miércoles, 8 de agosto de 2018

¿Hay vida en Titán, el misterioso satélite de Saturno? (I)

La NASA anunció el descubrimiento de vida fuera del planeta Tierra.

Según lo anunciado por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos, se ha comprobado la existencia de organismos vivos en el satélite más grande del planeta Saturno: Titán. 

La importancia del hallazgo radica en el descubrimiento de “una bacteria en el satélite de Saturno, que tiene condiciones similares a las encontradas en una bacteria en un lago de California.

Estas bacterias viven en Arsénico“, explicó Jorge Bueno, director del Instituto de Astrobiología de Colombia. “Al encontrar vida en un ambiente tan hostil, se presume la posibilidad de la existencia de organismos que sobrevivan en condiciones diferentes a las de nuestro planeta, como Titán, en este caso”, agregó. 




El profesor, biólogo de la Universidad Nacional de Colombia, explicó que “Titán tiene características similares a las de la Tierra en sus primeros inicios, es decir, hace más de 3.800 millones de años”, época en la que se cree, surgieron los primeros microorganismos, de los que provinieron las diferentes especies conocidas hoy.

De este satélite, la sexta luna más grande de Saturno, se ha dicho que es la apuesta más prometedora de vida gracias a su acogedora temperatura y la probable presencia de agua y moléculas orgánicas simples.

Se cree que la superficie de esta luna está compuesta en un 99% de hielo de agua, con una buena oportunidad de albergar agua líquida bajo la superficie. 

Las observaciones de la sonda Cassini sugieren que la mayor luna de Saturno es sospechosa de albergar vida, ya que su gruesa atmósfera es rica en compuestos que muy a menudo señalan la presencia de organismos vivos.

Por ejemplo, la atmósfera de Titán está llena de gas metano, que normalmente es destruido por la luz del sol. En la Tierra, la vida repone constantemente el metano que el sol destruye, por lo que en Titán podría estar sucediendo algo similar. No obstante Titán actualmente es muy frío y el agua líquida debería estar a bastante profundidad bajo la superficie helada.

Por lo tanto, Titán podría tener vida acuática y, tal vez, aunque no existen evidencias, con seres inteligentes. A este respecto quiero hacer referencia a la narración del filosofo pitagórico Alejandro Polyhistor: “ Beroso, en su libro primero sobre la historia de Babilonia, nos informa que vivió en la época de Alejandro, el hijo de Filipo, y cita que se conservaban con el mayor cuidado en Babilonia documentos escritos, que abarcaban un periodo de miles de años.

Estos escritos contenían la historia de los cielos y del mar, del nacimiento de la humanidad y también la de aquellos que tenían regla soberana y de las acciones alcanzadas por ellos. Y en primer lugar, describe a Babilonia como un país situado entre el Tigris y el Eufrates. …. En el primer año hizo su aparición, de la parte del Golfo Pérsico, que bordea Babilonia, un animal dotado de razón, que se llamaba Oannes. 

Todo el cuerpo del animal era como el de un pez, y tenía debajo de una cabeza de pez otra cabeza y también pies abajo, como los de hombre, unidos a la cola de pez. Su voz y también su lenguaje era articulado y humano (su representación se conserva incluso hoy en sellos cilíndricos Asirios del siglo IX a J.C., que se encuentran el departamento de Asia antigua del Museo de Berlín). Este ser, durante el día solía conversar con los hombres; pero no tomaba ningún alimento en ese tiempo y les enseñaba letras y ciencias y toda clase de artes. 

Les enseñó a construir casas, fundar templos, a recopilar leyes y les explico los principios de la geometría, Les enseñó a distinguir las semillas de la tierra y a recoger frutos. En poco tiempo les instruyo en todo cuanto pudiera tender a suavizar los modales y humanizar al hombre. Desde aquel entonces, tan universales fueron sus enseñanzas, que nada se ha añadido para mejorarlas. Cuando se ponía el sol, este ser tenía la costumbre de sumergirse de nuevo en el mar y permanecer toda la noche en su profundidad, pues era anfibio…“

El hallazgo también podría presentar evidencias de alguna otra clase de vida en el satélite, capaz de sobrevivir bajo condiciones adversas a las conocidas en la Tierra, como son la existencia de elementos como oxígeno y carbono. Titán, el satélite mayor de Saturno y el segundo más grande del Sistema Solar, tiene un océano compuesto en un 99 por ciento de agua líquida, escondido bajo la superficie helada del planeta, según investigaciones realizadas sobre los datos proporcionados por la sonda Cassini.

