domingo, 19 de agosto de 2018

El Pueblo Judio de los Jazaros (I)

Su material genético muestra que proceden del viejo imperio jázaro. La oleada que les trajo a Europa estaba formada por una mezcla de judíos y jázaros conversos, según un estudio

El 90% de los judíos del mundo no proceden del Israel bíblico sino de las tierras del Cáucaso. Es más, ni siquiera son del todo judíos.

Su material genético es un mosaico de genes donde predominan los antiguos pueblos caucásicos, de Mesopotamia, ancestros europeos y hasta chipriotas, además de los semíticos.




Según una investigación publicada en Genome Biology and Evolution, grupos de israelíes fueron llegando a aquellas tierras entre el mar Negro y el mar Caspio hasta que el imperio que los acogió se convirtió al judaísmo.

Fueron estos conversos los que protagonizaron una nueva diáspora hacia Europa.



Este mapa plasma las rutas de las dos hipótesis sobre el origen de los judíos europeos:

la de los jázaros, en amarillo, y la Rhineland, en marrón.

Genome Biology and Evolution

La historia, trufada de muchos gramos de mito, venía sosteniendo que los actuales judíos europeos (aquel 90% y que en realidad, tras el 'Holocausto', no viven en este continente sino en América y el moderno Israel) son descendientes de tribus israelitas y cananeas.

Tras la conquista musulmana de Palestina en el siglo VII, la abandonaron para asentarse en Alemania (Ashkenaz, en hebreo).

Posteriormente, en el siglo XV, un pequeño grupo de unos 50.000 individuos emigrarían hacia el este (Polonia, Ucrania Rusia…) y en un sorprendente baby boom se multiplicarían hasta suponer el grueso de la población judía.

Estos son los elementos básicos de la hipótesis Rhineland (o tierras del Rin, un río alemán) sobre el origen de los judíos europeos, que no incluye a los sefardíes o españoles:

El camino diferente de Sefarad

Aunque los llamados judíos sefardíes (españoles) no son objeto de este estudio, Eran Elhaik tiene algo que decir sobre ellos.

En primer lugar, destaca que su expulsión de España en 1492 impide descubrir su origen debido a su dispersión por todo el Mediterráneo y mezcla tanto con las poblaciones autóctonas como con los judíos que ya vivían allí.

También recuerda que la distinción entre sefardíes y askenazíes es mas religiosa que genética.

Según sus investigaciones solo hay un análisis que incluya esta distinción con judíos sefardíes de Bulgaria y Turquía.

“El trabajó mostró un alto grado de heterogeneidad como podría esperarse de un escenario como el que he descrito”, dice.

Aun así, Elhaik se atreve a responder a la pregunta sobre el origen de los sefardíes antes de su expulsión de España:

“La respuesta más probable es que los llamados judíos sefardíes fueran descendientes de grecorromanos convertidos y población local en los dos primeros siglos de esta era”.

Sin embargo, el genetista de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) y de origen judío Eran Elhaik ha realizado una investigación cuyos provocadores resultados desmontan varios mitos.

La genética, según sugiere su estudio, sostendría que no hubo esa emigración seminal a Alemania o, al menos, el factor alemán no explicaría el origen de la mayoría de los judíos europeos. En realidad, estos procederían del Cáucaso.




Allí, desde finales de la Edad del Hierro, emergió el imperio jázaro.

Formado por una amalgama de tribus eslavas, escitas, iranias, turcas y hasta hunos y alanos, asistió durante siglos a sucesivas llegadas de judíos tanto de Palestina como de Mesopotamia, donde vivían los descendientes del pueblo hebreo que el babilonio Nabucodonosor II se llevó consigo tras destruir Jerusalén, en el 587 antes de nuestra era.

Siglos después, los jázaros se convirtieron al judaísmo.

“La conversión en sí no está en duda”, dice Elhaik. “Documentos encontrados en Egipto lo confirman”, añade.

"Aunque la extensión de la conversión aún es discutida, se cree que todo el Imperio jázaro, incluyendo sus tribus subordinadas y esclavos, mantuvo el judaísmo en los siguientes 440 años hasta la invasión de los mongoles, en el siglo XIII”, añade.

