patriarca, que alabaron sus intenciones. Poco después, los caballeros, cuya morada era justamente la “Casa Alemana”, hospital dirigido por alemanes, obtuvieron permiso para instalarse en el lugar del antiguo templo de Jerusalén. Por ese motivo, fueron denominados “templarios“. Ellos mismos siempre se consideraron “Hermanos del verdadero templo de Cristo” lo que quería decir el “templo interior del alma”.

Sin duda alguna, la historia de los templarios habría pasado desapercibida si no hubiese tenido lugar un importante hallazgo en las ruinas del templo, con el que los caballeros no supieron qué hacer en un principio. Se trataba de fragmentos de escritos hebraicos cuyo contenido adquirió rápidamente una importancia decisiva para los caballeros y para toda la historia de la Orden. Esos fragmentos fueron remitidos al erudito Etienne Harding, quién los tradujo. Ése fue el punto de partida para todo lo que iba a seguir.

En efecto, los retazos de escritos se referían a fragmentos de los eschaimins (espías) judíos que, mandados por el clero, relataban el procedimiento del “maldito manzer Jesús“, y de “sus blasfemias contra el Dios de Israel”. Los templarios se fugaron de Francia para buscar protección en regiones más seguras como Portugal, Inglaterra y Escocia, donde el poder del Vaticano era menos intenso.

Allá, una parte de los templarios se unió con las logias de francmasones ya existentes, y bajo esa nueva entidad participaron de la reforma protestante para vengarse de las persecuciones de la Iglesia Católica. Otra parte de los templarios se instaló en Portugal bajo el nombre de Caballeros de Cristo.

Estos fueron rehabilitados por el papa Clemente V. Dos nuevas instituciones existían desde tiempo de las cruzadas: la de los franciscanos y la de los dominicos. Los franciscanos retomaron el distintivo corporal utilizado por la fraternidad egipcia en El Amarna, esto es, la tonsura (corte circular del cabello, en la parte más alta y posterior de la cabeza), y el cordón en la cintura.

Parecían ser muy humanitarios. Los dominicos, por el contrario, fueron el instrumento de la más cruel institución jamás inventada por el hombre: la Inquisición Católica. En el siglo XVI, y precisamente en Alemania, surgieron, por primera vez los mayores iniciados de la Hermandad de la Serpiente, bajo el nombre latino de Illuminati, la palabra bíblica original para serpiente, nahash, proviene de la raíz nhsh, que significa “descifrar, descubrir”, mientras que en latín illuminare significa “alumbrar, conocer, saber”.




En Alemania, una de las más importantes ramas de los Illuminati fue la de los Rosacruces, orden mística introducida por el emperador Carlomagno al inicio del siglo IX. La primera logia oficial fue creada en Worms en 1100 D.C. Los Rosacruces se permiten afirmar que conocen el origen extraterrestre del ser humano, así como las doctrinas esotéricas de Egipto. Se volvieron célebres gracias a su trabajo sobre símbolos místicos y sobre alquimia.

Existía una muy estrecha relación entre rosacruces e Illuminati, ya que la ascensión en los grados secretos iniciáticos de los Rosacruces frecuentemente ocasionaba su admisión en los Illuminati. Era difícil perseguir a los Rosacruces, dado que cada gran rama de la cofradía trabajaba en público durante los 108 años que seguían a su fundación, para después ponerse en activo clandestinamente durante los 108 años siguientes. Estas fases alternadas daban la sensación de que la orden se había disuelto, y facilitaba el trabajo de los hermanos.

La Historia oficial de que Cristóbal Colón descubrió el Continente Americano parece falsa. A pocas millas de Edimburgo en Escocia hoy todavía se levanta la Capilla Rosslyn. Fue construida en la forma de una cruz templaria por la familia escocesa St Clair – Sinclair y está repleta de simbolismo esotérico. Los cimientos fueron puestos en 1446 y fue terminada en la década de 1480. Pero las esculturas en Rosslyn incluyen representaciones de maíz y cactus, que fueron descubiertos América y hay que aclarar que Cristóbal Colón no descubrió este continente hasta 1492, después de la construcción de la Capilla Rosslyn. Esto tiene una explicación, ya que Cristóbal Colón no era la primera persona europea en llegar al Continente Americano.