El descubrimiento, revelado por la revista Science, y difundido por la agencia de noticias Ansa, fue posible gracias a una investigación conjunta de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI). Ya en febrero de 2006, un grupo de científicos de las universidades de Arizona, Estados Unidos, y Nantes, Francia, habían planteado que el ciclo del metano en la atmósfera de Titán hacía presuponer que la capa de agua helada en su superficie escondía océanos de agua líquida mezclada con amonio. Esto es porque el metano, que en Titán cumple el papel del agua en la Tierra, se infiltra bajo el suelo y deja sobre la superficie una suerte de capa de alquitrán.

Ahora, tales océanos fueron descubiertos a partir de datos obtenidos por la sonda Cassini e investigaciones realizadas respecto a la rotación y a su campo gravitacional. “Es un resultado científico del primer orden”, dijo Enrico Flamini, responsable de ASI y de la unidad de exploración del Sistema solar.

 ”La estructura interna de Titán -explicó- fue excavada a partir de cálculos complejos y extremadamente precisos que permitieron determinar variaciones mínimas“. Escondido en el subsuelo, el océano tapado por la corteza helada no fue observado directamente, sino por un radar de apertura sintética. Los científicos lograron determinarla porque ese océano líquido, que funciona como amortiguador entre la corteza helada y el núcleo de Titán, disminuía el ritmo de rotación del satélite.

 ”Titán gira sobre sí mismo mucho más lentamente que la Tierra: un día dura cerca de 16 días terrestres. Si su interior fuese constituido íntegramente por rocas y hielo, Titán debería comportarse como la Luna: su período de rotación debería ser exactamente igual al período de la revolución en torno a Saturno“, explicó Persi Del Marmo, uno de los científicos italianos.

En cambio, la atmósfera de Titán gira mucho más rápida que su superficie, tal como ocurre con Venus; y la explicación para que esto pase, es que la estructura interna está formada por una capa helada, separada del núcleo rocoso por una capa líquida que recubre el interior del satélite. 

 A la misma conclusión se llegó con los vientos estacionales: si Titán fuese íntegramente sólido, el efecto sería imperceptible, pero si la superficie helada flota sobre un océano, los vientos se trasladan con más rapidez.

Titán fue descubierto por Christiaan Huygens en 1655, quien lo llamó Luna Saturni. Sir John Frederick William Herschel (1792 – 1871) fue un matemático y astrónomo inglés, hijo del astrónomo William Herschel. En 1847, John Herschel sugirió que se lo llamase Titán, recordando curiosamente a los titanes mitológicos parientes de Cronos, el nombre griego de Saturno.

Este satélite es el único conocido hasta ahora con una atmósfera más densa que la de la Tierra, compuesta en un 94% de nitrógeno y con rastros significativos de varios hidrocarburos, como metano, etano, helio, propano y anhídrido carbónico. 

Se cree que el contenido de hidrocarburos líquidos de Titán, en la forma de lagos y océanos bajo su corteza, es centenares de veces superior a todas las reservas juntas de petróleo y de gas natural de la Tierra y que sus dunas ecuatoriales contienen centenares de veces más materia orgánica que todas las reservas de carbón de la Tierra. Este es un mundo naranja que esconde secretos maravillosos. Su color se debe a partículas suspendidas en su densa atmósfera que están formadas por compuestos orgánicos.

En esa atmósfera se forman nubes que llueven formando depósitos líquidos en la superficie. Pero no es nada parecido a la lluvia en la Tierra, aquí la lluvia es de metano, lo que nosotros conocemos como gas natural. La temperatura en la superficie de Titán es de unos 200 grados centígrados bajo cero.

El agua está congelada, formando rocas tan duras como cualquier roca terrestre. La presión atmosférica es 1.5 veces mayor a la de la Tierra. La superficie del planeta muestra huellas de una corteza dinámica, tal vez con placas tectónicas, que forma montañas, fallas y riscos.




Uno de los misterios de Titán es la presencia de metano en su atmósfera. Este compuesto se destruye fácilmente debido a la radiación ultravioleta y las partículas cargadas que provienen de la magnetosfera de Titán. Una vez destruido no hay ninguna reacción química en la atmósfera que genere más metano. La pregunta entonces es ¿de dónde viene el metano? Gracias a la missión Cassini-Huygens encontramos que existen lagos de metano y etano en la superficie de Titán.

El metano se evapora, forma nubes y llueve en un ciclo que mantiene el metano presente en la atmósfera del satélite, al igual que hace el agua en la Tierra. Dos nuevos estudios muestran que los misterios de Titán continúan. Los datos de la misión Cassini han permitido medir las cantidades de hidrógeno (H2) y acetileno (C2H2). Ambos compuestos se encuentran en cantidades menores cerca de superficie de lo que se esperaba de acuerdo a los modelos químicos que se han aplicado a la atmósfera de Titán. La pregunta ahora es ¿qué es lo que está consumiendo estos compuestos?