"Nuestros resultados dibujan el genoma de los judíos europeos como un mosaico"

ERAN ELHAIK
Genetista de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.)

En un proceso que recuerda a la expansión de los cristianos en el Imperio romano, los gobernantes y la aristocracia jázarose pasaron en bloque al judaísmo cuando ya una buena parte de su población se había convertido a la fe hebrea.

La invasión mongola y la gran epidemia de peste de 1347 empujaron a los ahora judeo-jázaros hacia el oeste.

Esta versión alternativa del origen de los judíos europeos se conoce como la hipótesis de los jázaros y no había podido ser confirmada hasta ahora, que empieza a haber suficiente material genético de los pueblos del Cáucaso disponible para su estudio.

Con los datos genéticos de 1.287 individuos de ocho poblaciones judías y otras 74 de gentiles, Elhaik realizó cinco diferentes análisis y todos le llevaron al origen judeo-jázaro de la mayor parte de los alrededor de 13 millones de judíos del mundo.

Usó la frecuencia de alelos (alternativas de un mismo gen) diferentes entre distintos grupos poblacionales y, tomando a judíos palestinos y caucásicos (armenios, georgianos o azeríes) actuales como base para determinar el linaje, comprobó que el 70% de los judíos procedentes de Europa central y occidental y todos los orientales compartían más con los segundos que con los primeros.

También, en una especie de triangulación geográfica, donde los vértices eran los vascos, los pigmeos y la etnia china Han, la investigación sitúa los ancestros de los judíos europeos en el sur del Cáucaso.

En otro análisis, basado en el grado de mezcla genética de segmentos de cromosomas volvieron a comprobar que el linaje caucásico domina, con un 38%, por delante de los genes europeos occidentales (30%) y de los mesopotámicos.

“En conjunto, nuestros resultados dibujan el genoma de los judíos europeos como un mosaico de ancestros caucásicos y de Oriente Próximo, europeos occidentales, Oriente Medio y europeos orientales en proporción decreciente”, dicen en las conclusiones del estudio.

En suma, además de no haber llegado a Europa directamente de Palestina, los judíos se mezclaron con los gentiles mucho más de lo que cuenta la historia.

Incluso, buena parte de ellos lo son por religión, no por origen.





Mil años antes del establecimiento del Estado Moderno de Israel, existió un reino judío en las franjas orientales de Europa, a horcajadas sobre el Don y el Volga, dirigidos por dos monarcas judíos y habitado por una población mixta que incluyó a muchos judíos.

Sus reyes tenían nombres como Yosef y Aharon y uno de sus generales se nombró Pesaj por celebrarse esa fiesta judía en los días cercanos a su nacimiento.

Este reino, llamado Khazaria, era uno de los países más interesantes y influyentes del mundo medieval, mostrando un gran poder en asuntos económicos y diplomáticos.

Su influencia era tan grande que un emperador Bizantino del siglo X, Constantino Porfirogenitus, envió una correspondencia a los Khazares marcado con un sello de oro que valía 3 solidi - más de los 2 solidi que siempre acompañaron las cartas enviadas al Papa de Roma, al Príncipe de Rus, y al Príncipe de los húngaros.

Su poder era tan grande que tenía los medios de financiar permanentemente un ejército. Khazaria representó "el esfuerzo más significativo en la búsqueda del establecimiento de un estado judío independiente en la Diáspora", según señaló el ex-presidente de Israel, Itzhak Ben-Zvi, en su libro The Exiled and the Redeemed.

Los Khazares jugaron un papel central en las más importantes guerras de la región del Caucaso. Primero, a principios del siglo VII, se unieron con turcos y bizantinos para derrotar al estado Persa. Entonces, en los siglos VII y VIII, defendieron la frontera del sudeste de Europa de la invasión árabe, permitiendo indirectamente a la cristiandad sobrevivir en Bizancio y subsecuentemente crecer crece en Ucrania.