Los fenicios, escandinavos, irlandeses, galeses, bretones, vascos y portugueses, todos navegaron antes a América. Y entre ellos estaba el Príncipe Henry Sinclair de Rosslyn, como se documenta en un libro escrito por por Frederick I. Pohl, titulado Viaje del Príncipe Henry Sinclair al Nuevo Mundo En 1398. Sinclair hizo el viaje con Antonio Zeno, de la familia Zeno, una de las familias de la Nobleza Negra más ilustres en Venecia. Sinclair y Antonio Zeno atracaron en lo que llamamos Terranova, y se internaron en Nueva Escocia en 1398.

Las descripciones de Antonio Zeno, en sus cartas, de la tierra que encontraron, corresponden perfectamente, y en detalle, con un área de depósitos de asfalto en el Condado de Pictou, Nueva Escocia, no lejos del pueblo actual de Nueva Glasgow. Sinclair siguió para desembarcar en lo que es ahora Nueva Inglaterra.

En Massachussets, en un lugar llamado Prospect Hill, en Westford, a 40 km. de Boston, han sido encontrados, grabadas en una roca, una representación de una espada y un caballero con armadura. T. C. Lethbridge, el conservador del Museo de la Universidad de Arqueología y Etnología en Cambridge, Inglaterra, dijo que las armas, la armadura y emblemas heráldicos eran los de un caballero de fines del siglo XIV, del norte escocés, por lo que podría ser “un pariente del primer Sinclair, Conde de Orkney“.

 La Hermandad de Babilonia había conocido la existencia de América desde hacia miles de años y Cristóbal Colón fue utilizado para hacer el descubrimiento oficial, a fin de que pudiese comenzar la ocupación del Continente Americano.

Después de la purga de 1307, muchos templarios partieron de Francia hacia Escocia. Pero otros fueron a Portugal donde operaron bajo el nombre de los Caballeros de Cristo, dedicándose principalmente a actividades marítimas. El Gran Maestre más famoso de los Caballeros de Cristo era el príncipe portugués Enrique el Navegante, que vivió entre 1394 y 1460.

 El término “Navegante” o “Nautier” fue utilizado por los Caballeros Templarios y el Priorato de Sión para referirse a un Gran Maestre, por lo que es normal que lo utilizasen los Caballeros de Cristo. El príncipe Enrique era un explorador marítimo y fueron sus marineros los que descubrieron las islas Madeira y Azores, dos posibles vestigios de la desaparecida Atlántida.

Debido a sus conocimientos secretos de la Hermandad, tenía acceso a muchos mapas compilados de los viajes de los fenicios y otros, incluyendo aquellos que trazaban la existencia del Continente Americano.

Sólo un poco más de 20 años después de que Colón zarpase para el Continente Americano, el Almirante turco otomano Piri Reis dibujó un mapa que mostraba Sudamérica y la Antártida, 300 años antes de que ese continente fuera descubierto oficialmente.

La exactitud de su mapa ha sido confirmada mediante técnicas modernas. Dijo que dibujó el mapa a partir de otros más antiguos, que también sirvieron de modelo al príncipe Enrique el Navegante y a los Caballeros de Cristo, antiguos Caballeros Templarios. Curiosamente, uno de los capitanes de marina mercante del Príncipe Enrique y Caballero de Cristo era el suegro de Cristóbal Colón. Él supo que no se estaba buscando una ruta hacia la India, sino que fue consciente de dónde estaban yendo todo el tiempo. Esto es el porqué de que tantos exploradores marítimos del mundo, como Vasco de Gama y Américo Vespucio, partieron de Portugal.