Puede ser que haya alguna reacción superficial que no hayamos considerado o formas de vida que se alimentan de estos dos compuestos. En la Tierra, por cierto, hay organismos que usan ambos compuestos, tal como nosotros usamos el oxígeno. Por lo pronto la pregunta está ahí y los científicos esperan poderla responder con más datos de la sonda Cassini y experimentos y simulaciones realizados en el único lugar donde seguro hay vida: la Tierra.

El lienzo de Saturno devorando a uno de sus hijos es una de las pinturas al óleo que formó parte de la decoración de los muros de la casa que Francisco de Goya adquirió en 1819 llamada la Quinta del Sordo y, por tanto, pertenece a la serie de las pinturas negras.

La obra, junto con el resto de las pinturas negras, fue trasladada de revoco a lienzo, a partir de 1874, por Salvador Martínez Cubells, por encargo del barón Émile d’Erlanger, un banquero francés, que tenía intención de venderlas en la Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, las obras no atrajeron compradores y él mismo las donó, en 1881, al Museo del Prado, donde actualmente se exponen. 

Representa al dios Crono, como es habitual indiferenciado de Chronos, o Saturno en la mitología romana, en el acto de devorar a uno de sus hijos. La figura era emblema alegórico del paso del tiempo, pues Crono se comía los hijos recién nacidos de Rea, su mujer, por temor a ser destronado por uno de ellos.

 También Titán es escenario de grandes obras de la literatura de ciencia ficción: “Titán”, de John Varley, “Regreso a Titán”, de Arthur C. Clarke, “Ojos de ámbar”, de Joan D. Vinge, “Los anillos de Saturno”, de Isaac Asimov, “Las sirenas de Titán”, de Kurt Vonnegut, “Amos de Títeres”, de Robert A. Heinlein, “Fiasco”, de Stanislav Lem, etc. También aparece brevemente en la película Star Trek (2009), dirigida por J.J. Abrams. Tal vez Titán forma parte del inconsciente colectivo.

Saturno es el sexto planeta del Sistema Solar, es el segundo en tamaño y masa después de Júpiter y es el único con un sistema de anillos visible desde nuestro planeta. Su nombre proviene del dios romano Saturno. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos, también llamados jovianos por su parecido a Júpiter. El aspecto más característico de Saturno son sus brillantes anillos. Antes de la invención del telescopio, Saturno era el más lejano de los planetas conocidos y, a simple vista, no parecía luminoso ni interesante.

El primero en observar los anillos fue Galileo junto con su ayudante Alejandro Campelo en 1610 pero la baja inclinación de los anillos y la baja resolución de su telescopio le hicieron pensar en un principio que se trataba de grandes lunas. Christiaan Huygens con mejores medios de observación pudo en 1659 observar con claridad los anillos. James Clerk Maxwell en 1859 demostró matemáticamente que los anillos no podían ser un único objeto sólido sino que debían ser la agrupación de millones de partículas de menor tamaño.

Campelo ayudó a Galileo a hacer las operaciones y gracias a él, el científico pudo dejar medio resuelto el enigma de los anillos. Las partículas que habitan en los anillos de Saturno giran a una velocidad de 48.000 km/h, 15 veces más rápido que una bala. Saturno tiene un gran número de satélites, el mayor de los cuales, Titán, es el único satélite del Sistema Solar con una atmósfera importante.

Los satélites más grandes, conocidos antes del inicio de la investigación espacial son: Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Titán, Hiperión, Jápeto y Febe. Tanto Encélado como Titán son mundos especialmente interesantes para los científicos planetarios ya que en el primero se deduce la posible existencia de agua líquida a poca profundidad de su superficie a partir de la emisión de vapor de agua en géiseres y el segundo presenta una atmósfera rica en metano y similar a la de la primitiva Tierra.

Otros 30 satélites de Saturno tienen nombre pero el número exacto es incierto por existir una gran cantidad de objetos que orbitan este planeta. En el año 2000, fueron detectados 12 nuevos satélites, cuyas órbitas sugieren que son fragmentos de objetos mayores capturados por Saturno. La misión Cassini-Huygens también ha encontrado nuevos satélites.

El disco aparente de Titán (un borroso círculo anaranjado de bordes algo más oscuros) puede verse con telescopios de aficionados. El resto de los satélites son mucho menores y siempre parecen “estrellas” incluso a gran aumento.

Titán es el satélite más grande de Saturno y el segundo satélite más grande del Sistema Solar, por detrás de Ganímedes. Fue descubierto el 25 de marzo de 1655 por el astrónomo holandés Christiaan Huygens, siendo el primer satélite del Sistema Solar en ser descubierto tras los satélites galileanos de Júpiter. Titán posee un diámetro de 5150 km, y es la única luna del Sistema Solar que cuenta con una atmósfera significativa.