Como uno de las autoridades principales en los Khazares, el profesor Peter Golden de la Universidad de Rutgers, escribió en su libro Khazar Studies:

"A cada escolar en el mundo occidental se le ha dicho que sino fuera por Carlos Martel y su victoria en la batalla de Poitiers, hubiera podido encontrarse ahora una mezquita en el lugar en que está erigida actualmente la catedral de Notre Dame. De lo que pocos escolares son conscientes es que si no fuera por los Khazares... Europa Oriental bien podría haberse convertido en una provincia del Islam".

El periodo de paz que vivieron las estepas europeas orientales ha sido nombrado como la "la paz khazara" desde que los Khazares permitieron a varias tribus, como los eslavos, extender sus asentamientos y comprometerse en actividades productivas, libres de la amenaza de guerra y de disputas.



El notable país de los Khazares entró por primera vez en la órbita judía primero cuando le permitió a los judíos establecerse en su tierra, libres de persecución.

Refugiados judíos de Bizancio, Persia, Mesopotamia, y otras regiones del mundo antiguo inundaron al reino de Khazaria desde el siglo VIII hasta el siglo X, trayendo con ellos la alfabetización hebrea, el amor por Israel, la religión judía, y la habilidad tecnológica.

El Documento de Cambridge, traducido por Norman Golb en su co-autoriado libro Khazarian Hebrew Documents of the Tenth Century (Los Documentos Hebreos Khazares del Siglo Décimo), estableció que los judíos armenios inmigrantes

"establecieron matrimonio con los habitantes de esa tierra, entremezclándose con los gentiles, aprendieron sus prácticas, y salieron continuamente con ellos a la guerra; [y] ellos [los judíos del Medio Oriente y los Khazares] se volvieron un pueblo...."

En forma significativa, los Khazares, un pueblo de origen turco, se convirtieron a la religión judía en algún momento del siglo IX, empezando el fenómeno con la casa real y extendiéndose gradualmente entre el pueblo en general.

El judaísmo se sabe ahora que estuvo más extendido entre los habitantes del reino Khazaria mucho más de lo que se pensó previamente. En 1999, los arqueólogos rusos anunciaron que habían reconstruido un vaso Khazario con éxito de la región del río Don, revelando 4 inscripciones con la palabra "Israel" en letra hebrea (yo aprendí más adelante que esto era broma - hoax).

Es ahora aceptada la opinión, entre la mayoría de los estudiosos en el campo, que la conversión de los Khazares al Judaísmo estuvo extendida y no se limitó meramente a la casa real y a la nobleza. Ibn al-Faqih, de hecho, escribió "Todos los Khazares son judíos". Christian Druthmar escribió en 864 que "todos ellos profesan la fe judía en su integridad".




Un trabajo pérsico, Denkart, representó al Judaísmo como la religión principal de los Khazares. ¿Cuán sincero era su Judaísmo?

Abd al-Jabbar ibn Muhammad al-Hamdani, escribió a principios del siglo XI, señalando que:
"ellos tomaron para sí las difíciles obligaciones de los mandatos de la Ley de la Torá, como la circuncisión, las abluciones rituales, lavando después de una descarga de semen, la prohibición de trabajo en Shabat y durante las fiestas, la prohibición de comer la carne de animales prohibidos según esta religión, y así sucesivamente".

El sistema de escritura común entre los Khazares era la escritura hebrea, según lo escrito por Muhammad ibn Ishaq an-Nadim, en 987 o 988.

Una porción grande de esos Khazares, que después adoptaron una escritura relacionada con el Cirílico de Rus eran judíos, según señala Tárikh-Fakhr ad-Din Mubarak Shah, en un trabajo persa compuesto en 1206.

A principios del siglo X, los judíos Khazares de Kiev escribieron una carta de recomendación en idioma Hebreo a nombre de uno de los miembros de su comunidad cuyo nombre era Yaakov bar Hanukkah. La carta es conocida como "la Carta de Kiev" y se descubrió en 1962 por Norman Golb de la Universidad de Chicago. Los nombres de los judíos de Kiev eran de origen Turco, eslavo y hebreo, como Hanukkah, Yehudah, Gostata, y Kiabar.

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