Como el historiador Manly P. Hall ha relatado, Colón estaba conectado con la red de sociedades secretas en Génova e Italia del norte, el bastión de la Nobleza Negra veneciana – fenicia. Colón trabajó para René d’Anjou, de la Casa de Lorena, un miembro de la Hermandad Babilónica y un noble con numerosos contactos en toda Europa, incluyendo Génova y Venecia.

Colón, cuyo nombre real era Colombo, estaba influido por las ideas del poeta Dante Alighieri, que era un activo Cátaro y Templario. Por esta razón, la bandera que Colón enarboló en sus embarcaciones en ese viaje al Continente Americano era la cruz roja sobre fondo blanco. El apoyo crucial para Colón vino de dos altos iniciados de la red de la Hermandad de Babilonia. Uno era Lorenzo de Médicis, de una de las familias venecianas más poderosas.

El otro era el genial Leonardo da Vinci, Gran Maestre del Priorato de Sión. Cinco años después que Colón atracó en el Caribe, un italiano conocido como Juan Caboto zarpó del puerto templario de Bristol, en el oeste de Inglaterra, para descubrir oficialmente Terranova, Nueva Escocia y América del Norte.

El nombre de Bristol evolucionó a partir de Barati y fue una vez llamado Caer Brito. Bristol era un centro de los Caballeros Templarios, de donde proviene el nombre de Temple Meads para uno de los distritos de la ciudad . Caboto recibió el apoyo de Enrique VII de Inglaterra, mientras que el hijo de Caboto, Sebastián, nacido en Venecia, era un explorador y cartógrafo de Enrique VII.

Sebastián también navegó a la Bahía de Hudson, en Canadá, y condujo una expedición española en Sudamérica. Como excusa, los Caboto dijeron que estaban buscando una vía hacia la India. Las expediciones de los españoles a Sudamérica y las británicas y francesas a América del Norte fueron coordinadas por la red de la Hermandad de Babilonia.

La Historia oficial no relaciona a Caboto con Colón, pero no es por falta de evidencias. El nombre real de Juan Caboto era Giovanni Caboto. Era un veneciano naturalizado que vino desde Génova, la misma ciudad desde donde operó Colón. Manly P. Hall dijo que ambos estaban conectados con las mismas sociedades secretas y “Hombres Sabios de Oriente“.

Añade en su libro, La asignación de América con el destino: “Los exploradores que abrieron el Nuevo Mundo operaron a partir de un plan maestro y eran redescubridores en lugar de descubridores. Poco se sabe sobre el origen, vidas, caracteres, y políticas de estos aventureros intrépidos. Aunque vivieron en un siglo ampliamente provisto de historiadores y biógrafos, éstos vieron mejor o quedarse silenciosos o inventar relatos plausibles insustanciales“.

Durante los siglos que siguieron al descubrimiento de América, los países de Europa estaban controlados por la Hermandad de Babilonia, particularmente Gran Bretaña, pero también Holanda, Francia, España y Portugal, entre otros. Se dedicaron a saquear el planeta, apoderándose del mundo y ampliando su control global. Un ejemplo de los métodos empleados lo representa la actuación de Hernán Cortés, que condujo la toma española de América Central después de Colón.

Los pueblos nativos tenían su propio sistema de medir el tiempo y tenían una fecha en la que esperaban el regreso de su dios, Quetzalcoatl, en muchos sentidos su propia versión de Jesús. Las historias contadas sobre Jesús, en el Medio Oriente y Europa, y las de Quetzalcoatl, en América Central, eran similares porque posiblemente vinieron de la misma fuente.

 La fecha del esperado segundo advenimiento del dios blanco, Quetzalcoatl, era, en cronología europea, el año 1519 y ellos creían que llegaría llevando un atuendo de acuerdo con su apodo de la Serpiente Emplumada. Cortés se internó en México en 1519 y desembarcó cerca del sitio donde Quetzacoatl era esperado. Asimismo Cortés llevaba una cruz, también de acuerdo con la leyenda de Quetzalcoatl. Debido a esto, el rey azteca Moctezuma creyó, como su pueblo, que la llegada de Cortés era la del largamente esperado dios Quetzalcoatl.