La presencia de esta atmósfera fue propuesta por el astrónomo español Josep Comas y Solá en 1908 basándose en sus observaciones del oscurecimiento hacia el borde del disco del satélite.

La atmósfera de Titán, densa y anaranjada, se compone principalmente de nitrógeno y es rica en metano y otros hidrocarburos superiores. Su composición química se supone muy similar a la atmósfera primitiva de la Tierra en tiempos prebióticos, y las temperaturas de cerca de -179,45 °C deberían haber preservado un entorno muy similar al de la primitiva Tierra, razón por la cual Titán ha sido objeto de un gran número de estudios científicos. Tanto el orbitador Cassini cómo la sonda Huygens de la misión espacial Cassini/Huygens, que descendió sobre Titán el 14 de enero de 2005, han aumentado sustancialmente nuestros conocimientos del satélite.

En la mitología griega, los Titanes —masculino— y Titánides —femenino—eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad dorada. Los Titanes fueron doce desde su primera aparición literaria, en la Teogonía de Hesíodo; en su Biblioteca mitológica, Apolodoro añade un decimotercero, Dione, una doble de Tea.

Estaban relacionados con diversos conceptos primordiales, algunos de los cuales simplemente se extrapolaban de sus nombres: el océano y la fructífera tierra, el sol y la luna, la memoria y la ley natural. Los doce Titanes de la primera generación fueron liderados por el más joven, Crono, quien derrocó a su padre, Urano (‘Cielo’), a instancias de su madre, Gea (‘Tierra’).

Posteriormente los Titanes engendraron una segunda generación, notablemente los hijos de Hiperión (Helios, Eos y Selene), las hijas de Ceo (Leto y Asteria) y los hijos de Jápeto (Prometeo, Epimeteo, Atlas y Menecio). Los Titanes precedieron a los doce olímpicos, quienes, guiados por Zeus, terminaron derrocándolos en la Titanomaquia (‘Guerra de los Titanes’). La mayoría de ellos fueron entonces encarcelados en el Tártaro, la región más profunda del inframundo.




Según Helena Blavatsky: “Cualquier simbologista puede discernir sus alusiones astronómicas, aun cuando sea incapaz de comprender todo el significado. Las grandes “guerras en los cielos”, en los Purânas; las guerras de los Titanes, en Hesiodo y en otros escritores clásicos; las “luchas” también en el mito egipcio entre Osiris y Tifón; y hasta las que figuran en las leyendas escandinavas, todas ellas se refieren al mismo asunto. 

La Mitología del Norte hace referencia a esto en la batalla de las Llamas, los hijos de Muspel, que combaten en el campo de Wigred. Todas éstas se refieren al Cielo y a la Tierra, y poseen un significado doble, y a menudo triple, así como una aplicación esotérica a cosas de arriba lo mismo que a cosas de abajo.

Se refieren separadamente a luchas astronómicas, teogónicas y humanas; al ajustamiento de los orbes y a la supremacía entre las naciones y tribus. La “lucha por la existencia”, y la “supervivencia de los más aptos”, reinaron supremas desde el momento en que el Kosmos se manifestó a la existencia, y difícilmente podían escapar a la mirada observadora de los antiguos Sabios.

 De ahí los incesantes combates de Indra, el Dios del Firmamento, con los Asuras –degradados de Dioses elevados a Demonios cósmicos- y con Vritra o Ahi; las batallas reñidas entre estrellas y constelaciones, entre lunas y planetas -encarnados después como reyes y mortales.

De ahí también la Guerra en los Cielos de Miguel y su Hueste contra el Dragón -Júpiter y Lucifer-Venus- cuando un tercio de las estrellas de la Hueste rebelde fue precipitado a las profundidades del espacio, y su lugar no fue encontrado más en los Cielos”.

En la Teogonía de Hesíodo los doce Titanes siguen a los Hecatónquiros, gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas, hijos de Gea y Urano, y los Cíclopes como grupo de hijos menores de Urano y Gea: “Más tarde yació con Urano y trajo aOcéano el de profundos remolinos, a Ceo yCrío e Hiperión y Jápeto, a Tea y Rea, a Temis y Mnemósine y a Febe la de dorada corona y a la encantadora Tetis.

Tras ellos nació el astuto Crono, el benjamín y más terrible de sus hijos, y éste odió a su vigoroso padre. Urano mantuvo a todos los hijos de Gea atrapados en su vientre, y ésta gemía del esfuerzo. Finalmente Crono, el menor de ellos, se ofreció a atacar a su padre, le castró, y liberó así a los hijos de Gea, proclamándose rey de los titanes, con Rea como su esposa y reina. 