Esto permitió que Cortés, con sólo 598 hombres, consiguiera el control de un vasto país. Pero cuando se dieron cuenta de que Cortés no era su dios, era demasiado tarde. En toda América, y no solo por parte española, se practicó una verdadera masacre de los pueblos nativos. Un historiador español calculó que del orden de 12 millones de nativos fueron asesinados sólo de Sudamérica después de que los europeos llegaron al continente, mientras que un número aún mayor fueron hechos esclavos.

Entre las conquistas españolas estaban las tierras de los incas y los mayas. Y, desgraciadamente, gran parte de su conocimiento fue destruido sistemáticamente. Lo mismo ocurrió en América del Norte donde los europeos mataron numerosos nativos y prácticamente borraron su cultura de la faz de la tierra. Los pueblos nativos de África, Australia, Nueva Zelanda, y otras partes sufrieron un destino similar.

 Los arios se apoderaron del mundo a través de los imperios europeos, sobre todo el británico, destruyendo o robando el conocimiento de su historia. Uno de los ejemplos más significativos fue la destrucción de la gran biblioteca de Alejandría, en Egipto, propiciada por los romanos en el siglo IV. Los libros que no fueron destruidos fueron escondidos en la biblioteca del Vaticano, supuestamente en bóvedas selladas bajo el edificio que alberga miles de libros esotéricos antiguos.

El primer asentamiento inglés permanente en territorio de lo que luego serían los Estados Unidos estaba en Jamestown, Virginia, a principios del siglo XVII. El nombre de Virginia se dice que fue escogido por la reina Isabel I de Inglaterra. Isabel I (1533 – 1603), a menudo conocida como La Reina Virgen, fue reina de Inglaterra e Irlanda desde el 17 de noviembre de 1558 hasta el día de su muerte.

Isabel fue la quinta y última monarca de la Dinastía Tudor. Hija de Enrique VIII, nació como princesa, pero su madre, Ana Bolena, fue ejecutada cuando ella tenía tres años, con lo que Isabel fue declarada hija ilegítima. Sin embargo, tras la muerte de sus hermanos Eduardo VI y María I, Isabel asumió el trono. Una de las primeras medidas que tomó fue establecer una iglesia protestante independiente de Roma, que luego evolucionaría en la actual Iglesia de Inglaterra, de la que se convirtió en la máxima autoridad.

 Se esperaba que Isabel contrajera matrimonio, pero pese a varias peticiones del Parlamento, nunca lo hizo. Las razones para esta elección no se conocen y han sido ampliamente debatidas. A medida que Isabel fue envejeciendo, su virginidad la volvió famosa y un culto creció alrededor de ella, celebrado en retratos, desfiles y literatura de la época.

La reina se hizo cargo de un país dividido por cuestiones religiosas en la segunda mitad del siglo XVI. Durante su reinado, Inglaterra tuvo un gran esplendor cultural, con figuras como William Shakespeare y Christopher Marlowe; también han sido importantes personajes Francis Drake y John Hawkins.

 Mantuvo gélidas relaciones con Felipe II de España, con quien libró una guerra que arruinó económicamente a ambos países. Su reinado de 44 años y 127 días ha sido el quinto más largo de la historia inglesa, por detrás de los de Victoria I, Isabel II, Jorge III y Eduardo III de Inglaterra. El apelativo de la “Reina Virgen” probablemente tenga su origen en la diosa virgen de antigua Babilonia, la Reina Semíramis y su equivalente en Egipto, Isis.

Muchos miembros de la familia de Francis Bacon estaban entre los primeros colonos de América, que, en su ropa negra y sombreros altos, trataron a la población nativa con una gran arrogancia y crueldad. Junto con los colonos llegaron miembros de la aristocracia y la realeza europea, que se convertirían en los líderes de los nuevos Estados Unidos.