Rea engendró con Crono una nueva generación de dioses, pero éste, temeroso de que algún día le derrocasen, los tragó enteros uno a uno. Sin embargo, ésta logró esconder a su sexto y último hijo, Zeus, dándole a tragar en su lugar a Crono un potro y una roca envuelta en pañales, respectivamente, que éste tragó confiado, y escondió a Zeus en Creta, protegido por los Curetes. Cuando Zeus se hizo adulto, sometió a Crono por la astucia más que por la fuerza, usando un emético preparado con la ayuda de Gea, su abuela, que le obligó a vomitar a sus hermanos. 

Comenzó entonces una guerra entre los dioses más jóvenes y los mayores, en la que Zeus fue ayudado por los Hecatónquiros, los Gigantes y los Cíclopes, quienes una vez más habían sido liberados del Tártaro. Zeus venció tras una larga lucha y encerró a los Titanes que se le habían enfrentado en el Tártaro”.

A pesar de ello los titanes mayores dejaron su huella en el mundo: Océano siguió circundando el mundo, y el nombre de Febe fue añadido como epíteto a Apolo, «Apolo Febo». En la mitología griega, Febe (‘brillo’ del intelecto”), la de la corona de oro, era una de las Titánides originales, los hijos gigantes de Urano y Gea. Febe acudió al lecho de Ceo y de él concibió a Leto y a Asteria. Recibió el control del oráculo de Delfos de Temis, de acuerdo con algunas pocas fuentes, y posteriormente se lo daría a Apolo.También se aplicaba su nombre como epíteto a Artemisa en su papel de diosa de la luna, que se consideraba femenina.

 Algunos de ellos no habían luchado contra los olímpicos y se convirtieron en piezas clave del nuevo gobierno: Mnemósine como Musa, Rea, Hiperión, Temis (o ‘ley de la naturaleza’) y Metis. Los griegos de la edad clásica conocían varios poemas sobre la guerra entre los dioses y muchos de los Titanes, la Titanomaquia (‘Guerra de los Titanes’). El principal de ellos, y el único que ha sobrevivido, fue la Teogonía atribuida a Hesíodo.

El poema épico perdido titulado Titanomaquia y atribuido al bardo tracio ciego Tamiris, a su vez un personaje legendario, era mencionado de pasada en el ensayo sobre la música que una vez fue atribuido a Plutarco. Los Titanes también jugaron un papel prominente en los poemas atribuidos a Orfeo. Aunque sólo se conservan fragmentos de los relatos órficos, revelan interesantes diferencias con la tradición hesíodica.

Estos mitos griegos de la Titanomaquia caen dentro de una clase de mitos similares presentes en Europa y Oriente Próximo, donde una generación o grupo de dioses se enfrenta a los dominantes. A veces éstos son suplantados. Otras los rebeldes pierden y son totalmente apartados del poder o bien incorporados al panteón. Otros ejemplos serían las guerras de los Ases con los Vanir y los Jotunos en la mitología escandinava, el épico Enuma Elish babilónico, la narración hitita del «Reino del Cielo» y el oscuro conflicto generacional de los fragmentos ugaritas.

Las fuentes históricas destacaban que ciudad-estado de Ugarit, de alrededor de 2.000 Km² de superficie con sus áreas rurales, envió tributos al faraón de Egipto durante ciertos períodos, y que mantuvo importantes relaciones políticas y comerciales con el Reino de Alasiya —estado que posiblemente comprendía la isla de Chipre—. Su período de esplendor se extendió entre el 1450 a. C. y el 1180 a. C., aunque la ciudad surgió en el Neolítico, como todo asentamiento de importancia en el Levante por su temprano desarrollo. Hesíodo no tiene sin embargo la última palabra sobre los Titanes. Algunos de los fragmentos que se conservan de la poesía órfica en particular guardan algunas variaciones del mito.

En un texto órfico, Zeus no se limitó a atacar a su padre con violencia. En su lugar, Rea preparó un banquete para Crono, y éste se emborrachó con miel fermentada. En lugar de encerrarlo en el Tártaro, Crono fue arrastrado —todavía borracho— a la cueva de Nix, donde siguió durmiendo y vaticinando por toda la eternidad.

Otro mito acerca de los Titanes no mencionado por Hesíodo gira en torno a Dioniso. En un momento determinado de su reinado, Zeus decidió ceder el trono en favor del infante Dioniso, que como Zeus a su edad era protegido por los Curetes. 

Los Titanes decidieron matar al niño y reclamar el trono para ellos: se pintaron las caras de blanco con yeso, distrajeron a Dioniso con juguetes, y entonces lo despedazaron, y cocieron y asaron sus miembros, dándose un festín con ellos, mientras que de la sangre de la víctima nacía un granado. Zeus, enfurecido, castigó a los Titanes fulminándolos con sus rayos.

Atenea guardaba el corazón del niño en un muñeco de yeso, a partir del cual Zeus hizo a un nuevo Dioniso. Esta historia es narrada por los poetas Calímaco y Nono, que llaman a este Dioniso «Zagreo», y también en cierto número de textos órficos, en los que no se usa tal nombre.

Una variación de esta historia, recogida por el filósofo neoplatónico Olimpiodoro, ya en la era cristiana, dice que la humanidad surgió del humo grasiento que despedían los cadáveres de los Titanes al arder, muertos por el rayo de Zeus. Otros escritores anteriores insinúan por el contrario que la humanidad nació de la sangre derramada por los Titanes en su guerra contra los Olímpicos. Píndaro, Platón y Opiano se referían sin pensárselo dos veces a la «naturaleza titánica» del hombre. 

Que esto se refiera a algún tipo de «pecado original» enraizado en el asesinato de Dioniso sigue siendo objeto de acalorado debate por parte de los mitógrafos.Algunos investigadores del siglo XX, prominentemente Jane Ellen Harrison, han argumentado que un ritual iniciático o chamánico subyace en el desmembramiento y canibalismo que practican los Titanes en el mito de Dioniso.

 Harrison también señala que la palabra «Titán» procede del griego τιτανος, que significa ‘tierra blanca’, ‘arcilla’ o ‘yeso’, y que los Titanes eran ‘hombres de arcilla blanca’ u hombres cubiertos de arcilla blanca o polvo de yeso en sus rituales. El investigador M. L. West también señala lo mismo en relación a los ritos iniciáticos chamanes de las primitivas prácticas religiosas griegas.


Uno de los objetivos de la misión Cassini es estudiar la estructura interna de esta luna. La baja densidad que posee -1,9 gramos por centímetro cúbico- apunta a que es 50% roca y 50% hielo. Inicialmente se pensó que tenía un núcleo rocoso de 3400 kilómetros de diámetro rodeado por diversas capas de hielo, -es decir, similar a la de Ganímedes, la mayor luna de Júpiter-, pero investigaciones recientes realizadas con ayuda de Cassini sugieren que no existe tal núcleo de roca; en su lugar, y de modo similar a Calisto, la segunda mayor luna de Júpiter, el interior de Titán consiste en una mezcla de roca y hielo no diferenciada -excepto en los 500 kilómetros más exteriores dónde no hay materiales rocosos-.

Se cree que existe también un océano subterráneo de agua y amoníaco disuelto en él a una profundidad de 100 kilómetros bajo la superficie, y tal vez otro de hidrocarburos. Titán es la única luna conocida con una atmósfera densa. La primera persona que sugirió que Titán podía tener atmósfera fue el astrónomo español José Comas y Solá por el efecto de oscurecimiento al borde.

 La presencia de una atmósfera significativa fue confirmada por Gerard P. Kuiper en 1944 a partir de espectros tomados desde telescopios en aviones a gran altitud. La sonda Voyager 1 demostró en 1981 que, de hecho, la atmósfera de Titán es más densa que la de la Tierra, con una presión en superficie de una vez y media la de nuestro planeta y con una capa nubosa opaca formada por aerosoles de hidrocarburos que oculta los rasgos de la superficie de Titán.

La presión parcial del metano es del orden de 100 milibares. Esa densa atmósfera es la responsable de que la iluminación existente en la superficie de Titán sea de 1/1000 de la existente en la superficie terrestre -aun así, la luminosidad existente es 350 veces superior a la que se puede dar en una noche de Luna llena en la Tierra-. De hecho, el equipo de la sonda Huygens comparó las fotografías tomadas por la sonda de la superficie de Titán a fotografiar el asfalto de un aparcamiento durante el crepúsculo.




La atmósfera está compuesta en un 94% de nitrógeno y es la única atmósfera rica en nitrógeno, en el sistema solar aparte de nuestro propio planeta, con rastros significativos de varios hidrocarburos que constituyen el resto (incluyendo metano, etano, diacetileno, metilacetileno, cianoacetileno, acetileno, propano, junto con anhídrido carbónico, monóxido de carbono, cianógeno, cianuro de hidrógeno, y helio).

Se piensa que estos hidrocarburos se forman en la atmósfera superior de Titán en reacciones que son el resultado de la disociación del metano por la luz ultravioleta del Sol produciendo una bruma anaranjada y espesa. El origen de la atmósfera de Titán no está claro, pero se ha propuesto que durante gran parte de la historia del Sistema Solar Titán era un mundo sin ella, con el nitrógeno y el metano congelados en la superficie y pareciendo una versión en grande de Tritón, la mayor luna de Neptuno.

 El aumento de la luminosidad del Sol en su evolución, y quizás un gran impacto de un asteroide o cometa, habría provocado que ésos gases se evaporaran y cubrieran el satélite de la densa atmósfera que hoy tiene, aunque en un principio con mucho más metano que en la actualidad. Asumiendo que el metano presente en la atmósfera y que se pierde con las lluvias no sea repuesto, acabará por precipitar por completo en la superficie de Titán en menos de mil millones de años, formando depósitos oscuros en ella y quedando sólo el nitrógeno en la atmósfera, la cual quedará limpia de niebla -habiendo sido comparado ése posible Titán futuro con Marte.