La propiedad financiera y de la tierra de América por parte de una determinada élite fue asegurada mediante la fundación de la Compañía de Virginia por el rey James I, de Inglaterra, en 1606. James I nombró caballero a Francis Bacon, así como para muchos puestos importantes, incluyendo el de Presidente de la Cámara de los Lores de Inglaterra (Lord Chancellor).

Bajo el patrocinio del rey James I, los Templarios, Rosacruces y otras sociedades secretas se agruparon bajo el nombre común de Masonería. Algunos de los miembros iniciales de la Compañía de Virginia fueron Francis Bacon, el Conde de Pembroke, el Conde de Montgomery, el Conde de Salisbury, el Conde de Northampton, y Lord Southampton, todos de ellos supuestos miembros de la Hermandad de Babilonia.

La Compañía de Virginia todavía existe bajo otros nombres y todavía controla los Estados Unidos. Una de las numerosas ramas de los francmasones que surgió en 1307 es oriunda de los templarios, que fueron perseguidos por el Vaticano, por orden del rey francés Felipe IV. Aquéllos que pudieron escapar de la prisión y la tortura impuesta por los inquisidores se refugiaron principalmente en Portugal, Inglaterra y Escocia. Allí trabajaron en secreto durante siglos, supuestamente para traer justicia al mundo y para hacer crecer los derechos de los seres humanos.

Pero la historia muestra que, por otro lado, sociedades secretas tales como, por ejemplo, el grado 33 del Rito Escocés de los francmasones, pueden ser una fuerza peligrosa capaz de elegir gobernantes, derribarlos y servirse de alianzas secretas para provocar conflictos globales.




Los francmasones estaban en el frente de la transición conocida como la Guerra de la Independencia estadounidense. El programa de la Hermandad para América fue condensado en la obra La Nueva Atlántida, de Francis Bacon, publicado en 1607, en que una “Universidad Invisible” de intelectuales selectos determinaba los acontecimientos. Uno de los francmasones que lideraba las colonias británicas en América era Benjamin Franklin, que es reverenciado como un Padre Fundador. Su efigie puede ser vista en el billete de 100 dólares.

Se dice que Benjamin Franklin trabajaba para los servicios de inteligencia británicos. Franklin fue el que, el 8 de diciembre de 1730, publicó en La Gaceta de Pensilvania el primer artículo sobre la Masonería. Se hizo oficialmente francmasón en febrero de 1731, y fue elegido Gran Maestre Provincial de Pensilvania en 1734. En este mismo año, Franklin publicó el primer libro masónico en América y también fue fundada la primera logia estadounidense en su estado de Filadelfia.

Curiosamente la Guerra de Independencia estadounidense fue organizada en Filadelfia y allí todavía encontramos la Campana de la Libertad(Liberty Bell), como símbolo de Bel, el dios del Sol de los fenicios y los arios. Franklin, que era también un Gran Maestre Rosacruz, estaba en el núcleo de la operación de la Hermandad para apoderarse de América y reemplazar el control explícito de Londres por un control encubierto.

Muchos de los principales Padres Fundadores de Estados Unidos, como Franklin y Jefferson, escondieron sus reales intenciones. Por ejemplo, Jefferson escribió que todos hombres eran creados iguales mientras tenía esclavos negros y privadamente opinaba que las personas negras eran inferiores a los blancos. Franklin también tenía esclavos negros mientras disertaba sobre la libertad.

Franklin era un miembro de redes masónicas en Francia, como las logias Nueve Hermanas y de San Juan, que ayudaron a impulsar la Revolución Francesa en 1789. Franklin también era un iniciado de la Logia Real de Comandantes del Templo Oeste de Carcassonne. Asimismo era miembro del club satanista Hellfire (Fuego del Infierno) con su amigo, el Ministro de Hacienda británico Sir Francis Dashwood, que fue vinculado a grupos esotéricos.