La presión parcial del metano es del orden de 100 hectopascal y este gas cumple el papel del agua en la Tierra, formando nubes en su atmósfera, desde nubes que causan tormentas de metano líquido en Titán y que descargan precipitaciones importantes de metano que llegan a la superficie produciendo, en total, unos 50 Litros/m² de precipitación anual, hasta cirros muy parecidos a los terrestres -excepto que formados de cristales de hidrocarburos y a una altura mucho mayor, entre 30 y 60 millas (en la estratosfera de Titán) en vez de los cómo mucho 11 millas de los cirros terrestres (contenidos en la troposfera terrestre).

 La existencia de éstas últimas nubes ya se sospechaba desde la época del sobrevuelo de la sonda Voyager 1, confirmándose su existencia gracias a los datos enviados por la sonda Cassini. Titán no tiene un campo magnético considerable y su órbita alcanza el exterior de la magnetósfera de Saturno exponiéndose directamente al viento solar.

Esto puede ionizar y elevar algunas moléculas a la cima de la atmósfera. Las observaciones de la nave Cassini de la atmósfera hecha en 2004 sugieren que la atmósfera de Titán gira mucho más rápido que su superficie al igual que ocurre en Venus, un régimen dinámico de la atmósfera que no se comprende en ninguno de los dos casos.

Hay nubes en la atmósfera de Titán además de una espesa niebla que afecta a todo el planeta. Estas nubes están probablemente compuestas de metano, etano y otros compuestos orgánicos simples. Otros compuestos químicos más complejos en pequeñas cantidades deben ser responsables del color anaranjado que se aprecia desde el espacio. Una investigación reciente apunta a que es posible que Titán albergue moléculas prebióticas.

De acuerdo con ella, el agua líquida que aparece en Titán tras por ejemplo el impacto de un meteorito contra su superficie helada o su criovulcanismo puede permanecer en este estado durante cientos o miles de años, tiempo más que suficiente para que las tolinas presentes en su atmósfera se hidrolicen (reaccionen con ella), y den lugar a moléculas orgánicas complejas. En octubre de 2004 durante uno de los sobrevuelos de Titán por la nave Cassini se fotografiaron nubes altas y densas sobre el polo sur de Titán. Este tipo de formaciones nubosas son frecuentes en el polo sur de Titán tal y como revelan las observaciones con el telescopio Keck desde la Tierra.

Aunque inicialmente se pensaba que tales nubes solo podían estar formadas por la condensación del abundante metano atmosférico, las observaciones de mayor resolución han planteado algunos problemas a esta interpretación, por lo que varios estudios actuales sobre la atmósfera de Titán pretenden determinar la composición de las nubes, para decidir si nuestra idea de la atmósfera de Titán necesita ser revisada.

También han sido descubiertas nubes en el polo norte de esta luna. En el sobrevuelo de Titán del día 28 de diciembre de 2006, el instrumento VIMS de la sonda Cassini ha descubierto un gran sistema nuboso -de la mitad de superficie que Estados Unidos- que cubre completamente el polo norte.

Los modelos de circulación atmosférica de Titán ya habían predicho la existencia de esta nube, la cual según estudios recientes ha empezado a romperse al llegar la primavera allí. 

Investigaciones posteriores muestran la presencia de nubes que se forman y mueven como las terrestres, aunque bastante más lentamente y y se ha predicho en base a las observaciones que el comienzo de otoño en Titán será “cálido y húmedo”, según los patrones existentes allí.

Inicialmente se había predicho que las nubes del sur desaparecerían en 2005; sin embargo, se ha comprobado que a finales de 2007 las nubes seguían estando presentes allí y además muy activas para finalmente acabar por desaparecer tiempo después. El ciclo estacional de Titán dura 29,5 años.

Titán es un mundo extraordinariamente abundante en compuestos orgánicos, sobre todo metano. Probablemente el contenido de hidrocarburos líquidos de esta luna -en la forma de mares y lagos- es centenares de veces superior al de todas las reservas de petróleo y de gas natural de la Tierra. Además, sus dunas ecuatoriales posiblemente contienen centenares de veces más materia orgánica que todas las reservas de carbón de la Tierra juntas.

Esta existencia de grandes cantidades de Metano indicaría que en un remoto pasado Titán tuvo grandes cantidades de materia orgánica, procedente de animales y vegetales. Y, tal vez, seres inteligentes. Según la teoría más aceptada, el origen del petróleo y del gas natural es de tipo orgánico y sedimentario.

Esa teoría enseña que el petróleo es el resultado de un complejo proceso físico-químico en el interior de la tierra, en el que, debido a la presión y las altas temperaturas, se produce la descomposición de enormes cantidades de materia orgánica que se convierten en aceite y gas. 

Esa materia orgánica está compuesta fundamentalmente por el fitoplancton y el zooplancton marinos, al igual que por materia vegetal y animal, todo lo cual se depositó en el pasado en el fondo de los grandes lagos y en el lecho de los mares. Junto a esa materia orgánica se depositaron mantos sucesivos de arenas, arcillas, limo y otros sedimentos que arrastran los ríos y el viento, todo lo cual conformó lo que geológicamente se conoce como rocas o mantos sedimentarios, es decir, formaciones hechas de sedimentos.

Entre esos mantos sedimentarios es donde se llevó a cabo el fenómeno natural que dio lugar a la creación del petróleo y el gas natural. Ese proceso de sedimentación y transformación es algo que ocurrió a lo largo de millones de años. Entre los geólogos hay quienes ubican el inicio de todo ese proceso por la época de los dinosaurios y los cataclismos. Otros opinan que hoy se está formando de una manera similar el petróleo del mañana.

En un comienzo los mantos sedimentarios se depositaron en sentido horizontal. Pero los movimientos y cambios violentos que han sacudido a la corteza terrestre variaron su conformación y, por consiguiente, los sitios donde se encuentra el petróleo.

Es por esto que la geología identifica hoy varios tipos de estructuras subterráneas donde se pueden encontrar yacimientos de petróleo: anticlinales, fallas, domos salinos, etc.

En todo caso, el petróleo se encuentra ocupando los espacios de las rocas porosas, principalmente de rocas como areniscas y calizas. Es algo así como el agua que empapa una esponja. En ningún caso hay lagos de petróleo. 

Por consiguiente, no es cierto que cuando se extrae el petróleo quedan enormes espacios vacíos en el interior de la tierra. Si tomamos el ejemplo de la esponja, cuando ésta se exprime vuelve a su contextura inicial.

En el caso del petróleo, los poros que se van desocupando son llenados de inmediato por el mismo petróleo que no alcanza a extraerse y por agua subterránea. Los orígenes del gas natural son los mismos del petróleo, pues, como se dijo antes, el gas es petróleo en estado gaseoso. Cuando se encuentra un yacimiento que produce petróleo y gas, a ese gas se le llama “gas asociado”.

Pero también hay yacimientos que sólo tienen gas, caso en el cual se le llama “gas libre”. Otros yacimientos sólo contienen petróleo líquido en condiciones variables de presión y transferencia. Generalmente el petróleo líquido se encuentra acompañado de gas y agua.

Durante la era terciaria terrestre en el fondo de los mares se acumularon restos de peces, invertebrados y, probablemente, algas, quedando sepultadas por la arena y las arcillas sedimentadas. Las descomposiciones provocadas por microorganismos, acentuadas por altas presiones y elevadas temperaturas posteriores, dieron origen a hidrocarburos. 

Al comenzar la era cuaternaria los movimientos orogénicos convulsionaron la corteza terrestre y configuraron nuevas montañas, la cordillera de los Andes entre ellas. Los estratos sedimentarios se plegaron y el petróleo migró a través de las rocas porosas, como las areniscas, hasta ser detenido por anticlinales, pliegues con forma de A mayúscula, y por fallas que interrumpieron la continuidad de los estratos.

El problema de la génesis del petróleo ha sido, por mucho tiempo, un tópico de investigación de interés. Se sabe que la formación del petróleo esta asociada al desarrollo de rocas sedimentarias, depositadas en ambientes marinos o próximos al mar, y que es el resultado de procesos de descomposición de organismos de origen vegetal y animal que en tiempos remotos quedaron incorporados en esos depósitos.

El metano cumple el mismo papel en Titán que el agua en la Tierra. Forma nubes en su atmósfera, cuando condensa sobre los aerosoles forma una lluvia de metano con partículas que llena los torrentes con un material negro que fluye.

Pero ahora los cañones y los lagos en la zona donde aterrizó la sonda Huygens están secos porque el metano, al igual que el agua en la Tierra, se infiltra bajo el suelo de Titán y deja en la superficie restos de materia orgánica cubriéndolo de una especie de alquitrán.

En febrero de 2006 un grupo de científicos de las Universidades de Nantes, Francia y de la Universidad de Arizona, descifraron un poco más el ciclo del metano en la atmósfera. Descubrieron que el agua congelada rica en metano forma una capa sólida en la superficie de Titán, por encima de un océano de agua líquida mezclada con amonio. Explican los procesos por medio de los que en la historia de Titán el metano se sublimó a la atmósfera desde este reservorio superficial. 

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