Dashwood hizo cavar una cueva inmensa en su propiedad de West Wycombe para sus rituales satánicos. Otro miembro del Club Hellfire eran el Príncipe de Gales, así como otros importantes políticos y aristócratas ingleses. Dados estos precedentes, es curioso que Benjamin Franklin fuese uno de los líderes de la rebelión contra la Corona Británica!. En realidad Franklin era un agente de la Inteligencia Británica, la misma organización creada por personas como Francis Bacon y el Dr. John Dee durante el reinado de Isabel I.

Franklin estaba trabajando tanto en América como en Europa para el programa de la Hermandad de Babilonia, así como otros Padres Fundadores, y por ello tanto Franklin como Jefferson fueron nombrados en su momento para representar los intereses estadounidenses en París. Fueron los contactos de Franklin con la red de sociedades secretas en Francia los que condujeron a tantos revolucionarios y francmasones franceses, como Lafayette, a involucrarse en la Guerra de Independencia estadounidense. Sus contactos también aseguraron los servicios del francmasón alemán Barón von Streube, que servía en el ejército de Federico de Prusia.

Streube tuvo un papel importante en la guerra, lo mismo que el masón de alto grado George Washington, el jefe de las fuerzas estadounidenses y el primer Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. La mayoría de sus oficiales eran francmasones, al igual que los jefes y muchos soldados en el ejército británico. Lord Geoffrey Amherst era comandante en jefe de las fuerzas británicas en la Guerra de Independencia y Lionel Sackville, primer Duque de Dorset y socio del Duque de Wharton, fue oficial de las fuerzas británicas.

En 1741, Sackville y el Duque de Wharton se hicieronCaballeros de la Jarretera, la selecta orden de caballería del monarca británico que se conecta con otras redes de caballeros, como los Caballeros de San Juan de Jerusalén (Malta). El símbolo de los Caballeros de la Jarretera es una cruz roja sobre un escudo blanco. Sackville fundó la red Gran Oriente de la masonería en Italia, que colaboraba con los Carbonarios y los Alta Vendita.

Los carbonarios eran los miembros de una sociedad secreta denominada Carboneria, una sociedad italiana vinculada a la Masonería. Fue fundada en Nápoles durante los primeros años del siglo XIX en el contexto de la ocupación napoleónica de Italia (1805-1814) y estaba basada en valores nacionalistas y liberales. Su modelo organizativo y sus procedimientos conspirativos e insurreccionales la convirtieron en un modelo que se extendió por toda Italia, e incluso fuera de ella, especialmente en los países del Sur de Europa y a partir de italianos emigrados o exiliados.

Todo ello en el contexto histórico de los movimientos revolucionarios liberales de la primera mitad del siglo XIX, tales como la revolución de 1820, la revolución de 1830, o la revolución de 1848. En la segunda mitad del siglo XIX estos movimientos terminaron produciendo la unificación italiana (el Risorgimento), que culminó en 1870. Alta Vendita era la logia más importante de los Carbonarios. Ambas organizaciones fueron condenadas por la Iglesia Católica.

Los hijos de Sackville, George y Charles, conde de Middlesex, eran francmasones muy activos. En 1733 Charles Sackville creó una logia en el feudo de la Nobleza Negra, en Florencia y con Sir Francis Dashwood, amigo de Benjamin Franklin, fundó la sociedad Dilettanti. Charles Sackville y Dashwood eran miembros de un grupo selecto de francmasones alrededor de Frederick, el Príncipe de Gales y miembro del Club Hellfire. El hermano menor de Charles, George, fue nombrado coronel del 20º Regimiento de los Fusileros de Lancashire y era Maestre de su logia masónica.

Uno de los maestres de esta logia era el Teniente Coronel Edward Cornwallis, otro de los máximos comandantes del ejército británico en la guerra con las colonias estadounidenses. Cornwallis, cuyo hermano gemelo era el Arzobispo de Canterbury, fue nombrado Gobernador de Nueva Escocia en 1750 y creó allí una logia de francmasones. Sirviendo a las órdenes de Cornwallis estaba el Capitán James Wolf, otra figura que jugaría un papel importante para los británicos durante la Guerra de Independencia. 

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